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Quedan 42 días.

Había pasado una semana desde que fui a casa de Ethan ya aunque me había caído 11 veces en la semana por trabanquetas mientras Jason me ayudaba a levantarme en todas y había recibido más de 30 comentarios insultantes, seguía teniendo una sonrisa en la cara.

-¿En qué piensas?-Le pregunté a Ethan mientras miraba su mano y le hacía dibujos.

-Quiero casarme contigo.-Levante la cabeza de golpe y lo mire asustada.-No, ahora, pero sí en un futuro.

-¿Me estás pidiendo que me casé contigo en unos años?-Pregunté divertida.

-Tenemos 18 y una vez que acabemos este curso iremos a la universidad.-Dijo mientras sacaba un anillo de su bolsillo.

-Quiero casarme a los 23.-Dije mirando el anillo.-Es un número bonito ¿Verdad?

-Sí, entonces nos casaremos a los 23.-Puso el anillo en mi dedo.-Este es provisional solo para que recuerdes que estás prometida.-Explicó riendo.

-Esta mañana estaba indecisa de que cereales comer y ahora estoy prometida, como cambian las cosas en un par de horas.-Comente sin dejar de mirar el anillo en mi dedo, era precioso, tenía una especie de esmeralda verde en medio.

Ethan comenzó a reír a carcajadas y yo sonreí mientras levantaba la cabeza para mirarlo. No sólo lo quería. Lo amaba. Estaba completamente enamorada de él. Aunque no sabía si el me amaba de la misma manera que lo amaba yo a él.

Una vez que llegue a mi casa, puse la mesa para comer, menos algunas cosas.

Cuando mi padre llegó de trabajar mi hermano se sentó en la mesa y yo me lo quedé mirando.

-Todavía faltan cosas en la mesa he.-Lo miré enfadada mientras iba a la cocina.

Segundos después entró a la cocina para hacer ver que hacía cosas.

-Si hubiera llegado a la misma hora que tú yo la habría puesto.-Se excusó.

-Mentira.-Comente enfadada.-En cuanto he llegado la he puesto, tú no lo habrías hecho, habrías esperado media hora.

-Ni tú crees que lo has hecho justo al llegar.-Me miró con burla.

-Mamá, a que en cuanto he llegado te he saludado y la he puesto.-Me giré a mirar a mi madre.

-No lo sé, no me acuerdo.-Dijo mirándome mal.

Ella estaba ahí, incluso le había dicho ya he puesto la mesa, ¿Por qué decía que no se acordaba?

-Siempre es igual.-Dije sin susurrar, pero tampoco tan alto.

-No balbucees.-Dijo mientras me pegaba en la pierna.

-¡No me pegues!-Grite harta.-Además no he balbuceado.

-Como te pones cuando pierdes.-Dijo con burla.

-¿Perder? ¿Por qué todo lo llevas a una competición?- No había perdido porque esto no era un juego.

-Que has perdido.-Me saco la lengua y se fue de la cocina.

-¿Pero tú lo ves..?-Me giré a mirar a mi madre, pero ella me miraba enfadada.

Estaba cansada de que siempre lo eligieran a él. No importaba lo que hiciera o cuando lo intentará siempre consiguen hacerme sentir que no valgo nada.

Nunca nadie me elegía, nadie hasta que apareció Ethan, él sí me eligió.

Comimos en silencio y en cuanto pude subí a mi habitación. Me senté en la silla y enfrente colgado en la pared estaba mi espejo, me quedé mirándome en él unos minutos y no encontré nada.

No encontré nada que me dijera que había en mí, que hacía que la gente no me quisiera.






Esta historia va a publicarse completa en un solo día.
Así que este mensaje se va a repetir en cada capítulo.

⚠️No olvidéis votar y leer los agradecimientos⚠️(Yo me los suelo saltar pero por esta vez es importante que una vez acabada la historia lo leáis.)

Disfrutad la lectura.🤍

255 días antes de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora