Umbra | Sombras [Jasper Hale]

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 ７

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ʜᴇ༄

Jasper tardó en volver al improvisado refugio que habían levantado los demás, puesto que se entretuvo buscando en el suelo los pedazos de la ramita que anteriormente había destruido.

Mientras caminaba de regreso, no podía dejar de acercar los pequeños palitos a su nariz. Eran las únicas cosas que llevaban su olor, y no era un aroma a rosas o a aceites especiales como los que solía usar Rosalie, o a jabón como el de Carlisle. No, era un olor distinto.

Le recordaba al mar, un olor salado y dulce a la vez. Un aroma agradable.

Sentía el olor de los pinos, pero estaba seguro de que no era el olor de los árboles, era el de ella. También sentía el olor de la tierra y quizás a algo viejo.

Jasper concluyó que ella tenía olor ha guardado, pero era agradable y estaba seguro de que, si tuviera la capacidad de caer dormido, soñaría con ella.

La muchacha era realmente agraciada de rostro.

Cejas color castaño como su cabello, y podía adivinar que quizás era ondulado, y si se lo arreglaba, podría haber rizos que brillarían con el sol.

Por primera vez en mucho tiempo, Jasper sonrió casi esperanzado de que ella estaría pensando en él justamente ahora.

—¿Dónde has estado? —Preguntó Emmet con el ceño fruncido—Te hemos estado buscando, pero desapareciste.

—Fui a vigilar la zona—Respondió fingiendo seguridad, aunque no estaba seguro si sonaba convincente.

Emmet lo miró y asintió lentamente, como si no se pudiera tragar la excusa de Jasper.

Antes de que el vampiro metiera más la pata o que el más fuerte del grupo intentara socavarle más información, Alice se acercó con tanta agilidad que, por un momento, ambos machos pensaron que ella estaba volando por sobre las puntitas de sus pies.

—Carlisle te necesita, Emmet—Habló la vampiresa con suavidad.

Luego de que Emmet se fuera, Alice tomó la mano de Jasper y ambos caminaron hasta estar lo suficientemente alejados del refugio.

Los pinos crujían por sobre sus cabezas, dando la idea de que había alguien pesado sobre estos balanceándose de un lado al otro, más no hubo nadie, puesto que ambos se habrían dado cuenta de ello.

El viento soplaba con suavidad, pero era frío, y el estar cerca de la montañas nevadas, era evidente que bajara la temperatura de forma gradual a medida que la noche avanzaba, pero ninguno de ellos sentía interés por si hacía frío o calor. Lo podían sentir, claro está. No eran seres que no pudieran sentir absolutamente nada, pero no les afectaba como a un ser vivo les podría afectar.

El frío les hacía sentir como estar entre los suyos, casi tibio. El calor, les hacía recordar cuando estaban vivos. Para algunos les gusta y a otros no tanto.

—¿Has perdido la cabeza? —Preguntó Alice a punto de ponerse a chillar una vez que ambos se detuvieron. Ella era pequeña, pero en ese momento, Jasper sentía que había crecido bastante, o quizás, él se estaba agachando.

—¿Qué viste?

La vampiresa bufó.

—Vi todo, Jasper. ¿Sabes lo que eso significa? ¿Ver todo?

El hombre se pellizcó el puente de su nariz.

—Alice, dime. ¿Qué viste?

—Vi como te destrozaba, Jasper. Fueron muchos posibles futuros en menos de un segundo. Sé lo que estás sintiendo ahora mismo, pero ella es peligrosa. ¿Acaso no lo entiendes? Vi como te arrancaba la cabeza o te mutilaba los brazos, también vi... otras cosas—Alice se mordió el interior de sus labios.