°Nuestro Secreto° ¹

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Nina.

Miro por la ventanilla mientras hacemos el largo trayecto hasta casa del tío Depp. Solo le he visto un puñado de veces a lo largo de los años. Odiaba la ciudad, decía mamá, y por eso vivía en medio de la nada, pero aun así gobernaba la familia con mano de hierro.

Sinceramente, no tengo ni idea de lo que hace. Creo que puede tener algo que ver con las acciones. Sea lo que sea, lo hace bien porque nos mantiene a mi madre y a mí. Apareció un día de la nada después de que mi padre nos abandonara, y nuestras vidas cambiaron para siempre. Pasamos de un parque de caravanas a una casa lujosa en una urbanización cerrada. Me sacaron de la escuela pública y me dieron mi propio profesor, que venía a casa todos los días para darme clases, y hace meses que obtuve mi diploma.

Debería haber sabido que algo pasaba cuando mamá nunca habló de lo que pasaría después de graduarme. Pero bueno, ella no hace nada. No se hablaba del futuro para mí, ya que cada día era como los demás. Anhelaba algo diferente y me sentía sola. A veces le preguntaba a mamá si podía hacer ciertas cosas, pero nunca me dejaba. Me decía que no estaba permitido en la lista de reglas de mi tío. Había que cumplir todas las normas o nos echaban a la calle. Al menos, eso era lo que yo entendía.

Al principio, todo era maravilloso porque siempre teníamos la nevera llena de comida y yo tenía mi propio dormitorio. Era un gran cambio con respecto a la vida que habíamos tenido antes.

Había oído a mi padre hablar de mi tío Depp antes de conocerlo. No eran hermanos cercanos, y mi padre lo detestaba. Se emborrachaba y decía que Depp le había robado el negocio familiar y que, como él era el hermano mayor, debería haber sido suyo. Tengo la sensación de que mi padre no se quedó con el negocio familiar porque fue repudiado. Tenía muchos malos hábitos, y creo que mi madre era uno de ellos.

Alguien me dijo una vez que mi madre solía ser stripper, y que así fue como ella y mi padre se conocieron. Incluso se burlaban de que el hombre que yo conocía como mi padre podría no serlo realmente.

Mirando a mamá, nunca sabrías que una vez se quitó la ropa por dinero y tal vez hizo otros favores. No cuando se sienta a mi lado con un vestido de marca Chanel. Su traje costó más que la caravana en la que una vez vivimos.

No tengo ni idea de lo que se chismeaba por el parque de caravanas fuese real. Yo solo estaba feliz de estar fuera de ahí.

Una vez que mi padre se decidió y se fue, empecé a ver un cambio en mi madre. Ella comenzó a adoptar algunos de los hábitos de mi padre y, a menudo no volvía a casa. Saltaba de una caravana a otra, dejándome sola en la nuestra cuando solo tenía doce años.

Entonces, un día, el tío Depp estaba en la puerta de nuestra caravana, tan fuera de lugar con su elegante traje y su coche. Recuerdo que entonces era más grande que la vida e igual de intimidante. Tenía un aura de poder que se desprendía de él y, aunque yo tenía trece años, sigo sintiendo lo mismo ahora. Ese fue el día en que nos mudamos y nunca volví a ver ese parque de caravanas.

Aunque todo fue mejor, con el paso de los años, empecé a darme cuenta de lo aislada que estaba realmente. Sobre todo cuando deje de asistir a la escuela. Siempre estábamos solas mamá y yo, pero algunas veces ella salía. La mayoría de las veces me quedo en casa, y cuando salgo, la seguridad viene conmigo. Si mamá se fuera sola, la seguridad se quedaría atrás, cosa que nunca entendí.

Depp solo viene una vez al año, como para hacer un tipo de check-in, y él y mi madre repasan las normas. Después de eso, salía por la puerta, sin mirarme. No entendía porque no se preocupaba por su hermano, pero cuidaba de nosotras. No debería cuestionarlo, y en todo caso, debería estar agradecida, pero las cosas de nuevo están cambiando.

-¿Por qué tengo que mudarme? -le pregunto a mi madre por décima vez. Hace dos días me dijeron que me tendría que mudar a la finca familiar.

-Ya es hora. -hay un brillo en los ojos de mi madre. Últimamente lo noto más, y me pregunto si habrá caído en algunos hábitos que incluyan drogas.

-¿Hora de qué?

-Tu tío Depp está solo. Necesita que alguien le haga compañía.

-¿Quiere compañía?-el hombre apenas habla. Creo que no le caigo bien. Cuando me dirigía una mirada, su rostro se volvía duro y sus ojos oscuros me atravesaban.

A pesar de lo grande y aterrador que era, tenía algo que me atraía. Sentía una extraña fascinación por él y a menudo me sorprendía pensando en él y recordando las cosas que decía mi padre. Parecía frío, pero seguro que pronto lo descubriría.

-Sí, quiere compañía.

-¿Por qué vas conmigo?

-Porque a mí no me quiere. -sus labios se fruncen. Quizá no sea algo malo. Un poco de espacio de mi madre podría ser agradable. Ella nunca ha sido una madre cálida y atenta del todo. -¿Tomaste tus pastillas?

-Sí. -esa fue otra nueva regla que apareció cuando cumplí dieciocho. Un médico vino a casa para hacerme un chequeo. Me puso unas inyecciones y me dio unas vitaminas. Mamá decía que todas las chicas lo hacían al cumplir los dieciocho.

Al principio no noté ninguna diferencia, pero después de un tiempo, noté cambios, aunque podría ser parte de hacerse mayor. He ganado algo de peso, de lo que mi madre se quejaba constantemente.

No heredé sus genes porque ella es delgadísima. Mis curvas se han rellenado más, pero lo que más noté fueron mis pechos. Me duelen a menudo, como otras partes de mí, y ahora empieza a ser casi doloroso. Tal vez debería pedir volver a ver a ese médico.

-Ya casi hemos llegado. -dice mamá, poniéndose las gafas de sol para ocultar sus ojos. -Tienes que entender algo, Nina. Depp ha sido bueno con nosotras. Si te pide que hagas algo, lo haces. Recuerda nuestra charla sobre los hombres y sus necesidades.

-Mamá. -murmuro mientras la vergüenza me calienta la cara y miro hacia el conductor. Sí que recuerdo esa charla. No me gustaba tenerla con ella. Prefería enterarme por mis libros románticos. Puede que no fueran la realidad, pero podían hacerme soñar y anhelar más.

-Ahora no es el momento de ser tímida.

-¿Qué quieres decir?

-Tendrás nuevas reglas. -dice, sin responder a mi pregunta.

-Por supuesto. -pongo los ojos en blanco.

-No seas una perra. -me estremezco ante sus palabras. Desde que me dijeron que me mudaba, mamá ha sido cruel y grosera conmigo. Normalmente, no me presta mucha atención, pero ahora me ha estado lanzando indirectas. Si no la conociera, casi pensaría que está celosa, pero no entiendo por qué. -Espero que no cambie de opinión. -sus ojos bajan por mi cuerpo y me acomodo la parte de arriba del vestido.

Es difícil encontrar algo que me quede bien con lo llenos que tengo los pechos. Casi se me caen por la parte de arriba, y espero que la ropa que tenga en casa del tío Depp me quede mejor. Me han dicho que lo deje todo.

El conductor se detiene en un largo camino de entrada y un hombre sale de una pequeña caseta de vigilancia, asomándose al coche. Mira a todo el mundo menos a mí, como si yo no estuviera. Un momento después, se abren las gigantescas verjas negras que pondrían en ridículo a las nuestras y el conductor sigue subiendo por el camino.

Me quedo con la boca abierta cuando veo la casa, si es que se le puede llamar casa, porque más bien parece un castillo. Es tan grande que ni siquiera podría ver a Depp. Es el tipo de lugar en el que una chica podría perderse. Creo que mi vida está a punto de cambiar por completo una vez más.

One Shots [+21] «Johnny Depp»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora