Capítulo 6

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-¿Ya mérito llegamos?-.

-¡No! ¡Ya van veinte veces!-.

Discutían Janeth y Jacob Ramhaut, en el barco, Jacob disfrutaba de molestarla y ella adoraba que le diera motivos para enojarla.

Eugenia por su lado estaba nerviosa ¿Qué le dirían sus hermanos menores? Sabían que se fue porque eso deseaba y la querían ver feliz como cualquier niño pero ahora teniendo una mejor idea del lugar del que quiso huir tal vez pensarían que fue egoísta por no llevarlos con ella.

Cualquier tipo de duda tuvo que ser sepultada cuando arribaron a Arbezela, no había cambiado demasiado, con excepción de algunos detalles, podía reconocer algunos de sus inventos de niña por la zona, varios de ellos eran funcionales pero no eran la versión final.

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En cuanto la delegación de Pangea llegó, en las calles de Arbezela se llevó a cabo un desfile que anunciaba la llegada del Imperio Pangea, músicos y bailarines del país visitante avanzaban por las calles mientras algunos soldado arrojaban confeti, monedas de oro y frutas, la bandera de Pangea ondeaba con el viento.

Su gobernante junto a la tripulación principal avanzaban sentados sobre bestias feroces de gran tamaño que con ellos eran sumisos, el emperador de Pangea avanzaba con su típica máscara y gran capa que cubría todo su cuerpo. Eran vistos con miedo, respeto y unos cuantos los miraban con admiración, eran tan libres, todo lo contrario a Arbezela, aquel país al otro lado del mar era tan enigmático, se sabía tan poco pero se veía tan atrayente ir ahí.

En el castillo fueron guiados hasta la sala del trono donde esperaban el emperador y la emperatriz junto a su hija, concubinas, hijos de estas y claro, las joyas de la princesa Ariana.

-¡La delegación de Pangea junto al Emperador del Cataclismo, ha llegado!- anunciaron los sirvientes antes de abrir la puerta y dejarlos pasar.

-Nosotros, la delegación de Pangea saludamos formalmente a su majestad imperial y la familia real, junto a sus concubinas- se inclinaron respetuosamente ante ellos.

-Gracias por venir desde tan lejos y con tan poco tiempo- agradeció Jaider con una falsa sonrisa -Aunque debo decir que creí que podría ver su rostro desde que arribara-.

-A mi no me importa esperar hasta la hora indicada, después de todo yo soy el que tiene más posibilidades de ganar- se burlaba el emperador de la otra nación, era conciente que accedieron a negociar la paz por falta de recursos. -Es una lastima que este viaje sea resultado de una discusión política y no de placer, es un lugar muy brillante- dijo el emperador de Pangea molestando a los emperadores y su hija, Benela se divertía viendo a la bestia de Pangea morder fibras sensibles.

-Por suerte solo faltan unas horas, sí gustan acompañarnos al comedor para el almuerzo-.

-Me temo que nos negamos- interrumpió rápidamente Rook -Comeremos en el barco, después de todo está es solo una formalidad, las negociaciones serán rápidas. Aunque daremos una pequeña exposición cultural en el barco, toda la tripulación estará ayudando y cualquiera puede ir, en estos momentos mis hombres deben de estar entregando volantes. Hasta la hora acordada- dicho eso la delegación retornó al barco pero antes de salir, Jaider hizo una extraña petición para su familia pero algo predecible para la tripulación de Last Hope.

-Me gustaría hablar en privado con usted, señorita Annette Starrick- dijo Jaider, la sonrisa tranquila de Annette no había cambiado ni un poco, ella miró a su emperador enmascarado, este asintió y Annette esperó al emperador cerca de la puerta, este se alejó de su familia sin decir nada.

La Princesa Pirata (Fanfic De Las Joyas De La Princesa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora