PERFERCTOS (1/2)

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Tengo un gran GRAN problema.

Los padres de Ethan celebrarán sus 30 años de casados y harán una gran fiesta.

Obviamente, desean que su hijo y yo estemos presentes. Incluso han invitado a mi hermano y mis sobrinos, porque consideran a los niños como sus nietos.

¿El problema?

No, no es que asistirán muchas personas ricas e importantes.

No, tampoco es que verán que el único hijo de la familia está casado con otro hombre.

No, ni tampoco es que vean que ese otro hombre es obeso.

El problema es que el sastre tomó mal las medidas.


-¿Ren, estás seguro de esto?

-Solo hazlo. Tienes la fuerza de una bestia. Si alguien puede cerrarlo eres tú.

-Me halagas

-No fue un halago...


Ethan tiró con fuerza de los extremos de mi pantalón, pero al ver mi rostro ponerse rojo los dejo ir.


-¡¿Por qué los soltaste?! ¡Ya casi lo lograbas!

-Ren, será mejor que busquemos otra solución. Llamaré al sastre y...

-¡No tenemos suficiente tiempo! La fiesta comienza en una hora, no hay nada que él pueda hacer al respecto.

-¿Entonces porqué no vistes...

-Ni pienses que voy a ir usando ropa deportiva...

-Entonces, no es necesario que vayamos. Mis padres comprenderán aunque no les dé explicaciones.

-Ethan, es el aniversario de tus padres. ¡Tienes que asistir! El problema es que te niegas a ir si yo no voy contigo.

-No asistiré a una fiesta solo, si tengo a un adorable esposo que me acompañe.

-Ethan, deja de decir cursilerías y vuelve a intentar cerrar mi pantalón si no quieres que hable del divor- ¡UGH!


En ese instante Ethan tiró con toda su fuerza de los extremos de mi pantalón y terminó siendo más difícil que hacer pasar un hilo por el diminuto hoyo de una aguja, pero finalmente lo logró.


-Ren... ¿estás bien? -preguntó Ethan recuperando el aliento

- S-Si... -respondí sintiendo que mi cuerpo estaba siendo cortado por la mitad.


Por fortuna, los centímetros que el sastre le quitó a mi pantalón, habían sido agregados en el saco así que cubría bien el extremadamente ajustado aspecto de mis pantalones.

Sabía que Ethan no confiaba en mis palabras, pero no había nada más que hacer. Así que subimos al auto y nos marchamos a la fiesta.


-Estás pálido -me dijo antes de bajar del auto- ¿Seguro que estás, bien? Aun podemos volver a casa

-Estoy bien. Mira tu padre viene hacia acá.


Ambos bajamos del auto para ser recibidos por su padre.


-¡Ethan! -dijo su padre dándole un gran abrazo- ¡Que gusto que estés aquí! Necesito tu ayuda con algunas cosas y si hay suficiente tiempo, me gustaría hablar contigo después sobre el trabajo.

Como Desee, Jefe (EXTRAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora