°Chúpala🍭° ¹

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Johnny.

Mi pequeña por fin vuelve a casa, y después de siete años separados, no puedo esperar a tenerla en mis brazos. Ha pasado tanto tiempo porque su mamá y yo tuvimos un divorcio de mierda y ella la arrastró al otro lado del país, lejos de mi. Tengo un buen trabajo aqui, y con lo mucho que le enviaba de manutención, no podía dejarlo. Puede que no tenga mucho, pero le di todo a mi pequeña Maddie.

Así que me quedé y la llamé siempre que pude. Intenté visitarla varias veces, pero la madre de Maddie siempre ponía la excusa de que estaba en un campamento u ocupada con los estudios. Finalmente, cuando cumplió dieciséis años, le envié un teléfono y nos hemos estado mandando mensajes los últimos dos años.

Hicimos un plan para que cuando cumpliera dieciocho viniera a vivir conmigo porque su mamá ya no podía impedirlo. Esta mañana ha tomado un avión y llevo horas esperando en el aeropuerto para poder traer a mi pequeña a casa.

A su mamá le dio un ataque, pero creo que fue más porque ya no recibirá la manutención que porque se preocupara por mi niña. La mayor parte del tiempo creo que se aferraba tanto a ella porque sabía que me haría daño. Pero después de su cumpleaños, no hay nada que pueda hacer, y tengo toda una lista de cosas divertidas que podemos hacer para recuperar el tiempo perdido.

Hay un anuncio en lo alto y me emociono cuando escucho que su avión ha aterrizado. Me levanto y me dirijo a las escaleras mecánicas con mis flores en la mano mientras espero a mi pequeña.

Hoy hay mucho tráfico en el aeropuerto local, pero solo unas pocas personas a la vez bajan por la escalera mecánica hasta la salida. Observo cómo cada persona sube y baja lentamente. Hay un matrimonio seguido de una pareja mayor. Luego un par de hombres de negocios y una madre con niños. Espero un poco más y luego veo a una mujer que tiene mis ojos muy abiertos.

Lleva una falda corta que deja ver unos muslos suaves y una camiseta de tirantes ajustada. Hace un calor del infierno, así que no puedo culparla, pero está tan ceñida a las tetas que veo que no lleva sujetador. Me fijo en el contorno de sus pezones y, joder, me estoy poniendo duro.

Miro a mi alrededor y veo que todos los ojos están puestos en la mujer mientras baja lentamente por las escaleras mecánicas. Esta mujer debe estar deseando una polla por la forma en que va vestida. Lleva el pelo largo recogido sobre la cabeza y gafas de sol mientras la luz entra a raudales. Entonces veo cómo saca una paleta del bolsillo trasero y se la lleva a la boca. Sus labios carnosos la envuelven, y gruño en el fondo de la garganta al pensar en esa boca chupándome hasta dejarme seco.

-Joder, eso sí es una boca. -oigo decir a un hombre que pasa a mi lado y me río con él.

Todos los hombres de aquí están pensando en meterle algo, incluido yo. Maldita sea, tengo que concentrarme. Maddie llegará en cualquier momento.

Mientras vuelvo a mirar por la escalera mecánica, escucho un chillido de emoción y miro a mi alrededor. Tardo un segundo en darme cuenta de que el sonido procede de la mujer. Ha bajado de la escalera mecánica y viene hacia mí con una gran sonrisa.

-¡Papi! -vuelve a chillar, y tengo el tiempo justo de abrir los brazos cuando la mujer se lanza hacia mí.

-¿Maddie? -pregunto incrédulo. No recuerdo la última vez que ví una foto suya, y nunca iba vestida así.

Se echa hacia atrás en mis brazos y se quita las gafas de sol. Sus preciosos ojos dorados me miran fijamente y los reconocería en cualquier parte.

-Pequeña. -le digo y la aprieto contra mí, hundiendo la cara en su cuello.

-Te he echado mucho de menos, papi. -sus piernas me rodean la cintura y recuerdo que lleva falda. Tengo que poner mis manos en su trasero para mantenerla cubierta, y puedo sentir sus suaves mejillas tratando de salir.

-Tranquila, Maddie. -le digo mientras la pongo en pie. -La gente te verá las bragas.

-Papi, no seas tonto, no llevo. -se ríe mientras pone los pies en el suelo.

¿No lleva bragas? Santa mierda. Entonces siento sus labios en mi cuello mientras me besa y sus manos van a mi cintura. Soy mucho más alto que ella, es su lugar natural, pero si los baja, se acercará peligrosamente a la erección que estoy tratando de ocultar.

¿Cómo diablos esta chica es mi pequeña? ¿Cuándo se ha convertido en una mujer?

Tomo su rostro entre sus manos, miro su boca llena y tengo la intensa necesidad de besarla. Los padres besan a sus hijas en la boca, ¿verdad? Me inclino, le doy un rápido beso y después me lamo los labios. Puedo saborear el dulce caramelo que estaba chupando y, como si pudiera leerme la mente, vuelve a meterse la paleta en la boca.

-Vamos por tus maletas. -la acerco a mi lado, sobre todo para ocultarla de los hombres que la miran fijamente.

-Estoy tan feliz de estar aquí. -apoya su mano en mi estómago mientras caminamos y yo mantengo mi brazo alrededor de su cintura.

-Yo también, pequeña. -intento no pensar en el lento ir y venir de su mano sobre mi estómago mientras tomamos sus maletas y nos dirigimos a la camioneta.

Le abro la puerta del pasajero, pero mi camioneta es tan alta que tengo que ayudarla a subir. Tiene que agacharse para ponerse el cinturón y no puedo evitar mirarle el culo. Tiene la falda levantada y casi puedo verle entre las piernas. Me obligo a apartar la mirada, le abrocho el cinturón y me dirijo al otro lado de la camioneta. Antes de entrar, me ajusto la polla y la aprieto para intentar que baje. No lo consigo.

-¿Estás cansada? -le pregunto de camino a casa, y bosteza.

-Tengo mucho sueño. -se ha terminado la paleta y veo cómo se mete el pulgar en la boca.

-No me digas que sigues haciendo eso. -me burlo mientras le quito el pulgar de la boca y le tomo la mano.

-No puedo evitarlo. Siento la boca vacía si no tengo algo en ella. -hace un puchero y coge otra paleta del bolso.

Pienso en que la ví en las escaleras mecánicas y en cómo fantaseé con darle algo de chupar y tengo que mirar por la ventana. No sabía que era mi hija cuando tuve esos pensamientos, y tengo que obligarme a parar. Sí, tiene dieciocho años, pero está mal, y sé que no puedo actuar solo por este impulso.

-¿Crees que puedo echarme una siesta cuando lleguemos a casa? -me pregunta, sacándome de mis pensamientos.

-Podemos hacer lo que quieras. -le ofrezco y aprieto la mano que aún sostengo. Maddie tira de ella hacia su regazo y noto sus muslos desnudos cuando mi mano se apoya entre ellos.

-Bien porque todo lo que quiero hacer es acurrucarnos juntos mientras vemos una película y nos quedamos dormidos.

De repente, los pensamientos que llenan mi mente son los que un padre nunca debería tener.

One Shots [+21] «Johnny Depp»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora