Adiós Amor

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Una mañana helada, la anciana mujer, la ex matriarca de los Andley, subía lentamente al carruaje que la llevaría al puerto a tomar el barco. Albert la había exiliado de Lakewood para vivir en soledad en la villa Andley en Escocia, no podría volver y posiblemente moriría sola en aquel lugar.

Para mala suerte de ella, su sobrino, cegado de odio y rebeldía, le compro un ticket para ir en un barco comercial con gente bajo el nivel que la tía abuela acostumbraba a tener, era hora de ponerse los pantalones y dejar el temor de lado. Sin embargo, esos no fueron los únicos cambios que el joven patriarca tomo

Eliza Leagan tenía la entrada prohibida a cualquier casa o villa Andley

Neil Leagan quedaba fuera de las empresas que unían a los Leagan con los Andley

La tía abuela quedaba exiliada de por vida, viviendo de la forma más simple, casi sin lujos más que la mansión y la ropa, por órdenes de Albert, comería lo mismo que los sirvientes

Los ancianos consejeros de los Andley, también serían reemplazados si se oponían a alguna decisión del patriarca y aquel que se atreviera a contradecirlo, sería expulsado

La señora Leagan también quedaba fuera como familiar de los Andley, en lo posible, también se iba a prohibir su entrada a cualquier negocio o vivienda Andley

Albert, dejando su cobardía de lado, tomo el mando de todo, dejando de ser el débil joven que aún su tía podía manipular, ya no le daría un informe de lo que hacía, el era el patriarca... El ponía orden ahora.





Candy, por otro lado, necesitaba respirar otro aire, se sentía abrumada por todo y la cabeza le daba vueltas. Necesitaba irse del lugar, no era cobarde, más bien... Quería liberarse.

Annie, Archie...Patty necesito hablar con ustedes -los nombrados se acercaron, y al ver una maleta en el suelo, se preocuparon al instante- Me iré de viaje

¿Es por Albert? -Patty la miro triste- Candy...

No, no es por el, solo quiero respirar otro aire... -la miro- Además, Terry me envió unas invitaciones para su nueva obra en Londres

¿que? Candy no puedes ir! -Archie se nego-

No tengo problemas con Terry, es más, creo que es lo mejor... Quiero despejarme un tiempo, pero no sé angustien, volveré para hacerme cargo de mi herencia...

Si es lo que deseas, Candy.... Te apoyaremos -annie tomo las manos de su hermana y sonrió.












En Londres, Terry ensayaba mientras su embarazada esposa, Susana, observaba con emoción la obra. Ella no iba a poder asistir, pero admiraba que su ahora esposo le mostrará cuan gran actor era. El embarazo iba para los 3 meses, estaba emocionada de ser madre y más de su gran Romeo

¿Te gusta? -Terry termino su actuación siendo aplaudido por la rubia, quien le sonrió-

Me encanta! Triunfarás, estoy segura -acaricio su vientre, y al acercarse el castaño lo beso- Espero que nuestro bebé también sea un gran actor...

Eso espero -Beso el vientre y la miro- cariño, quise invitar a candy a la obra ...

¿Enserio? -susana sonrió-

Si, creo que ha tenido problemas últimamente, además le pediré que en lo que dure mi gire, nos acompañe... Así estará pendiente de ti

Un último Waltz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora