CHANGE MY MIND | Lando Norris

07

La chica había revisado su boleto por tercera vez en la última media hora, mientras esperaban el llamado para abordar el vuelo internacional. A su lado, Lola dormía en una posición bastante incómoda, pero a juzgar por su respiración pesada, no era un impedimento de ningún tipo.

En parte envidiaba la calma de su mejor amiga. Al principio la morocha había estado muy emocionada y ansiosa con el viaje, pero de nuevo, era de las dos quien, con el tiempo, se había serenado completamente. Aún estaba feliz y ansiosa, pero no le quitaba el sueño.

Por otro lado, Alyssa se sentía más nerviosa que en cualquier momento de su vida. Había comenzado a sentir los latidos de su corazón dentro de su cabeza, con un martilleo constante desde que pusieron un pie en la sala de espera del aeropuerto, y no lograba dejar de pensar que, tal vez la situación era demasiado buena para ser cierta. De hecho, en más de una oportunidad había creído que era un sueño, y que se iba a despertar en cualquier momento, pero sabía que no era así. Sabía que realmente estaba por volar a Bélgica con su mejor amiga, por invitación de Lando, apenas a una semana de que se diera el Gran Premio.

—Pasajeros del vuelo setenta y cinco, cincuenta y cuatro, con destino a Francia, acercarse a la puerta siete 'A' para embarcar —la voz que se escuchó por altavoces la obligó a salir de su trance. Ese era su vuelo.

Alyssa tomó su mochila, que había dejado entre sus piernas, y se paró para despertar a su acompañante. La tarea no fue fácil, considerando que Lola tenía el sueño pesado, pero luego de un par de sacudidas, al fin abrió los ojos, demorando unos segundos hasta ubicarse en tiempo y espacio y ponerse de pie.

La hora de vuelo no era precisamente la mejor. El avión iba a despegar al menos pasadas las once y cincuenta y cinco de la noche, e iban a pasar toda la madrugada sobrevolando el mar, hasta que, al fin, al otro día a la tarde llegarían a Francia y de ahí les restaba un vuelo más corto hasta Bruselas, en Bélgica. Si no querían llegar tan agotadas para elúltimo tramo, que era un viaje por tierra de casi dos horas hasta Francorchamps, al menos debían dormir durante parte el trayecto en la aeronave, pero claro que no era fácil a varios miles de metros del suelo, ni aunque Lando se hubiera asegurado de tratar de conseguir un avión con todas las comodidades.

De hecho, una vez en el mismo, a Alyssa le había costado horrores siquiera sentirse cansada. Estaba con su espalda apoyada completamente en el respaldo de su asiento, y había puesto una película que no sabía muy bien de qué se trataba. Para ser sincera, no le estaba prestando mucha atención desde hacía rato; ni siquiera la había puesto con intención de verla, si no para calmar sus nervios, pero no estaba dando resultados.

Sólo que esta vez, sus nervios no se debían a nada de lo que ella quería echarle la culpa. Es decir, sí, viajar en avión la ponía nerviosa, pero no tanto como se encontraba en ese preciso momento.

—¿Lo? —su mejor amiga estaba escuchando música con los auriculares puestos, y estaba despierta. Lo sabía porque, a pesar de tener los ojos cerrados, movía la boca sin emitir sonido, "cantando".

—¿Si? —la morocha abrió los ojos con rapidez, mirándola con atención y sacándose los auriculares.

—¿Vos creés que...? —trató de formular la pregunta, sin lograrlo. Cuando vio que la otra enarcó una ceja, siguió hablando;—. Me refiero a que, estamos yendo a Spa, porque nos invitó Lando, pero... —De nuevo no sabía qué decir—. No sé, Lo, estoy nerviosa —admitió derrotada—. ¿Y si sale algo mal?

—Pero, ¿qué puede salir mal. Aly? ¿Qué es lo peor que puede pasar? El avión no se va a caer, y no nos va a pasar nada —se apoyó contra la ventanilla—. Al menos eso espero —bromeó.

—No digo eso —murmuró la otra.

—¿Y entonces? —Lola torció la cabeza hacia un costado, tratando de entender, y cuando al fin lo hizo, fue como si se hubiera prendido una lamparita dentro de su cabeza—. ¿Vos tenés miedo de que pase algo con Lando?