I
Regina abrió los ojos despacio. Primero uno, luego el otro. Un rayo de luz, proveniente de una pequeña apertura en las cortinas de la ventana de su dormitorio, había aterrizado en sus párpados y los había forzado a abrirse. Rodó sobre el colchón perezosa, emitiendo un pequeño gruñido soñoliento, solo para darse cuenta de que el otro lado de la cama estaba vacío. Se incorporó en ella, se frotó los ojos para centrar la vista y llegó a la conclusión de que Emma estaba ya despierta, en pie y fuera de la habitación. No tuvo tiempo de decepcionarse o lamentarse porque la rubia se hubiera marchado sin despedirse, pues tan pronto se quitó de encima la sábana, escuchó el sonido de unos murmullos tras la puerta de su dormitorio.
"¡Buenos días!"
Las vocecillas alegres de Henry Mills y Emma Swan se oyeron a la perfección una vez esta última abrió la puerta y ambos atravesaron su umbral. Henry llevaba en sus manos una bandeja llena de comida digna de desayuno de rey, mientras Emma aplaudía y reía cual madre orgullosa.
"Buenos días..." murmuró Regina algo dormida todavía. "¿Qué es todo esto?"
"Tu desayuno" dijo su hijo, dejando la bandeja con tortitas, zumo y café sobre la mesita de noche de la alcaldesa.
"Desayuno en la cama para la reina de la casa" añadió Emma.
"Vaya" rio Regina con una franca carcajada. "¿Cuál es la ocasión? O, mejor dicho, ¿qué habéis hecho ya?"
"¡Nada!" exclamaron los dos al unísono, alzando las manos en señal de defensa y abriendo los ojos de par en par. Eran la viva imagen el uno del otro.
"Has pasado por mucho en Camelot" explicó el chico.
"Y queríamos mimarte un poco" agregó la rubia.
"¿No te apetece que desayunemos los tres juntos? Como una familia"
"Mientras no me manchéis la cama..."
"¡No seas aguafiestas!" grito Emma con una sonora risa, saltando sobre el colchón al igual que Henry.
La familia comenzó su desayuno. Emma y Henry compartieron un chocolate caliente, mientras Regina se tomaba un café con leche para acabar de activar todas las neuronas de su cerebro. El joven se llenó la boca de sirope para las tortitas, al tiempo que sus madres compartían tostadas y cereales. Era una imagen realmente acogedora. Los tres, en pijama, sobre la cama que ahora era tanto de la sheriff como de la alcaldesa, hablando y riendo como una familia normal en su hogar.
"Henry" susurró Regina al ver que Emma cogía su móvil para responder un mensaje de sus padres.
Henry se giró hacia ella y la vio hacer una señal con sus manos. Regina indicó al joven que untara su dedo en el chocolate y, cuando Emma menos lo esperara, se lo esparciera en la nariz para sorprenderla. Obedientemente, así lo hizo. La Salvadora dejó nuevamente su teléfono móvil sobre la mesita de noche y, cuando viró su rostro hacia su familia, se encontró con la mano de Henry tan cerca de su cara que no tuvo tiempo de reaccionar. Su dedo impactó en su nariz, manchando esta de chocolate y generando en Regina y Henry una franca carcajada.
"Muy graciosos" bromeó Emma cogiendo una servilleta y limpiándose la nariz. "Ahora os vais a enterar" Emma se abalanzó sobre Henry sin piedad y comenzó a hacerle cosquillas. Henry reía sin poder evitarlo, moviéndose compulsivamente sobre el colchón con tal de evitar que su madre siguiera torturándolo de aquella manera. Asimismo, la alcaldesa también rio por la situación. Ver a Emma, la que ahora consideraba una de las personas más importantes de su vida, actuar de forma tan familiar con Henry, el hijo de ambas, era algo que le agrandaba el corazón. No obstante, su felicidad duró poco, puesto que la rubia advirtió sus carcajadas y se detuvo en su ataque hacia Henry para mirarla a ella. "¿Le hace gracia, su Majestad? Porque usted es tan culpable como él, es cómplice"
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Luz y oscuridad [SwanQueen]
Fiksi Penggemar¿Qué pasaría si, a finales de la temporada 4, es Regina Mills la que se convierte en Dark One, en lugar de Emma Swan? ¿Qué pasaría si su daga la poseyera la propia Salvadora? ¿Qué pasaría si, todos juntos, emprendieran un viaje a Camelot para libera...