Extra Jason

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La primera vez que vi a Brooke Williams fue cuando tenía 9 años y                           en cuanto la vi supe que la quería.                                                                                       Sabía que hiciera lo que hiciera, nunca podría ser lo que ella quería tener,             o lo que ella creía que merecía.

Pero me permití amarla entre las sombras porque aunque ella no me viera de la misma manera en la que yo la veía a ella, sabía que podía hacerla feliz, estaba seguro de que nadie sabría apreciar que si ella te amaba no era suerte.

Era un sueño, porque solo en tus sueños alguien como ella se enamoraría de ti.

El día en el que la conocí todo cambió, nunca sentí que me faltara nada, pero cuando ella habló conmigo por primera vez fue como si una parte que necesitaba y no sabía que no tenía se incrustara en mi corazón.

Jason 9, Brooke 9

-¡Chicos!-El profesor gritó intentando captar la atención de la clase- Hoy tenemos una alumna nueva, saludad a Brooke.-Era morena y a mis ojos muy guapa, sonreía como si le encantara estar aquí, tanto que hasta me daban ganas de sonreír a mí solo por mirarla.-Brooke siéntate con Jason.- Señaló de mi mesa y me puse nervioso en cuanto vi que comenzaba a acercarse sin perder su sonrisa.

Se sentó a mi lado y comenzó a sacar sus cosas, me quedé mirándola embobado hasta que pareció darse cuenta de que mi mirada estaba en ella.

-Hola, soy Jason.-Extendí la mano saludándodola y ella me saludo de vuelta, su mano era suave y ella olía muy bien.

-Soy Brooke.-Sonrio.

-Hueles a Galletas.-Dije nervioso intentando alargar la conversación.

-¿A galletas?-Me preguntó mirándome con una cara que no sabía descifrar.

-Sí, a esas galletas... ¡Las galletas María!- Le sonreí intentando que no pensara que estaba loco por compararla con una galleta.

Ella solo me miró como si fuera algo raro, me mentalice de que esta era la última vez que íbamos a hablar porque no iba a querer volver a tener una conversación conmigo después de esto, hasta que se rio.
I no una risa incómoda, una carcajada.

-¿Es un halago o un insulto?-Me pregunto cuando dejó de reírse.

-¡Un halago! Me encantan las galletas María.-Arqueo una ceja.-¡No digo que tú me encantes!-Ella solo me miró.-Quiero decir si me encantas, pero no...-Ella solo se rio de mi nerviosismo.-Mejor me callo.

Brooke iba a hablar cuando el profesor la llamó porque había un error y ella no pertenecía aquí, ella no iba conmigo, no iba a mi clase.

El profesor salió del aula dejando unos ejercicios para hacer y ella salió detrás de él, aunque antes se giró para mirarme y se despidió con la mano.

La busqué durante días sin poder encontrarla, nadie sabía nada de una Brooke morena que olía a galletas.
I nadie sabía nada de ella porque ella no iba aquí.
Sus padres la habian cambiado de colegio porque habia conseguido una plaza en uno que estaba mas cerca de su casa.

Pasé semanas sin pensar completamente sin ella, a veces me venía a la mente su imagen, o incluso cuando escuchaba una risa parecida a la suya, aunque se pareciera mínimamente también pensaba en ella.

Eso fue hasta que la volví a ver, estaba en una cafetería con mis padres cuando la vi, salió de una casa y caminó directamente hasta la entrada de la cafetería. Entró, compró una barra de pan y volvió a la casa de donde había salido. Parecía que no se había dado cuenta de que estaba ahí en una de las mesas de fuera mirándola hasta que se fue.

255 días antes de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora