Johnny.
-No he traído pijama. -Maddie hace un puchero mientras entra en mi dormitorio.
-¿Por qué no? -le pregunto, al ver que sigue con la misma ropa del aeropuerto a pesar de que la hemos desempacado toda en su habitación. No tenía mucha, así que le prometí que mañana iríamos de compras.
-Los que me compró mamá me quedaban grandes y me picaban. -se encoge de hombros y se acerca a mi cómoda. -¿Puedo ponerme una de tus camisetas?
-Por supuesto, pequeña. -me acerco a ella por detrás, toma una y se gira para mirarme.
-¿Está bien esta? -me enseña una camiseta blanca desgastada y asiento. Es una vieja camiseta de trabajo, pero está limpia aunque sea transparente.
Justo cuando voy a enseñarle dónde está el baño, se toma la camisa de tirantes y empieza a quitársela. Me doy la vuelta y le doy la espalda mientras empiezo a regañarla.
-Maddie no puedes quitarte la ropa así por la casa. Ahora vives conmigo.
-¿Y? -dice, y puedo oír la ropa golpeando el suelo. -Eres mi papi. ¿Qué más da?
Pienso en sus pechos desnudos y tengo que cerrar los ojos con fuerza.
-Es que no está bien, ¿de acuerdo?
-De acuerdo. -prácticamente la oigo poner los ojos en blanco.
-¿Podemos ver una película ahora?
-¿Estás vestida? -le pregunto mientras me agacho y me aseguro de que mi erección está oculta, aunque llevo unos pantalones cortos de baloncesto que no esconden mucho. Me cambié cuando volvimos, así que solo llevo pantalones cortos y una camiseta.
-Sí. -suspira dramáticamente y me giro para verla con mi camiseta de gran tamaño. La cubre mejor que su ropa, que está amontonada a sus pies. Debe de habérselo quitado todo.
-¿Necesitas otra paleta? -le pregunto cuando vuelvo a atraparla metiéndose el pulgar en la boca.
-No. -se lo quita rápidamente y bosteza.
Cuando llegamos al salón, solo hay un pequeño sofá y nada más para sentarse. Como vivo solo y siempre le envío el dinero que me sobra a la mamá de Maddie, no tengo mucho para mí. Tendré que cambiar eso pronto ya que vivirá conmigo a tiempo completo.
-¿Podemos acostarnos? -me mira con sus grandes ojos dorados y toma mi mano entre las suyas. -Quiero acurrucarme.
-De acuerdo. -digo y tomo el mando a distancia.
-Túmbate tú primero, que eres muy grande, y yo me acomodaré donde pueda. -bromea, y yo intento no gruñir mientras me estiro en el sofá.
Es un sofá de tamaño normal, pero soy grande y apenas puedo acostarme yo. Ya veo que no va a haber lugar para ella y voy a decírselo. Pero cuando abro la boca para decir algo, me detengo cuando se sube encima de mí. Me quedo quieto mientras su pequeño cuerpo se mueve sobre mí y se acomoda. Es tan pequeña que, aunque su cabeza descansa sobre mi pecho, tiene que abrir las piernas para que sus rodillas queden a ambos lados de mi cintura. Siento su peso sobre mi polla y me pregunto si notará lo duro que estoy. Aprieto los dientes y cierro los ojos con fuerza mientras hago acopio de todo mi control.
-Oh, eso se ve bien, papi. -se sienta y su trasero frota sobre mi polla mientras señala la pantalla. -Ponte esa.
No tengo ni idea de lo que es, pero presiono y pongo la película. Maddie vuelve a tumbarse sobre mi pecho, pero aún noto que se balancea un poco sobre mi polla.
-Estate quieta, pequeña. -le digo mientras le rodeo la espalda con el brazo y le pongo una mano en el culo. -Cierra los ojos e intenta dormir un poco.
-Me siento tan bien que no quiero perderme nada. -se ríe y empiezo a jugar con su pelo.
-Relájate. -le digo a ella y a mí mismo. Al cabo de un momento, escucho un sonido y mis dedos se detienen. -¿Te estás chupando el dedo otra vez?
-¿No? -responde como una pregunta y niego.
-Sabes que no debes hacer eso. -la regaño y levanta la vista hacia mí.
-Ya no tengo paletas. -saca el labio inferior y me mira con ojos de cachorrito.
-¿Quieres que te traiga unas? -le pregunto y ella niega.
-Quizá más tarde. Tengo demasiado calor. -siento que su cuerpo se desliza un poco hacia abajo mientras se acurruca contra mí y empieza a ver la película otra vez.
Soy tan consciente de su cuerpo sobre el mío que me confundo cuando siento que baja más y más. De vez en cuando, baja unos centímetros más. Decido que debe de querer ponerse cómoda, porque al cabo de un rato oigo el suave sonido de sus ronquidos. Tiene la cabeza apoyada en la parte baja de mi vientre y sigo jugando con su pelo cuando miro hacia abajo y veo que tiene el pulgar entre los labios. Cuando me agacho y se lo quito, emite un gemido.
Baja un poco más y gira la cabeza lo suficiente para que sus labios rocen la piel expuesta donde se me ha subido la camiseta. Aprieta los labios y siento el calor y la necesidad como nunca antes y pienso que quizá tenga la solución a su fijación oral.
-Papi. -murmura en sueños, y le aparto el pelo de la cara.
-Shh, papi te tiene, pequeña. -empujo suavemente la parte delantera de mis calzoncillos de baloncesto hacia abajo lo suficiente para que asome la punta de mi polla. -Papi está aquí. -empujo su cabeza un poco hacia un lado para que sus labios rocen la punta. -Eso es, buena chica. -le susurro mientras empieza a chupar la palpitante cabeza de mi polla.
Esto está mal, está jodidamente mal, pero joder, qué bien se siente. Veo cómo sus labios hinchados me envuelven y empiezan a chupar exactamente igual que hizo con la paleta. Tiene los ojos cerrados y está inmóvil, aparte de su boca que usa mi polla como chupete.
Con todo el cuidado que puedo, me bajo un poco más los calzoncillos y me meto en su boca unos dos centímetros. Es todo lo que me atrevo a hacer para que no se despierte, pero para mí es suficiente. Le acaricio suavemente la mejilla y el cabello mientras hace los sonidos más dulces y la observo succionar suavemente.
-Qué buena chica. -la elogio y me deslizo ligeramente dentro y fuera de ella. Se me corta la respiración y me tiemblan las manos al follar la boca de mi hija con tanto cuidado.
Puede que esté dormida, pero sé que le gusta. Tiene que gustarle, con lo ansiosa que está por encontrar algo que la llene. Si no es mi polla, encontrará algo, así que en realidad la estoy ayudando.
Cierro los ojos con fuerza cuando siento que se me hinchan las pelotas y sé que debería sacarla. No debería correrme en la boca de mi pequeña, pero sigue chupando como si quisiera aún más. Joder, esto está muy mal, pero mírala cómo sigue. Podría sacarla y correrme en mis calzoncillos, pero podría despertarse. No tengo más remedio que acabar donde está.
Sujetándole la nuca para que no pueda apartarse, siento cómo el semen sale a chorros de mi polla y se vacía en su boca. Es una gran corrida, y cuando la suelto, empieza a agitarse.
-Traga, pequeña. -le susurro, y lo hace dormida.
Tengo el tiempo justo de correrme en su boca antes de sacarle la polla y arrastrarla por mi cuerpo.
-¿Papi? -pregunta mientras parpadea mirando la televisión y luego me mira a mí.
-Te estoy poniendo más cómoda. -le digo mientras la aprieto contra mí. -Adelante, vuelve a dormirte.
-De acuerdo. -canturrea de placer mientras se acurruca de nuevo y abre las piernas.
Entonces me doy cuenta de que aún tengo la polla afuera y de que no lleva bragas. Noto el calor de su coño rozándome la polla y casi gimo de necesidad.
🟪»»
Turrrrrrbiooooo •-•'
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One Shots [+21] «Johnny Depp»
FanfictionADAPTACIONES del inglés al español, ninguno de los relatos en este libro son de mi autoría. Alto contenido para adultos. Mención de temas muy tabú. Se recomienda discreción. Original de Alexa Riley.