Gabriel–Entonces... ¿Pablo está con Isa por contrato? –(preguntó rompiendo el silencio mientras se acomodaba a mi lado).Nicole–Lo peor de todo –(comencé a explicar, con un suspiro) – es que Isa realmente quiere a Pablo, y él solo está jugando con ella.
Gabriel se quedó pensativo por un momento, y luego me miró directamente a los ojos.
Gabriel–Y tú, ¿qué piensas de todo esto? –(inquirió con curiosidad).
No pude evitar suspirar de nuevo.
Nicole–Ay, no sé, la verdad es que nunca se espera nada bueno de Pablo. Me ha propuesto darle seis meses para luego volver conmigo –revelé, sentimiento de frustración en mis palabras.
El ansia se apoderó de Gabriel al escuchar mis palabras, y no pudo evitar preguntar con emoción contenida:
Gabriel–¿Y qué le has dicho?
Dándole un toquecito juguetón en la nariz, respondí:
Nicole–Que... que está bien, pero con una condición: durante este tiempo, él no puede interponerse en mis asuntos sentimentales. Es decir, los nuestros –(añadí, sonriendo).
Gabriel soltó una risa nerviosa, y con una mirada llena de complicidad, contestó:
Gabriel—Lo nuestro es falso, Nik, tú puedes hacer lo que quieras, a mí me da igual.
Una extraña mezcla de alivio y decepción se apoderó de mí al escuchar esas palabras.
Nicole–¿En serio te da igual? –(pregunté, buscando en sus ojos la verdad).
Gabriel reflexionó un instante, y luego confesó con sinceridad:
Gabriel–Bueno, igual, igual, pues no. No me gustaría verte besándote con miles de chicos, pero al final, es tu decisión.
Nicole tomo la mejilla de Gabriel y comenzó a acariciarla, mirándolo a los ojos.
Nicole—Eres un amor, en serio quien no se podría enamorar de ti. Eres perfecto, me cuidas, me tratas hermoso, y me respetas, no podría pedir mas. Siempre estas para mi cuando mas lo necesito.
Gabriel miró confuso a Nicole, nunca en su vida lo había alagado tanto.
Gabriel—Nicole... ¿todo está bien? —(preguntó Gabriel con confusión en su voz).
Nicole—¡Todo está más que perfecto! —(respondió con una amplia sonrisa en su rostro) —. ¿Por qué lo preguntas?
Gabriel—Es solo que nunca me habías dicho tantas cosas antes.
Nicole—Sé que no soy muy expresiva, pero decidí decírtelo ahora.
Gabriel tomó la mano de Nicole y ambos se quedaron mirándose a los ojos. Sin que Gabriel lo supiera, ese gesto iba a desencadenar algo mucho más intenso.
Nicole acercó su boca a la de Gabriel y, con la misma intensidad con la que se habían besado anteriormente, volvieron a hacerlo. La rubia se subió encima de él y se quedaron mirándose por unos instantes.
Gabriel—¿Sientes algo por mí? —(preguntó Gabriel con la respiración agitada).
Nicole—Creo que sí —(respondió sin más).
Ambos comenzaron a besarse de nuevo, Gabriel bajo su boca al cuello de Nicole, haciéndola estremecerse.
Gabriel—¿Estas segura?
Nicole—No. —(Siendo sincera).
Nicole se bajó del regazó de Gabriel y se sentó de nuevo al sillón, mirando al frente.
Gabriel quedó desconcertado por la respuesta de Nicole. No sabía cómo interpretar sus palabras, y un sentimiento de preocupación invadió su interior. Sin embargo, decidió no presionarla y respetar su espacio.
Gabriel–Nicole, entiendo que estés confundida –(susurró con ternura)–. Pero debes saber que estoy aquí para ti, siempre.
Nicole–Gabriel, no quiero que sufras por mí –(murmuró Nicole). —No sé qué siento en realidad, y eso me asusta.
Gabriel envolvió su brazo alrededor de los hombros de Nicole, brindándole consuelo en ese momento de vulnerabilidad.
Gabriel—No importa lo que sientas en este momento, Nicole. Además, no es como si nunca nos hubiéramos besado. Nos hemos dado besos más intensos.
Nicole soltó una pequeña risa, y se recostó ligeramente en el hombro de Gabriel.
Nicole—Eso es verdad, pero ahora es distinto, no estamos en una cámara, sólo estamos tú y yo.
De repente la puerta sonó y Nicole y Gabriel se voltearon a ver...
Nicole—¿Quién podrá ser?
Gabriel—No se, ve a ver.
La rubia se levantó del sofá y fue directo hacia la puerta, en donde al abrir miró nada más y nada menos que Pablo, con una bolsa de comida.
Nicole—¡Pablo! ¿Qué haces aquí?
Pablo—Necesito que hablemos, quiero empezar desde cero, he traído sushi, del que te gusta.
Nicole cerró la puerta y salió a hablar con Pablo a fuera de la casa.
Nicole—Pablo, es que ahora no puedo.
Pablo—No quieres que pase porque hay alguien más, ¿verdad? (dijo tenso).
Nicole—No es eso, Pablo. Gabriel y yo estamos hablando y necesito tiempo para pensar ya habíamos quedado en algo.
Pablo—Ya. Se me olvidaba que ahora él es tu novio.
Nicole—Bueno, pues te recuerdo que tú también tienes pareja.
Pablo—¡Pero no la quiero, joder! (Pablo le pegó a la pared de enojo).
Nicole—Puedes tranquilizarte, yo no te he pedido que vinieras.
Las palabras de Nicole hicieron que a Pablo se le pusieran los ojos llorosos, le dolía no tener a la chica que amaba.
Pablo—Bien, pues te dejo en paz.
Pablo tiro la comida al suelo y salió de la casa de Nicole.