Cambios (1/3)

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Ethan cambió mi vida desde el momento en que entró en ella.

Si bien me trajo algunos problemas en el pasado, ahora en nuestra vida de casados los ha compensado todos.

Han pasado varios meses desde nuestra boda y desde entonces todo ha ido viento en popa, aun cuando muchas cosas han cambiado.

Deje el trabajo. No fue una decisión fácil, pero tras considerarlo, llegué a la conclusión de que era lo mejor para ambos. Si únicamente siendo novios Ethan ya tenía un trato preferencial conmigo, ahora que soy su esposo no quiero imaginar lo que hubiese hecho.

Además de que tras la luna de miel, volví a casa con mucho más que unos kilos de más. No había manera que ninguno de mis trajes me quedará, ni que cupiera en la silla de mi escritorio, ni de que subiera al ascensor del edificio, me aterraba la idea de que mi peso le hiciera caer. (Tomar las escaleras ni siquiera estaba entre mis opciones)

Solo por curiosidad, Ethan me hizo subir a la báscula en una ocasión y no me atrevo a decir los números que indicó. Aunque él parecía contento contento con el resultado.

Por todo esto, decidí que lo mejor era tomar un tiempo libre de manera indefinida.

Lo peor para Ethan, fue tener que contratar a otro secretario, pero tras tanta insistencia, cedió a mi petición. Contraté a un chico que tuve la oportunidad de conocer hace algún tiempo, pero ahora Ethan le tiene un despreció un poco injustificado y no hay día en que no se queje de él.

Por mi parte, comencé a pasar los días dedicándome a los quehaceres del hogar, planteé una pequeña huerta en la parte trasera de nuestra nueva casa, aprendí a cocinar varias recetas que ví en el internet y ocasionalmente doy clases de manera virtual sobre diferentes temas.

Además, cabe mencionar que la relación entre nuestras familias no podría ser mejor. Desde que se conocieron en nuestra boda, han pasado a ser una sola familia. Lo cual me alegra de corazón.

Ahora que todo en mi vida marcha bien y no tengo ninguna preocupación, ocurrió otro cambio importante.

Baje de peso.

Si, ni yo me explico cómo sucedió.

Al llegar de la luna de miel, hasta estar de pie era difícil, pero conforme pasó el tiempo y cambió tanto mi rutina como mis hábitos alimenticios, terminé sorpresivamente bajando de peso.

Claro, no soy tan delgado como lo llegué a ser antes, pero mi barriga ya no es más grande que una pelota de playa. Puedo moverme sin problemas e incluso he usado alguna de mi vieja ropa.

Últimamente, Ethan comienza a preocuparse de que continúe bajando de peso, pero debido a lo ocupado que ha estado con el trabajo tampoco ha tenido tiempo de alimentarme con esas grandes cantidades de comida como antes.

De hecho, si tuviera que mencionar una, diría que la única preocupación que me queda en estos momentos es que casi no lo he visto. Desde hace ya varias semanas ha estado ocupado con un proyecto tan importante que ha acaparado toda su atención.

Incluso hemos dejado de tener sexo.

Ha pasado casi todas las noches en la oficina y, aunque no quiero admitirlo delante de él, comenzó a extrañarlo.

Justo pensaba en él cuando un mensaje de texto llegó a mi teléfono.

"Volveré a casa esta noche. No es necesario que me esperes despierto. Te amo."

Ahora que sabía que vendría a casa pensé que me gustaría hacer algo para agradecerle por su arduo trabajo.

Habiendo decidido, coseché algunas verduras de mi huerta y las preparé para la cena. Luego, esperé en el sofá de la sala hasta su llegada.

Tiempo más tarde, me desperté al sentir un beso en mi mejilla.

Era Ethan quien acababa de llegar.


-Ethan...

-¿Qué haces en la sala?

-Estaba esperándote

-Aun cuando te dije que no lo hicieras... ¿De verdad me amas, cierto?

-No es eso... es solo que... yo...

-Tranquilo, Ren. No te forzaré a decirlo. Me temo que estoy tan cansado que no tengo energía para molestarte ahora...

-Siéntate, te traeré la cena -dije poniéndome de pie.

-Gracias, pero no será necesario. Ya he comido en la oficina.

-Ya veo...


No me atreví a mencionar que había preparado algo para él. Pero aun así debía haber algo que pudiera hacer por él.


-¿Por qué no descansas un rato? Te quitaré el abrigo y...

-No, no es necesario Ren...Iré directo a la ducha y tú deberías ir a la cama, luces cansado también.


Ethan se había dado media vuelta para retirarse primero, pero lo sujeté de su abrigo para detenerlo.


-¿Qué sucede, Ren?

-Tú... ¿Quieres hacerlo esta noche?


Pude ver el deseo en su mirada, pero a la vez había algo de tristeza.


-No, esta noche no -dijo acariciando mi mejilla- Sabes bien que no es que no quiera, pero estoy demasiado cansado ahora... Ve a dormir, prometo que cuando termine toda esta locura en el trabajo no te dejaré tranquilo, ¿De acuerdo?


Tome su mano y asentí con la cabeza. Después de ello Ethan se retiró al instante.

Al final no me dejó hacer nada por él. Debía estar realmente cansado para marcharse sin siquiera haberme dado un beso.

Lo conozco bien y sé que debe estar sufriendo por tener que contenerse. Así que, mañana sin importar qué, haré algo por él.

Como Desee, Jefe (EXTRAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora