°Director° ¹

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Linn.

-Si el producto se divide entre la suma del resto, obtenemos el...

La maestra Sallow empieza la lección de hoy, pero no me importa. ¿Por qué va a empezar una nueva lección cuando las clases acaban en dos dias? Le permiten que intente torturarnos hasta el último segundo.

¿Qué haría si me levantara y me fuera? Tengo dieciocho años, así que técnicamente no tengo que estar aquí, pero le prometi a mi papá que me portaria bien. Tiene planeado un regalo especial para mi graduación y me dijo que si me metía en problemas no me lo iba a dar. Suspiro mientras miro alrededor de la sala y veo que todo el mundo está tomando notas o jugando con sus teléfonos mientras la maestra no puede ver.

Estoy en el fondo de la sala y el pupitre de al lado está vacio. Perfecto. A veces, cuando me aburro en clase, me gusta fantasear con cosas sucias, y parece que así el tiempo pasa más rápido. Mis ojos se desvían hacia la ventana que da al patio de mi colegio femenino. El sol brilla y me pregunto cómo seria tumbarme en la hierba en topless y que me calentara en un lugar que se supone que debo mantener oculto. Mis pezones se endurecen al pensar en cómo podria soplar la brisa sobre ellos justo antes de que él estuviera de pie sobre mi.

Cierro los ojos e imagino que me observa tumbada antes de arrodillarse a mi lado y acercarme la boca al pezón. ¿Me lo lamería primero o lo chuparía enseguida?

-Linn. -abro los ojos y veo a la señora Sallow de pie, con una mezcla de enojo y sorpresa en la cara. Mira hacia mi regazo, y entonces me doy cuenta de que debo haber deslizado la mano entre las piernas mientras soñaba despierta. Tan rápida y discretamente como puedo, retiro la mano y me enderezo, pero es inútil. Se agacha para que nadie más pueda oírla regañarme. -¿Qué te he dicho de eso? -su tono está lleno de asco y vergüenza mientras sisea las palabras. -Se supone que las chicas buenas nunca deben hacer eso.

-Lo siento. -digo en voz baja, pero ella se endereza y sacude la cabeza en negación.

-Levántate, vamos al despacho del director.

-Pero... -intento discutir, pero ya está tomando mi mochila del suelo. Mierda, no puedo meterme en problemas. Ahora no.

-Vamos, o lo empeorarás. -cuando decido mirar alrededor del salón, solo hay unas pocas personas mirándome mientras el resto aprovecha la distracción de la maestra para hacer cualquier cosa en sus teléfonos. Nadie ha oído lo que me ha dicho y, por suerte, creo que nadie me ha visto mientras soñaba.

-Señorita Sallow, por favor. -lo intento de nuevo una vez que estamos en el pasillo.

-Linn, he ignorado tus acciones durante demasiado tiempo. -se detiene y me mira como si fuera una puta. -Puede que ahora tengas dieciocho años y estés a punto de graduarte, y puede que no pueda hacer nada para impedirlo porque eres una estudiante sobresaliente, pero no voy a tolerar tal, tal...

Parece que no se le ocurre una palabra que describa adecuadamente la repulsión que siente, así que vuelve a intentarlo.

-Se supone que las chicas buenas no deben hacer eso. -dice finalmente.

Quiero discutir con ella que es natural y que mi papá me dijo que todo el mundo lo hacía, pero está jodida maestra siempre me ha odiado. No es la primera vez que me lleva al despacho del director, pero espero que sea la última.

Una vez en el despacho, pasamos por delante de la mesa vacía de la secretaria y ella se dirige directamente a la puerta del director y toca con fuerza.

-Adelante. -dice el director Depp, y la señora Sallow sonríe con suficiencia mientras entramos. Ella hace un espectáculo al tomar mi bolso y dejarse caer en una de las sillas que están frente al escritorio del director Wang. Los dos nos quedamos ahi de pie mientras él frunce el ceño y asimila lo que tiene delante. -¿En qué puedo ayudarla, señora Sallow?

-Una vez más, tengo un problema con la señorita Linn controlándose. -cruza los brazos sobre el pecho de forma protectora y me mira de reojo. -Es repugnante, y no lo tolerare ni un momento más.

El director vuelve los ojos hacia mí, pero su expresión no delata nada.

-Lo entiendo. -dice y se levanta de su escritorio. -Me aseguraré de que se ocupen de ella y no la tendrá en su clase durante el resto del día. -ella suspira aliviada y luego sonríe alegremente.

-Gracias por su comprensión, director. Como siempre, aprecio su discreción en estos asuntos tan delicados. -la forma en que lo mira es lo verdaderamente repugnante. Actúa como una monja enamorada que nunca ha visto a un hombre.

Cierto que el director Depp es caliente, así que no puedo decir que se equivoque. Las pocas canas alrededor de las sienes le hacen parecer mayor, pero solo aumentan su atractivo. También es grande y tiene un grueso cuerpo de papá. La mayoría de las chicas del colegio no lo miran, pero sé que los profesores cuchichean sobre él.

La señora Sallow pierde la sonrisa, me lanza una última mirada de repulsión y sale del despacho. En cuanto se va, el único sonido que queda son los pasos del director Depp, que cruza la habitación y cierra la puerta.

Me relamo los labios e intento no mirarlo mientras se dirige a su escritorio y toma asiento.

-¿Otra vez, Linn? -pregunta en voz baja, y mi corazón empieza a latir más deprisa.

-Lo siento, yo...

-Estabas soñando despierta, ¿verdad? -su voz es uniforme y tranquila, tan distinta a la de la Sra. Sallow. Cuando asiento, él también lo hace porque esperaba la respuesta. -¿Y qué hacías soñando despierta?

No puedo mirarlo mientras juego con el borde de mi falda.

-Solo pensaba en cosas.

-¿Algo que no pudiste controlar hasta llegar a casa?

Cuando lo miro, veo que está pasando las puntas de los dedos por el borde de su escritorio.

-No lo sé. -me encojo de hombros y miro hacia mis pies.

-Solo te quedan dos días, Linn. ¿De verdad quieres terminar así tu estancia aquí? -su voz es tan suave y gentil, y es una de las cosas que siempre me han gustado de él. Nunca me ha juzgado o avergonzado por lo que me he metido en problemas.

-Lo siento. Se supone que no debo meterme en problemas, pero se me olvidó lo que estaba haciendo. Estaba aburrida y la escuela casi ha terminado. -vuelvo a encogerme de hombros porque, aunque me da vergüenza, me siento segura diciéndole esto. -Y entonces me atrapó, y no supe qué decir.

-¿Terminaste? -levanto la cabeza ante la pregunta, y él parece tan relajado que me pregunto si lo he oido bien.

-¿Qué? -pregunto aunque sé exactamente lo que ha dicho.

-No puedes ir a tu próxima clase si no te has ocupado del problema. -sus ojos se mueven por mi cuerpo y se detienen justo en mi falda, donde se queda mirando un largo momento antes de repetirse. -¿Terminaste?

-No. -digo rápidamente y sacudo la cabeza.

-Muy bien, entonces lo harás ahora para que puedas ir a tu próxima clase sin distracciones.

¿El director Depp acaba de pedirme que me masturbe delante de él? Mi cara inexpresiva debe hacer la pregunta por mi porque asiente mientras se reclina en su asiento.

-No tengo todo el dia, señorita Linn. Métase la mano en las bragas.

One Shots [+21] «Johnny Depp»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora