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Quedan 233 días.

Conseguí pasar una semana evitando a Ethan, no volví a las gradas, cada vez que veía que me localizaba en el pasillo, me metía en el baño, o hacía cualquier otra cosa para que no me encontrará, porque de alguna manera en la que no podía explicar estaba intentando hablar conmigo cuando a nadie le gusta hablar conmigo.

Ahora me encontraba recogiendo los libros para ir por fin a la última clase, cerré la taquilla y en cuanto lo hice solté un grito.

-Lo siento, no quería asustarte.-Ethan sonrió mientras me miraba.

-¿Qué haces aquí?.-Sabía qué estaba haciendo aquí, pero no importaba.

-Hablar contigo.-dijo con una sonrisa.-aunque parece que últimamente a ti no te apetece mucho.

-Sí, bueno… he estado ocupada.-solté mientras recogía mi mochila del suelo y comenzaba a caminar.

-¿Estás ocupada después de esta hora?-preguntó mientras me alcanzaba y caminaba junto a mí.

-Sí.-En realidad no, pero eso él no lo sabía.

-Genial.-En cuanto lo dije le miré sorprendida.

-¿En serio?- dije con tono de sorpresa.

-Sí, estaremos ocupados juntos.-Dijo con una sonrisa.-Nos vemos luego.-No me dio tiempo a responder, sonó el timbre anunciando que era hora de entrar a clase y él desapareció por las escaleras.

Cuando terminó la clase recogí mi mochila y me encamine a la salida, cuando alguien se posicionó a mi lado.

-¿Y qué vamos a hacer?-Pregunto un muy entusiasmado Ethan.

-Yo… Iba a ir a la biblioteca.-respondí sin más.

-Vale, pues vamos.-Comenzó a caminar junto a mí, no hablamos durante todo el camino, aunque a decir verdad no era un silencio incómodo.

Una vez dentro nos metimos en uno de los pasillos mientras buscaba un libro en particular.

-Hablame de ti.-dijo Ethan mientras agarraba un libro al azar, lo miraba y lo volvía a dejar.

-No hay mucho que decir.-respondí la verdad.

-¿Te gusta viajar?.-me miro.

-Nunca he salido de aquí a decir verdad.-le di una mirada de reojo y volví mi atención a la estantería.

-¿Qué? ¿Lo dices en serio?-sonó sorprendido.

-Sí, ¿Tú sí que viajas mucho?-pregunte.

-Sí, me encanta, o mejor dicho a mis padres les encanta.-Río mientras cogía un libro.

-¿A cuántos sitios has viajado?- pregunté siguiendo el hilo de la conversación.

-52 países sí cuento desde que soy pequeño.-Yo solo me giré y lo miré sorprendida.-Te lo he dicho, mis padres son fanáticos de los viajes.-rio.

-Chicos, vamos a cerrar.-dijo la bibliotecaria sonriente, yo solo mire la hora, el tiempo había pasado volando.

Una vez fuera intenté despedirme de él, pero insistió en acompañarme a casa, esta vez nos pasamos todo el camino hablando, no recordaba hacia cuanto no me reía así con alguien.

-Me lo he pasado bien.-dije mientras nos parábamos delante de mi casa.

-Yo igual.-sonrío mientras se acercaba a mí.

-Buenas noches.-dije rápidamente.

-Brooke.-dio un paso adelante y dejó un beso en mi mejilla.-Hasta mañana.

Me asomé por la cortina para ver qué no se había ido hasta que se aseguró que está dentro, estaba tan concentrada que ni siquiera me di cuenta de que me apartaban de ella.

-¿Qué miras?-dijo mi hermano mientras me empujaba.

-Nada que te importe.

-¡Mama! Brooke me está molestando otra vez.-grito.

-Brooke, no molestes a tu hermano, ¿No ves que está muy ocupado?-me regaño desde la cocina.

-Pero si no he hecho nada, ¡Ha sido él!-me defendí.

Mi madre salió de la cocina enfadada mientras se limpiaba las manos con un trapo.

-¿Qué te he dicho de mentir Brooke? ¿Por qué no puedes ser como tu hermano?-volvió a regañarme.-Erik, cariño, ya puedes hacer lo que estabas haciendo, que Brooke está castigada en su habitación.-me volvió a mirar enfadada mientras daba media vuelta y entraba a la cocina.

Yo solo pude girarme a ver la cara de mi hermano, él sonreía con satisfacción como si hubiese ganado una pelea, sin esperar más corrí hacia las escaleras y subí a mi habitación.

¿Por qué nadie me quería? Hasta mis propios padres preferían a mi hermano, cualquier persona pensaría que no tengo que hacer caso a las palabras de Amanda o sus amigas, pero esto solo me hace confirmar lo que ella dice.

Empecé a cambiarme y en vez de ponerme una camisa de manga larga me puse una corta y me miré al espejo, a través de él podía ver las marcas en mis brazos, algunas más antiguas que otras, intenté luchar contra las ganas que tenía, y al final acabé haciéndolo para poder sentirme mejor.

                                                

Esta historia va a publicarse completa en un solo día.
Así que este mensaje se va a repetir en cada capítulo.

⚠️No olvidéis votar y leer los agradecimientos⚠️(Yo me los suelo saltar pero por esta vez es importante que una vez acabada la historia lo leáis.)

Disfrutad la lectura.🤍

255 días antes de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora