Overtime work. - K. Nanami

XVI

日没
× sunset ×

- A ver si entendí bien -Gojo habló, luego del encuentro inesperado que ambas parejas tuvieron en la cabaña donde, se suponía, iban a disfrutar de sus vacaciones-. La cabaña es de una mujer mayor, no sabe cómo funciona la página de reservas, y puso como disponible esta cabaña, cuando ya había sido reservada.

Gojo, Sayu, Nanami y ______ se encontraban sentados en la sala de estar, que se encontraba adornada de dos grandes sillones de color beige. Habían decidido sentarse a charlar sobre el inconveniente que surgió, para ver si podían llegar a algún acuerdo. 

- Eso supongo -el rubio suspiró; lo único que quería hacer este fin de semana era relajarse junto a ______ lejos de la estresante ciudad de Tokio, pero ahora ese deseo se encontraba interrumpido. No era que Sayu y Gojo no le cayeran bien, simplemente no eran las personas con las cuales quisiera estar en un fin de semana tranquilo. 

Planeando el viaje se imaginaba entre las sábanas junto a la castaña; él detrás de ella, abrazando con delicadeza su cuerpo desnudo y provocando una fricción íntima que sólo entre ellos podían sentir; ambos disfrutando de ese momento, observando la nieve caer por la ventana del cuarto. Tan solo ese pensamiento le hizo erizar la piel y esperar con ansias ese momento, y sin dudarlo reservó la mejor cabaña que pudo encontrar en el pueblo. 

- Hablé con la dueña, y me dijo que no habían más cabañas disponibles por el momento. Lo único que puede hacer es traer un colchón extra para que todos nos podamos quedar. -espetó Kento.

- ¡Pues toca dormir juntos, Nanami! -bromeó Gojo, pero al contrario no le pareció gracioso- Pues, a mi no me molesta realmente. Podríamos ir a buscar alguna cabaña desocupada por aquí, pero dudo que haya alguna. -tenía razón; Takayama estaba en una de sus temporadas más altas, y no habían muchos lugares para ofrecer. 

- No perdemos nada en buscar, ¿no? -sugirió Sayu- Vamos, Gojo. -se levantó del sillón, incitando a su pareja a acompañarla a buscar alojamiento en otro lugar, aunque sus verdaderas intenciones eran dejarlos a _____ y Nanami solos por un momento. La pelinegra, haciendo uso de lo que ella llamaba su "instinto", pudo percibir que ambos se encontraban en un momento bastante íntimo antes de que ellos interrumpieran con su entrada. 

- Vamos, mi amor. -coqueteó el peliblanco, cosa que hizo poner nerviosa a la contraria. A continuación, se paró y pasó su brazo por los hombros de Sayu, dirigiéndose a la entrada.

- ¡Volvemos en un rato! -avisó la pelinegra, para esfumarse luego de unos segundos. 

El rubio y la castaña se mantuvieron en silencio por unos segundos, sin saber realmente qué hacer. Podría decirse que había cierta incomodidad luego de lo que hicieron durante varios minutos antes de la interrupción.

- Qué suerte, ¿no? -comentó ______ rompiendo el silencio. Nanami rio de forma irónica, y la observó. 

- Quiero que sepas que lo que empezamos hoy, de alguna manera lo vamos a terminar hoy. -espetó el mayor, con aquella voz levemente ronca que lo caracterizaba.