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— Killian no me dejes — murmuró débilmente y extiendo mi mano hacia él.

El regresa y se acomoda a mi lado en la cama

— Tengo mucho frío

— Ven — dijo mientras me rodeaba con su cuerpo para darme calor. Killian pasa su mano por mi mejilla — tienes tu piel tan pálida y suave.

Levantó la mirada y me encuentro sin su mirada se seriedad — no te entiendo y no se algunas vez pueda llegar a entender porque haces las cosas

Killian apartó la mirada— no tienes que entender nada — se levantó de la cama y se fue de la habitación

No recuerdo en qué momento me quedé dormida. Solo que desperté a la mañana siguiente me levanté de la cama algo confundida y al salir vi que no hay rastros de Killian, en la barra de la cocina hay plato como sopa y un té, con una nota que dicen cómeme, a lado hay unas pastillas y las llaves de su auto, con otra nota que dicen no dañes a mi auto por favor, en la mesa de la sala hay dinero toma el que necesites.

Sus estúpidas notas hacen que me enfurezca aún más y al mismo tiempo me siento apenada quien demonios se crees que Killian, no soy una obra de caridad y no necesito su dinero o comida, así que salgo furiosa de su casa y entro a la mía cerrado de golpe la puerta y noto como mi padre se levanta del sofá automáticamente di unos pasos hacia atrás

— No hay nada en la nevera, eres tan inútil que no puedes hacer las compras — me gritó

— No tengo dinero y todo lo ganas te terminas en alcohol, siempre estás ebrio

Me dio una mirada asesina apretó los puños — no tengo porque mantener a putas como tu

Aparte la mirada, aunque intentó ignorar los insultos de mi padre hay veces es más difícil que no me afecten, cuando intentó avanzar hacia a mi habitación él me detiene del brazo

— Te estoy hablando niñita, nunca me dejes con la palabra en la boca, me debes respeto

En ese instante algo dentro de mi explotó — respeto, no puedes pedir respeto cuando no eres capaz de entender que se significa esa palabra

Él frunció el ceño — te vas arrepentir de tus palabras, mocosa de mierda — me gritó a la cara

Le di una mirada desafiante — ¿vas a golpearme? hazlo a fin de cuentas no sería la primera vez

Mi padre me observaba fijamente — no, tengo una mejor idea. Es tiempo de que empieces a pagar todo lo que me debes

Lo veo confundida — no te debo nada

El me da una sonrisa de maldad — claro que sí. Pero no te preocupes Ezra no tienes que hacer nada que no hagas ya de gratis con Killian

— ¿Qué? — exclamé con la voz temblorosa

— Eres una zorra igual que tu madre, pero ahora será tu trabajo oficial

Todo mi cuerpo está temblando y las palabras de mi padre me provocan nauseas, me zafo de su agarre y lo veo con lágrimas en los ojos

— Estas demente, soy tu hija como puedes pretender que hago eso — dije ofendida

— No te hagas la ofendida, porque no te queda así que ahórrate tus lágrimas

— No lo voy a hacer

Mi padre camina hacia mí y sostiene de forma agresiva mi rostro entre su mano — claro que lo vas a hacer, porque tienes una deuda conmigo. Ser una zorra ya está en tus venas no te va a costar trabajo

— Y ser un ebrio patético está en el tuyo — grite molesta mientras quitó su mano de mi rostro

— Ezra, esto va a pasar así que mejor acéptalo — sé la vuelta y sale de la casa furioso

La equivocación más perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora