Quedan 255 días.
Las lágrimas caían sin parar por mi mejilla, hacía rato que había dejado de intentar retenerlas.
Cada vez que levantaba la cara veía aquel ataúd marrón donde sabía que estaba ella y eso me hacía recordar porque estaba aquí, porque nunca la iba a volver a abrazar, porque no iba a poder volver a reírme de una de sus bromas y del porqué iba a estar sola a partir de ahora.
-Cariño.-Mi madre me toco el hombro y giré mi cabeza para mirarla.-¿No deberías ir con todos tus amigos? Seguro que ellos pueden consolarte mejor que yo.-volví a girarme hacia el ataúd negando con la cabeza en señal de que rechazaba su propuesta, hoy no iba a ser el día en el que le confesaba a mi madre que estábamos en el funeral de la única amiga de su hija.
La mentira de que tenía muchos amigos comenzó cuando mi madre solo veía que a la hora de invitar amigos solo aparecía una, asique empecé a salir por las tardes de vez en cuando inventándome que me habían invitado a un cumpleaños y así dejo de sospechar, no todo era mentira, sí que había un cumpleaños, solo que a mí no me habían invitado, nunca lo hacían.
La mentira no era tan dolorosa antes porque aunque me sintiera sola, cuando lo hacía, sabía que no lo estaba del todo, tenía una amiga, ahora la mentira era como un cuchillo que se había estado clavando poco a poco en mí y que con la muerte de ella se había hundido de una sola estocada sin preocuparse por si me hacía daño ¿Qué importaba si me dolía? Me lo merecía, todos me dicen eso siempre.
Me gustaría poder decir que cuando llegue a casa ya estaba mejor, que ya no dolía tanto, pero eso era falso.
La primera semana de clases después de su muerte, mis padres me dejaron quedarme en casa, aunque creo que aunque no me hubieran dejado tampoco hubiera ido.
Ahora aquí estaba, mirándome en el espejo de mi habitación, diciéndome que yo podía y que había cosas peores que afrontar el primer día de soledad.
Pensé que quizá recibir condolencias de las personas sería bueno, que me haría sentir menos sola, y no os equivoquéis, las condolencias venían de los profesores, los demás me miraban como si fuese una atracción de circo a la cual podían mirar con tristeza como si les importara un poco lo que me pasaba.
Creo que la primera clase en la que entré fue la peor de todas y eso que no era mi clase habitual solo una optativa que compartía con algunos de mi clase, no fue la peor porque las demás hubieran sido mejor, sino porque creo que después de la primera fue más fácil acostumbrarme.
A la profesora le pareció buena idea hacer parejas para un proyecto que se suponía que no íbamos a hacer.
-Brooke, ¿No tienes pareja?-me pregunto aunque ya sabía la respuesta, aun sabiendo que mi cabeza se preguntaba si lo estaba haciendo a propósito, era obvio que no se había dado cuenta de que sus palabras dolían, sobre todo porque sabía lo que venía después.-¿Brooke?
-No… No tengo.-Respondí a su pregunta.
-Bien… Amm… ¿Quién quiere ir con Brooke? Sois impares, así que por esta vez puede haber un grupo de tres.-No sé qué dolía más si el hecho de que fuéramos impares era por la falta de mi amiga o que nadie dijera nada, aunque siendo sincera ya me esperaba lo segundo.
A última hora estaba demasiado cansada, apenas había hecho nada, pero inexplicablemente lo estaba, lo único que se me ocurrió fue ir a las gradas a leer mientras el equipo practicaba, así me aseguraba que no había nadie ahí.
Las horas fueron pasando y comencé a pensar que era hora de irme, aunque mis pensamientos fueron interrumpidos por un balón que se estampó contra mí sin verlo venir, mi libro cayó al suelo por el golpe, por suerte acabé mejor que él por primera vez.
-Lo siento mucho.-se disculpó un chico que reconocí como uno de los jugadores debido a su ropa.
-No pasa nada.-dije mientras agarraba el balón y se lo devolvía.
-Gracias, ¿Segura que estás bien?-preguntó mientras agarraba el balón de mis manos con voz preocupada.
-Si tranquilo, he pasado por cosas peores-bromee para ver si así lo convencía y se iba.
Él, en cambio, se rio y me miró a los ojos con amabilidad.
-Soy Ethan, ¿Tú cómo te llamas?-Me extrañaba que no lo supiera ya, pero aun así respondí.
-Brooke.
-Brooke…-parecía que trataba de analizar mi nombre en su cabeza.-¿Y qué haces sola en las gradas Brooke?
-Estaba leyendo antes de que tu balón decidiera que no le gustaba mi libro.- Realmente no había ni mirado al suelo donde se encontraba el libro por miedo a como estuviera.
Él comenzó a reír como si le hubiera contado el chiste más bueno de toda la historia.
-A propósito,en serio siento eso, puedo comprarte otro.-dijo mirándome arrepentido.
-Realmente creo que tampoco está tan mal, así que no hará falta.-escuche como lo llamaban desde el campo para ir todos al vestuario.
-Me tengo que ir, pero te parece bien ¿Mañana aquí a la misma hora?-No me dio tiempo a decir nada cuando volvió a hablar.-¿Sí?, Genial, hasta mañana Brooke.- Seguido de eso se dio media vuelta y corrió hacia sus amigos.
Mientras yo comencé a recoger, sin duda el libro no tenía buena pinta, pero no quería que me comprara otro, comencé mi camino a casa pensando en aquel chico el cual estaba loco si pensaba que iba a volver.
Esta historia va a publicarse completa en un solo día.
Así que este mensaje se va a repetir en cada capítulo.⚠️No olvidéis votar y leer los agradecimientos⚠️(Yo me los suelo saltar pero por esta vez es importante que una vez acabada la historia lo leáis.)
Disfrutad la lectura.🤍
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255 días antes de ti.
RomanceSiéntate y ponte cómodo, lo que estás a punto de leer, hará que pienses, ¿Por qué ella no hace nada? ¿Por qué no planta cara? Te adelanto la respuesta, ella nunca supo que podía hacerlo porque le hicieron creer que ella se merecía todo lo que le...