Un grupo de amigos que se ve envuelto en un complicado triángulo amoroso, cuando el chico que siempre ha estado enamorado de ella debe luchar por su amor después de que ella regrese a la ciudad.
A medida que la historia se desarrolla, los lazos de a...
No puedo negar que ese beso me tomo un poco por sorpresa, pero las ganas de corresponderle, me hicieron tomarlo por la chaqueta que llevaba puesta.
—¿Me acabas de besar joven Park? — pregunté, él seguía mirándo mis labios fijamente.
—Solo fue un besito —respondió, miro mis ojos, le sonreí mientras más me acercaba a él.
Estábamos tan cerca que podía sentir su respiración agitada.
—Te voy a mostrar un beso de verdad—. Uni nuestros labios, y ensamblaron perfectamente. Sus labios cálidos, suaves. Él se dejó llevar, me tomo de la cintura, mientras yo pase mi mano por su cabello. No podía creer que me perdí de esto por tanto tiempo, pero quien iba a creer que él sentía algo por mí. No era fácil saberlo, ya que Jimin y Nam siempre me han cuidado, creí que me veía como una hermana,y él siempre coqueteaba con alguien más.
—Luego hablamos—, propuso mientras se alejaba con una sonrisa en su rostro.
—Conduce con cuidado, me escribes cuando llegues a casa— volví a despedirme con un gesto de mi mano y cruce la puerta.
Aún estaba asimilando lo que había acabado de pasar, cuando me habla mi madre que estaba en la sala de estar.
—¿Como te fue hija?, ¿con quién estabas?—,pregunto.
—Con Jimin mamá, por qué lo preguntas?
—Hace poco se fue Nam, y tú antes de salir de casa, avisaste que estarías con él y jimin—,respondió. No sabía si contarle todo lo que sucedio, siempre le he tenido mucha confianza. Sin embargo decidí que aún no era el momento.
—Pensé que Nam también iría, pero Jimin me invito solo a mi —respondí. Bese su mejilla, —hasta mañana mami.
—Descansa hija—dijo.
Subí las escalas que dirigen a la segunda planta donde se encuentran las habitaciones, entre en la mía, me desmaquille y me prepare para darme un baño. Me quedé un buen rato en la bañera, al salir de esta puse mi pijama, y me metí a la cama. Cogí mi celular y vi que había dos mensajes.
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¿Por qué vendría Nam a buscarme? ¿Cómo le vamos a contar? ¿Se tomará todo esto mal?. Eran preguntas que no dejaba de repetir en mi cabeza.
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