Sentía el corazón acelerado.
Era el momento de la verdad.
Tomando el primer botón lo pasé a través del agujero e hice lo mismo con todos los demás.
Lo hice, la camisa estaba cerrada.
Un poco ajustada, pero cerrada.
Vestí el saco de mi traje y lo cerré también.
Mirándome al espejo del baño, acomodé mi cabello antes de suspirar por última vez y salir.
Había pasado mucho tiempo desde la última vez que caminé dentro de ese edificio. Todo me parecía nostálgico, sobre todo mi antiguo escritorio que ahora le pertenecía a alguien más.
Llegué hasta la puerta, sosteniendo mis manos contra mi pecho por un segundo frotando mis dedos, tomando el valor necesario para continuar.
Entonces lo hice.
Dando dos golpes, llamé a la puerta.
-Adelante -respondió su voz del interior
Abrí la puerta.
Él me esperaba recargado sobre su escritorio.
Tenía frente a mí una versión de él que hacía tiempo que no veía, pero sus ojos me demostraban que era él quien extrañaba más esta versión de mí.
Camine lentamente hacia él, quien extendió su brazo para sostener mi mejilla con su mano.
-Tu traje... -suspiró él- Por eso quería bajar de peso...
-No sería un buen secretario, si no vistiera un buen traje.
Comenzó a besarme.
Me rodeo con sus brazos, llevando sus manos hasta la parte trasera de mis muslos y en un rápido movimiento me levanto sosteniendo firmemente mi trasero.
Mientras él hundía su cabeza en mi cuello, se giró para hacerme sentar sobre el escritorio.
-Jefe... -le susurré al oído
Sabía el efecto que provocaba el que le llamará de esa manera después de tanto tiempo.
Desde aquella vez en que me forzó a llamarlo por su nombre, llamarlo jefe fue cada vez menos común, pero siempre lo hacia cuando teníamos sexo en secreto en su oficina.
Por eso, al escucharme llamarlo así tras tanto tiempo, perdió el control y en un instante me tenía recostado contra el escritorio, besándome como nunca lo había hecho.
Sus manos se deslizaban por mi cuerpo, pero al final se detuvieron en mi abdomen.
-Estas tan delgado...
-¿Qué dices? Tuve suerte de perder el peso suficiente para cerrar el traje.
-Mentiras. Eres tan ligero ahora y aun veo mucho espacio en esta ropa... Sé cuanto te esforzaste para entrar en este traje... pero creo deseo verte sin él en este instante..
Sentí como Ethan deslizaba su mano para comenzar a desabotonar mi ropa.
-¡Espera! -le grité deteniendo sus manos
-No se si pueda esperar más...
-¿Crees que mi sorpresa termina aquí?
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Como Desee, Jefe (EXTRAS)
RomanceCapítulos extras de "Como Desee, Jefe" Más momentos de la vida de Ren y Ethan CONTIENEN WG CONTENIDO +18