Overtime work. - K. Nanami

XX

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× 𝕷𝖑𝖆𝖒𝖆𝖉𝖆 ×

Toji, Megumi, y _______ se encontraban en la sala de espera del hospital de Tokio, luego de que le informaran por teléfono que Nanami había sido atropellado por un auto que se dio a la fuga.

Las lágrimas no paraban de salir de la castaña, quien tenía sus codos recargados en sus muslos, y sostenía su cara con las palmas de sus manos. Sentía que se le caía el mundo mientras esperaba que el doctor saliera de la habitación donde se encontraba Nanami para decirle su diagnóstico.

— ________, tranquila, él va a estar bien... —susurró el azabache, acariciando su espalda suavemente, intentando darle todo el apoyo emocional que podía darle en ese momento.

Megumi, por su lado, estaba sentado, con la vista clavada en el piso. Odiaba los hospitales, le traían malos recuerdos de su madre, por lo que omitia siquiera pasar por fuera de ellos. Sin embargo, sabía que en esta ocasión debía acompañar a su padre y a su amiga.

— Toji... —levantó su rostro, dando a relucir su rimmel corrido, y sus lágrimas brotando fugazmente. El corazón del azabache pareció retorcerse ante esa imagen— Gracias por acompañarme. —no dudó en abrazarlo. Necesitaba un hombro en el cual llorar, y no dudó en romper en llanto nuevamente una vez apoyo su cabeza en el hombro del mayor.

— Siempre estaré aquí... —buscó dar palabras de apoyo, mientras acariciaba levemente la cabellera de la contraria.

En un momento, sintió su móvil sonar dentro de su bolsillo, por lo que se separó y lo sacó del mismo, atendiendo una llamada desconocida.

— ¿Aló? —habló ________, aún con su voz quebrada.

— Hola, _______, tanto tiempo. —una voz femenina que conocía a la perfección estaba del otro lado de la línea— Me imagino que debes estar muy dolida por lo que le hice al estúpido de tu novio, ¿no? —el corazón de la castaña parecía haber parado de latir por un instante— Ups, me delaté. —rió cinicamente.

— Yuri... déjame en paz de una vez. —comenzó a sollozar nuevamente. Parecía que el infierno por el que tuvo que pasar dos veces ahora se volvía a repetir; Yuri no se iría de su vida hasta tener consecuencias peores.

— ¿Te creías que me ibas a apartar tan fácil con solo echarme del trabajo? No me conoces tanto como yo creía, linda.

— Eres una psicópata de mierda. —no dudó en lanzar lo que pensaba desde lo más profundo de su corazón.

Los Fushiguro escuchaban la conversación un tanto extrañados, ¿quién sería aquella mujer con la que estaba hablando? Y, ¿qué tan mal le ha hecho a ______ como para dirigirse a ella de esa forma?

— Me aseguré de pisarlo unas... —hizo un silencio corto, intentando recordar— Tres veces. Para adelante y luego marcha atrás. —volvió a reír, mientras la contraria abría sus ojos del horror que estaba experimentando— No hice tanto como para matarlo, aún quiero jugar un rato más, así que tranquila.