The First kiss-Pablo Gavi

Capitulo 6

6 - kiss of Fire

En la fiesta todo fue como siempre, hablamos entre todos, me divertí. Pero no estaba totalmente cómoda, Gavi no me había dirigido la palabra en toda la noche y no es que lo necesitará, pero no me dejaba tranquila haberlo tratado mal.

Cuando la fiesta termino, Eric, Gavi y yo salimos al mismo tiempo, volvería en el coche de mí hermano, no quería que Gavi desviará el camino, además no se ofreció a llevarme a casa.

—Yo buscaré el coche en el aparcamiento, espérame aquí—Me pidio Eric. Yo asenti y él se fue a buscar el coche.

Gavi se quedó juntó a mí y antes que él se valla, hablé.

—Gavi yo... Lo siento—Le dije mirándolo.

—¿Por qué?

—Te he tratado mal desde que te conocí, te juzgué a pesar de que no te conocía.

—Esta bien Charlotte, no importa. Yo tampoco he sido lo suficientemente amable contigo.

—¿Está todo bien entonces?

—Si, claro. Pero no te salvas del trato.

—Me lo imaginé—Sonreí divertida.

El coche de Eric apareció frente a nosotros y le dedique una mirada de despedida a Gavi, y me subí al coche con mí hermano.

...

—Entonces puedo deducir que a Gavi le gustas—Comento Sira.

—No, claro que no. Nunca le gustaría a Gavi, y aunque así fuera no es mí tipo.

—Yo soy testigo de que Gavi no trata bien a las personas, la única manera de tratar bien a alguien es cuando es un amigo o una chica que le parece linda.

—Una cosa es que le parezca linda Sira, otra muy diferente es que le guste.

—¿Por qué crees que no le gustas?—Me preguntó la morena.

—No lo sé, solo tengo esa intuición que me dice que Gavi es ese tipo de chico el cuál solo mira a las lindas, las típicas con cuerpo de modelo, curvas espectaculares y pibonazos de revista, yo no soy eso.

—Char, eres más que una cara bonita. Tal vez no te equivocas, claro que le gustan esas chicas, como a todos los estúpidos hombres del mundo nena, pero no pretendas que comparandote vas a llegar a gustarle a alguien, además de pibonazos de revista y modelos, los chicos quieren a una chica segura de si misma, eso vale más que un par de tetas y culo.

Sonreí, Sira era una mujer hermosa y segura, tenía envidia de la buena hacía ella. Esperaba algún día poder llegar a tener esos pensamientos de mí misma. Ligar con chicos por gustó y saber que los tendría a todos a mis pies, tener al que yo quisiera.

Ferran apareció en la sala con un vaso de limonada para su novia, dejo un beso en sus labios y le dio la bebida con una sonrisa, a Sira le brillaron los ojos al verlo y yo desee por un segundo estar en su lugar, quería sentir lo que era enamorarse.

Nunca me había enamorado, Nicolás era mí novio y todo pero nunca sentí por él lo que todos llaman verdadero amor. Tal vez era atracción, como un imán, Nicolás era así, atraía a chicas a él cuando quisiera y como quisiera. En cambió yo era una ilusa la cual soñaba con encontrar a su príncipe azul. Aunque cada día me soy cuenta de que ese sueño es uno de los más imposibles.

Creo en el amor. Creo en esas relaciones que duran siglos, las parejas que se conocen a los 17 y no se separan hasta la muerte.
También creo en el corazón roto, aunque aún no sé cómo se siente.

—¿Char y como te fue en la inscripción de la universidad?—Me pregunto Ferran.

—Bien, me han dicho que lo más probable es que quede dentro, por mis notas altas del instituto—Conteste.

—¿Que quieres estudiar?—Me pregunto Sira.

—Licenciatura en Creación Literaria. Es para ser escritora, escribir mis propios libros. Mí sueño es tener una editorial—Conteste sonriente.

—Eres prácticamente a la única la cual le gusta la literatura—Bromeo Sira.

—Puede ser—Me encogi de hombros divertida.

Cuándo volví a casa, al entrar escuché gritos provenientes de la sala, me acerque y vi a Gavi, Pedri y Eric jugando a la play, decidí no molestarlos, así que subí a mí habítacion. No estaba cansada, ya era de noche, así qué me puse uno de mis bikinis y tomé una toalla, baje al patio trasero y me tiré en la piscina.

Nadar era algo que me ayudaba a relajarme y dormir, por la noche era lo más lindo que se podía hacer para dormir tranquilamente.
Cuando me cansé de nadar, me senté en el borde de la piscina con mis piernas dentro del agua, y me quedé allí mirando la luna y la noche estrellada.

Sentí que alguien se sentaba a mí lado, no necesitaba mirar para saber que era Gavi.

—Nunca había visto que alguien nadara de noche—Comento con una sonrisa mirando el agua.

—Ahora ya lo has visto. Deberías de intentarlo es cansador y...

No termine mí oración cuando Gavi se quieto la camiseta.

—Pero....—Quise decir.

—Tranquila Charlotte, tengo un traje de baño—Rio divertido.

Gavi se metió en el agua, yo lo mire atentamente, no voy a negar que era un chico muy guapo, aunque eso lo había aceptado hace mucho tiempo, se sumergió bajo el agua. Cuando salió me miró con una sonrisa.

Su cabello mojado y despeinado lo hacía ver hermoso, su ojos marrones brillaban por la luz de la piscina, las venas se le marcaban en sus brazos.

Era hermoso.

—Me vas a gastar si sigues mirándome así—Me molesto.

Mis mejillas se volvieron rojas al instante, mierda, por qué era tan poco disimulada.

—Entra—Me dijo.

—Ya está fría el agua.

—Por favor Char, no muerdo.

Me metí lentamente en el agua pero me quedé apoyada en la pared de la piscina, Gavi se acercó a mí.

—¿Por qué no te acercas?¿Tanto miedo doy?—Me pregunto.

—N-no yo es que....

Las palabras no salían de mí boca, era como si mis cuerdas vocales se hubieran escondido, sin querer salir. Mí cuerpo sentía un leve cosquilleo y una sensación de nervios. Gavi me miraba con deseo, lo que aumentaba más mí pulso.

Él se acerco más a mí y puso sus manos a los costados de mí cabeza, nuestros cuerpos estaban a pocos sentimetros al igual que nuestras bocas, nos miramos a los ojos, sentí un destello en los suyos.

—¿Que haces?—Pregunte intentando sonar segura.

—Segunda cosa que debes cumplir Charlotte, bésame.

Mí corazón comenzo a latir de una manera inexplicable, mis sentidos nerviosos estaban estallando y mis ganas también.

—Gavi yo...

No pude terminar de hablar porque Gavi ya había posado sus labios en los míos, con intensidad, lujuria. Le seguí el beso y mis brazos se acomodaron estratégicamente al rededor de su cuello, el bajo sus manos hasta llegar a mis muslos, donde me acomodo rodeando su cintura con mis piernas.

Sus manos se aferraron a mi espalda.
Nos separamos un poco, todavía podía sentir nuestras respiraciones mezclarse y nuestros corazones latir con frenesí. Los labios de Gavi estaban rojos e inchados por el beso y no puedo negar que era lo más lindo que había visto en mí vida.

Me sostenía con tal sutileza, como si fuera una flor que podría romperse en cualquier momento.
Pasaron unos minutos cuando no pude resistirme y volví a pegar nuestros labios.
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