ANIVERSARIO (1/3)

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-Ren...

-ah... ah... ¿Qué sucede?... ¿Por qué te detienes?

-¿Estás seguro que estás bien? -dijo Ethan extendiendo su mano y sujetando mi barriga- Has estado perdiendo peso nuevamente y no comes tanto como antes.

-Te dije que no te preocuparas. Ahora, continua...

-Mañana no iré a trabajar, así que vayamos a ver al doctor.

-¿Para qué? Solamente con verme me dirá que si tengo algo, es sobrepeso. Si le digo que he estado perdiendo peso, únicamente se alegrará y me felicitará.

-Pero...

-¡De acuerdo, Ethan! ¡Si no piensas continuar teniendo sexo conmigo esta noche, entonces toma un baño y duérmete de una vez!

-Ren, por favor...


En cuanto intente bajar de la cama Ethan tomó mi mano y rogó que me quedará.


-Es solo que estoy preocupado... Si estás enfermo, puede ser algo que una simple pastilla o unos cuantos días de reposo curen, pero también puede ser algo... ni siquiera quiero decirlo. Me aterra la idea de...

-¡Ahhhh...!


Suspire hondamente y mientras él me miraba confundido por mi reacción. Me acerqué a él rodeándolo con mis brazos. El hizo lo mismo y una vez que nuestros cuerpos estaban juntos lo besé.

Cuando separamos nuestros labios y vi la preocupación en sus ojos tomé su mentón con mi mano y le hice girar un poco la cabeza de modo que su oído estuviera más cerca de mi boca.

Entonces susurré a su oído.


-Estoy a dieta, tonto...

-¡¿Qué?!


Haciéndome a un lado Ethan se puso de pie de inmediato y comenzó a actuar tan sorprendido y confundido como si hubiese enterado de una conspiración en su contra.


-¡¿Pero por qué?!

-Ethan...

-No me digas, ¿Acaso alguien te molestó por tu peso? ¡Dime quien y lo mataré!

-Ethan, no es eso. Escúchame...

-¿Entonces qué puede ser?

-Ethan...

-¿Acaso querías verte bien? Te he dicho millones de veces que eres perfecto. A mi ojos no hay nadie más... espera un momento... ¡¿Acaso querías verte bien para alguien más?! ¡Averiguaré quién y lo mataré!

-¡ETHAN! -exclamé pateando su entrepierna furioso- ¡Deja de hablar sobre matar gente y escúchame!

-Re-Ren... -Ethan estaba en el piso muriendo de dolor

-¡Te lo mereces! ¿Cómo puedes dudar de mí?

-Pero...

-¡Pero nada!


Dejé caer mi cuerpo sentándome en el borde de la cama furioso, cruzado de brazos para que Ethan comprendiera lo molesto que estaba.

Tras unos minutos, Ethan recuperó un poco sus fuerzas y casi arrastrándose por el suelo se acercó a mí hasta colocar su cabeza sobre mis rodillas.


-¿Entonces por qué...?

-Por qué yo así lo quise y con ese motivo debería bastarte.


Pude ver en sus ojos como su mente comenzó a buscar la manera de convencerme para revelar mi verdaderos motivos o en su defecto para convencerme de olvidarme de la dieta.


-Ok, de acuerdo -dijo poniéndose de pie nuevamente- Pero si querías bajar de peso, ¿Porqué únicamente hacer dieta? Si me lo hubieras dicho te hubiese inscrito en mi gimnasio y buscado un entrenador personal.

-¿Huh?... ¿De verdad hubieras permitido que otro hombre se acercará tanto a mí? ¿O que otros hombres vieran lo ajustado que se ve mi trasero y el resto de mi cuerpo con la ropa deportiva?


Ethan trago saliva y reflexiono en sus palabras un momento.


-Bien, entonces pude haber sido tu entrenador personal y te ejercitarías en privado.

-Considero que eso ya es así y lo hacemos todas las noches.

-¿En serio...? -El brillo en los ojos de Ethan volvió al instante.

-Por supuesto. Hacer dieta no es fácil, y no soportaría ir al gimnasio, así que considero el sexo como hacer ejercicio, ya que con ambos termino igual de cansado y me duele el cuerpo tras ello.

-Entonces por eso me has estado pidiendo hacerlo todas las noches... sin saberlo he estado ayudándote con tus malévolos planes


¿Malévolos?


-Sí, así es. Ahora que lo sabes, ¿Qué? ¿Te negarás a hacerlo más?

-Por supuesto que no -rio Ethan- Tengo que vengarme por usarme de este modo. Así que prepárate para experimentar un entrenamiento espartano.


Mientras Ethan se abalanzaba sobre mí como un depredador a su presa, yo me alegraba de haber logrado desviar su atención de la dieta.

No había manera en que le revelará mis verdaderos motivos... y mucho menos faltando dos semanas para la realización de mis planes.

Así es. Solo faltaban dos semanas para nuestro primer aniversario de bodas y debía estar listo para entonces.

Mientras ambos nos besábamos apasionadamente esa noche, de mi mente no podía sacar la imagen de la cara de felicidad que Ethan pondría cuando supiera la sorpresa que le tenía preparada.

Como Desee, Jefe (EXTRAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora