Los días pasaron volando y, en un abrir y cerrar de ojos, el verano se desvaneció por completo, dando paso a la hermosa visita del otoño que pintaba todo a su paso.
El otoño siempre había sido su estación favorita. Le encantaba acercarse a la ventana de su habitación y contemplar cómo las hojas se transformaban en tonalidades rojas, naranjas y amarillas. Su madre solía preparar chocolate caliente con mayor frecuencia para contrarrestar la baja temperatura que las abrazaba. La chimenea se encendía todas las noches, y Penélope disfrutaba de sentarse frente al fuego y sumergirse en un nuevo libro, mientras su padre sintonizaba a los Beatles en la radio de la cocina. En esta ocasión, se encontraba tumbada en la alfombra, boca abajo, mientras reía ocasionalmente con las ocurrencias del Sombrerero Loco mientras leía "Alicia en el País de las Maravillas". Durante esas semanas, había devorado numerosas historias y, poco a poco, su pequeña estantería, que su madre le había regalado para colocar los libros que iba acumulando, se iba llenando.
—Penélope, ¿estás lista? —apartó la mirada del libro y vio a su madre observándose en el espejo de la sala mientras ajustaba su bufanda y su gorro.
—Sí —respondió, cerró el libro y se levantó para buscar su abrigo, bufanda, guantes y gorro. El frío se hacía cada vez más evidente con el paso de los días, anunciando la pronta llegada del invierno.
—Tus hermanas se reunirán con tu padre después de sus clases de música, así que nos encontraremos en el parque.
Ese día, irían a apoyar al equipo de fútbol de la escuela, en el cual Anthony y Benedict estaban, y que los Bridgerton les habían invitado amablemente. En los últimos tres meses, sus familias habían creado una gran amistad, sobre todo Eloise y ella. Pasaban mucho tiempo juntas en su casa o en la de ella, sumergiéndose en la lectura, disfrutando de películas o ayudándose mutuamente en las tareas de la escuela cuando una no entendía. A veces, también exploraban el vecindario en sus bicicletas, persiguiendo al carrito de helados y, luego, se sentaban bajo la sombra de un árbol en el parque para disfrutar los helados mientras compartían chistes y banalidades.
Se podría decir que eran como mejores amigas ahora, y eso la llenaba de felicidad.
Subieron al carro y su madre encendió el calefactor, un alivio instantáneo contra el frío que se colaba por la ventanilla. En apenas unos 10 minutos, llegaron al parque donde se llevaría a cabo el partido.
Su madre tomó la cesta que traía, repleta de chocolate caliente y unos panecillos que habían horneado juntas. Aunque esos panecillos estaban especialmente destinados a alguien en particular, eso era un secreto que los demás no necesitaban conocer. Juntas, buscaron a los Bridgerton entre las gradas, que ya estaban casi llenas.
—¡Pen! ¡Por aquí! —la voz emocionada de Eloise no solo la llamó a ella, sino que atrajo las miradas de varias personas. Caminó hacia su amiga, quien la recibió con un abrazo lleno de entusiasmo—. ¡Pensé que no vendrían, el partido está a punto de comenzar!
—Mi mamá se estaba tardando. —le explicó entre risas, tratando de ignorar las miradas curiosas de las personas a su alrededor—. Dijo algo sobre "no abandonar la casa sin encontrar su labial favorito para la ocasión".
Eloise frunció el ceño, pero luego sonrió feliz—. ¿Existe un labial para un partido de fútbol?
—Creo —respondió Penélope encogiéndose de hombros, y ambas estallaron en risas.
Eloise la condujo hacia donde su familia estaba sentada, todos ataviados con pancartas, pompones y manchas en la cara en los colores de la escuela. Daphne lucía una bufanda roja que casi le cubría el rostro, unos guantes a juego, calentadores de orejas y un suéter anaranjado y esponjoso. Su cabello castaño, casi rojizo, estaba recogido en dos moños llamativos que no pasaban desapercibidos. Por otro lado, los señores Bridgerton estaban abrigados con bufandas a rayas, gorros de lana y guantes, mientras que los bebés dormían plácidamente en su carriola, envueltos en varias mantas para protegerlos del frío.
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That's The Way Love Goes
Hayran KurguPenelope ha estado secretamente enamorada de Colin desde que tiene memoria. Para él, ella es solo su tierna amiga. Pero Penelope guarda en su corazón un amor que arde en silencio, esperando el momento en que sea correspondido. Pero, las circunstanci...