My babies

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Me sentí culpable y mal por la conversación con Merlina por un rato, hasta que ella continuó hablando normal y bien. Tomaba mi mano y sonreía, supe que no le había pasado nada, que todo seguía normal, aunque me hice nota mental de no volver a tratar un tema de esa manera de nuevo.

Continuamos con la tradición de recrear nuestra cita llendo al parque, caminando de la mano, escuchando a los niños correr, los pájaros de los árboles y viendo una que otra ardilla o ave que se detenía cerca, mientras compartíamos unas palomitas de maíz que Merlina había comprado para compartir.

—¿Quieres ir mañana al parque de diversiones? —ofrece—. Prometo ganar uno de esos peluches en el juego de tirar los conos.

Río un poco por lo cursi y peliculezco que sonó eso.

—Mañana estaría bien —asiento.

Caemos en un silencio cómodo y vemos alrededor, no tan lejos hay una madre con su hijo, el niño no parece ser mayor de dos años y ríe cada vez que escucha algún ruido de los pájaros o ve algún pequeño animalito de por ahí, sonrío con ternura.

—¿Te gustan los niños, Merlina?

—No —responde simplemente, y no puedo evitar reír—. Pero he conocido algunos que son tolerables.

—Define "Tolerables" —hablo con gracia.

—Ya sabes, que no gritan o lloran como unos berrinchudos, que no actúan como unos mimados de mierda, son tranquilos y decentes.

—¿Existen? —pregunto con sorpresa.

—La sobrina de Tyler es así, me parece muy adorable —dice y sonríe mínimamente, me parece tierno—. Soy la tía Mer para ella.

—Eso suena adorable —hablo, sonriendo ampliamente.

—¿A ti te gustan los niños?

—Me hubiera encantado tener —noto su silencio y cuando la miro parece que algo en sus ojos se rompe un poco—. Ya sabes... Es que, bueno... soy lesbiana, y... tengo demasiados gatos como para un tratamiento. Tampoco adoptar porque no tengo a nadie con quién hacerlo... Y-y... Tampoco tengo mucho tiempo... Cuánto será, ¿dos meses? Con mucha suerte, con muchas ganas.

—Niddie... —se acerca a mí y me abraza, cosa que no ayuda porque hace que me den ganas de llorar.

—Yo... Me pregunto qué pasará con mis gatos cuando ya no esté para ellos —susurro—. No podría imaginar que pasaría si tuviera un hijo y-

—Ya, bebé —acaricia mi cabello y mis brazos rodean su cintura.

Merlina es pequeña y delgada, su cintura también. Se siente bonito abrazarla, puedo abarcarla completamente entre mis brazos y eso me encanta.

—Yo voy a encargarme de ellos. Son como los hijos adoptivos, Enid, los conozco muy bien... Sé que a Cenicienta le gusta salir por las mañanas, que Trip se quedará todo el día durmiendo en la cama y Wends va a traer animalitos cada vez que pueda... Darles de comer a la mañana y en la noche, darles amor cada vez que pueda. Serán mis bebés.

—N-No tienes porqué, Merlina... Y si no los puedes mantener a los tres y-

—Si no los puedo mantener les conseguiré un hogar —dice—. Van a vivir felices y seguros con una familia genial que les dé mucho amor.

—Por favor.

confession; wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora