Cambios (2/3)

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Cuando el reloj marcó las 12:26, pude escuchar un fuerte ajetreo dentro de la habitación. Ethan se había despertado y seguramente corría de un lado a otro buscando sus cosas.

Escuché la puerta de la recamara abrirse de golpe, seguido por unos pasos que se acercaban apresurados.


-¡Ren! ¿Has visto mi maletín? No puedo encontrarlo y se me hace tarde para...


Ethan entró a la cocina donde yo estaba y al verme con su maletín abierto sobre la mesa quedó tan confundido que no supo qué decir.


-Tranquilízate -respondí dejando mi taza de café a un lado- Ya me he encargado de todo.

-¿Qué? ¿A qué te refieres?

-Hice unas cuantas llamadas, resolví unos cuantos pendientes y solicité unos cuantos permisos para que puedas tomarte el día libre.

-¿De qué estás hablando? Tú...

-Durante muchos años fui tu secretario antes de ser tu esposo, Ethan. Hacer algo así es en extremo sencillo para mí. A piece of cake. Pan comido. Jeu d'enfant. 朝飯前 (Asameshimae)

-Pero... ¿por qué?

-¿Por qué no? Has estado trabajando tanto últimamente, pero estoy seguro que pueden arreglárselas sin ti. Además...


Me levanté de mi asiento y caminé lentamente hacia Ethan, quien de inmediato dió unos cuantos pasos hacia atrás hasta que chocó con la encimera y no pudo retroceder más.


-¿Debes estar extremadamente cansado para que escojas dormir antes que tener sexo conmigo, no lo crees?

-Ren... espera un momento... Te agradezco lo que hiciste y no es que no quiera hacerlo contigo ahora, pero es un proyecto extremadamente importante y...

-Nada es más importante que tu esposo en este momento Ethan... -tome a Ethan del cuello de su abrigo y forcé a besarme, luego deslicé mis manos hacia abajo.

-¡Detente! -Ethan me rechazó empujándome con ambos brazos.

Algo no andaba bien. Por lo que no pude evitar quedar en shock, pues Ethan nunca se negaba a ir más lejos. Algo debía pasarle.

-¿Qué sucede?

-Perdóname, Ren. No es nada, en verdad.

-¿Estás enfermo? - cuestione abalanzándose sobre Ethan y comenzando a tocar distintas partes de su cuerpo

-¿Tienes fiebre? -toqué su frente

-¿Te duele la garganta? -toqué su cuello

- O es el.... estómago...


Todo mi cuerpo se detuvo, por lo que Ethan aprovecho mi confusión para sujetarme de la muñeca, alejando mi mano y apartándome de él.

Pero tenía que corroborar que mi sentido del tacto no me había engañado. Así que con toda mi fuerza liberé mi mano y en un rápido movimiento tiré de ambos extremos de su largo abrigo para abrirlo

Allí estaba.

Justo en la cintura había un bulto que antes no existía y hacía que incluso uno de sus botones estuviera al límite al intentar mantener la camisa cerrada.


-Ethan... tu...


Acerqué mi mano lentamente en un intento por tocarlo nuevamente, pero él me empujó y salió corriendo de regreso a la recamara. Tarde un poco en reaccionar, para luego seguirle.

Como Desee, Jefe (EXTRAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora