Capítulo 8

3K 114 13
                                    

Llevo toda la mañana con un despiste increíble pensando en lo que pasó ayer.

Aún recuerdo perfectamente el momento en el que salí del estadio y vi a Gavi llorando, como me acerqué a él y como me pidió entre lágrimas que le abrazara.

No sé que pudo pasarle para que esté así, lo que si sé es que haré todo lo que pueda para verle bien y feliz.

-Léa- escucho a mi amiga llamarme- ¿Estás bien?

-¿Qué?- la miro y levanta las cejas- Sí, estoy bien, es que he dormido poco.

-Claro, te fuiste con tu novio a ver un partido- veo como sonríe y a mí se me acelera el corazón al escuchar esas dos palabras.

-No es mi novio y no es por eso- suspiro- Es que he dormido mal.

-¿Y eso?- en ese momento veo como a su espalda se abre la puerta y veo salir al motivo por el que no he dormido nada esta noche.

-Ahora vuelvo y te cuento- le doy un apretón en el hombro y me acerco hasta Gavi- Ey, hola.

Se gira para mirarme y veo un rastro mojado por sus mejillas, suspiro, ojalá poder quitarle todo el dolor que siente.

-Hola- vuelve a girarse para ir hacia el mostrador de recepción.

-¿Qué tal?- le sigo y miro a Carlos de reojo, que nos está mirando y sonríe de lado.

-Bien- levanta los hombros y veo como juega con los dedos de forma nerviosa. Yo frunzo el ceño, ¿qué le pasa?

Carlos le devuelve la tarjeta y le dice el día que tiene que volver, Gavi la coge y va hacia la salida sin decir nada más.

Yo miro a Carlos, que me hace una seña para que vaya detrás de él, suspiro y le sigo hasta fuera.

-Ey, Gavi- se gira hacia mí- ¿Te pasa algo?

-No- vuelve a girarse para irse.

-Oye, no quiero molestarte pero...

-Pues no lo hagas- dice sin girarse hacia mí y se va, dejo que se vaya y veo como se aleja.

Joder.

Suspiro y vuelvo dentro.

-Se ve que estáis en vuestro mejor momento- me dice Carlos con una sonrisa cuando me acerco a él.

Yo sonrío falsamente y me apoyo contra el mostrador.

-No le entiendo, un día está muy amable y al día siguiente ni me mira- suspiro.

-Es un chico raro, hoy ni me ha mirado al acercarse aquí.

-No es raro- le defiendo- Le ha pasado algo malo, por eso viene aquí casi todos los días, y tiene que ver algo con su mejor amigo.

-¿Con su mejor amigo?- me mira con las cejas levantadas.

-Sí, me contó que se había ido a no sé dónde y que ahora se siente muy sólo, y supongo que lo del accidente y no poder jugar también le afectó- le miro- Bueno, ¿y tú? ¿Qué tal con tu novio?

-Le dejé ayer- entrecierra los ojos- Le acompaño a un partido y me deja sólo, que le jodan, esta noche salgo y me encuentro a otro.

Ambos nos reímos, ojalá yo fuera así.

-Sí quieres venir conmigo- me ofrece con una sonrisa.

-No gracias, ya iré otro día- me alejo del mostrador y vuelvo con mi amiga.

-Hoy estás más a otras cosas que a hacer nada eh- me dice.

-Perdona, es que estaba resolviendo una cosa, o intentándolo.

-¿Qué te traerás tú entre manos?- me sonríe y vuelve a lo que estaba haciendo.

Nada bueno.

Lo que queda de día pasa rápidamente y cuando es la hora de irnos vamos a dejar las cosas y nos despedimos de Carlos antes de salir del hospital para ir hacia la parada de bus.

Pronto aparece y nos subimos en él para volver a casa, ojalá alguna de las dos tuviera carnet, pero casi no tenemos tiempo ni para sacarlo.

Noto como me vibra el móvil en el bolsillo de la chaqueta y lo saco para ver quién es.

Es un número raro que no tengo agendado,
así que me lo llevo a la oreja con el ceño fruncido.

-¿Sí?- respondo.

-Hola Léa.

Me quedo en shock, ¿de verdad es él?, ¿de verdad estoy hablando con Pablo Gavi por teléfono?

¿Cómo tiene mi número y por qué piensa que puede llamarme y hablarme tan tranquilo después de ser un puto borde?

-¿Cómo tienes mi número?- le pregunto de forma cortante, me da mucha pena pero tampoco voy a dejar que se ría de mí.

-Se lo he pedido a Xavi, lo tenía porque ayer te lo pedí para hacerte la entrada- ostias, no había caído en eso.

-¿Y para qué me llamas? Pensaba que no querías que te molestara- le digo recordardo nuestra conversación de antes en el hospital.

-Por eso te he llamado, quería pedirte perdón por lo de antes, estaba enfadado y lo pagué contigo, y sé que tú no te lo mereces y mucho menos después de haberme ayudado ayer.

Noto como se me relaja la expresión, nunca pensé que sería tan sumamente fácil.

-¿Con quién estabas enfadado? ¿Con Carolina?- Carolina es su psicóloga.

-No, conmigo- responde con la voz firme.

-Eres demasiado duro contigo mismo- le digo de forma sincera, le he oído decir cosas muy autodestructivas y no creo que se las merezca.

-No lo soy, puedes creerme, no sé ni que hago aquí.

-¿Donde?

-Aquí en general, hace tres meses tendría que haber explotado junto con el coche.

Dios mío.

-No vuelvas a decir eso en tu vida- le respondo muy seria- Menos mal que no lo hiciste, la vida es un regalo.

-La vida es una mierda.

-Oye Gavi, sé que no est...

-¿Quieres venir hoy al entrenamiento?- me interrumpe, que cambios de tema más radicales.

-Gavi no estábamos hablando de e...

-Por favor, deja el tema y dime que sí- noto como suspira a través del teléfono.

-Está bien- respondo simplemente, ya tendremos esa conversación en otro momento.

-Vale- suspira casi con alivio- Pues luego paso por tu casa para recogerte, estate lista dentro de una hora. Ah, y pásame tu dirección, porfa.

Asiente y cuelga para poder pasarle su dirección, no sabe si es una gran idea pero ahora mismo no puede pensar en otra cosa que no sea volver a ver al chico de ojos tristes que la trae tan loca.

-Asi que era Gavi y te ha invitado a un entrenamiento, interesante- Martina se toca la barbilla fingiendo que piensa cuando cuelgo el teléfono.

-Está mal y quiero ayudarlo, nada más- levanto los hombros.

Ya claro.

-Ya, seguro que es eso- sonríe- Bueno, tú solo ten cuidado de no ayudarlo de más.

Niego con la cabeza y guardo otra vez el móvil en el bolsillo.

Voy a ver un entrenamiento con Gavi, como han cambiado mis tardes y mis noches en unos días.


Aquí estoy de nuevo, espero que os guste.

¿Alguien más quiere denunciar al árbitro del partido de ayer del Barça a parte de mí? Menudo espanto de partido, pero bueno sólo es el principio, esperemos que todo vaya mejor a partir de ahora.


























Mi destino || Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora