255 días antes de ti.

Extra Ethan

-¿La estás llamando?-Amanda me miró enfadada.

-Necesito hablar con ella.-Amanda me miró aún más mal.

-Después de todas las mentiras...

-¿Estás segura de que son mentiras?-Por fin me atreví a preguntar.

-¿Qué quieres decir?-Se movió nerviosa.

-Sé que no me mentirías, pero sé que ella tampoco lo haría.-Suspire.- Así que solo te lo voy a preguntar una vez ¿Ella decía la verdad?

-N...-La miré fijamente mientras arqueaba una ceja.-Bueno... Algunas cosas sí que eran verdad.

-¿Cuáles?-Estaba enfadado, me había dicho que ella era la mentirosa.

-¿Todas...?

-¡Has dejado que crea que me mentía!-Grité furioso, aunque la culpa era mía, solo mía.

Había pasado los últimos días con Amanda y no había intentado contactar a Brooke para nada, hasta hoy. Quería dejarle tiempo porque sabía que estaba enfadada.

-Ethan...

-No.-Agarre mi chaqueta del sofá.-Voy a ir a por Brooke y una vez que consiga que me perdone, si lo hace, no te vas a acercar más a ella y a mí.

-Pero...-La interrumpí.

-No te vas a volver a acercar.-Dije sabiendo que eso era lo que no le gustaba.

Salí de su casa sin dejar que contestara y comencé a caminar hasta la casa de Brooke justo cuando comenzó a llover, pero cuando llegué vi que había una ambulancia y un coche de policía delante.

-¿Qué ha pasado?-Le pregunté a un policía.

-No puedes estar aquí.-Dijo simplemente.

-Mi novia vive en esa casa.-Tenía miedo y algo me decía que debía tenerlo.

El policía miró a su compañero y asintieron con la cabeza, uno de ellos se adentró en la casa y salió con el hermano de Brooke, el cual dijo que me dejaran pasar.

Justo cuando entre sacaban una camilla con una bolsa encima, donde normalmente metían a las personas que no sobrevivían y morían.

-¿Qué ha pasado?-Le pregunté al hermano de Brooke intentando encontrarla con la mirada.

Vi que segundos después de que la camilla saliera por la puerta aparecían los padres de Brooke, su padre abrazaba a su madre mientras ella lloraba desconsoladamente.

Así que mire a su hermano, sus ojos estaban rojos como los de su padre, había estado llorando mucho.

Seguí buscando a Brooke negándome a ver lo evidente de la situación.

-¿Dónde está Brooke?-Pregunte cuando las lágrimas comenzaban a caer por mi mejilla mezclándose con las gotas de la lluvia.

-Ethan, ella no ...-Su hermano me tocó el hombro y solo pude negar con la cabeza.

-No...No-Corrí para alcanzar la camilla y abrí el principio de la cremallera sin que pudieran impedírmelo y la vi.

Era ella, su cara estaba pálida, demasiado pálida, le toqué la mejilla deseando que despertara y la aparté de golpe, estaba congelada.

-Brooke...Cariño, despierta.-Dije moviéndola a través de la bolsa.

-Ethan...-Su hermano intentó apartarme.

-¡No! ¡No! Ella está bien, solo tiene frío, solo es eso.-Dije abrazándome a la camilla y a la vez empapándome con el agua que había sobre ella.

-Está muerta Ethan.-Comenzaron a salirle lágrimas.-Ella ya no está aquí.- Aprovecho para apartarme de la camilla mientras estaba distraído escuchándolo.

-¡No! ¡No!- Intenté resistirme, pero los policías lo ayudaron.

Vi cómo metían la camilla en la ambulancia y me derrumbé.
Ella no estaba, ella ya no estaba.

Inhalé y exhalé por mi boca intentando acallar el dolor en mi pecho. La lluvia siguió cayendo, filtrándose en mi piel avisándome de que esto no era un sueño, cuando en realidad quería estar en uno. Brooke...

Mi corazón el cual le pertenecía ella, comenzó a partirse poco a poco a medida que se daba cuenta de la realidad. Estaba muerta, Ella en realidad lo estaba. Podría jurar que por un instante deje de sentir los latidos de mi corazón como si hubiera muerto al no tenerla a ella.

Su familia me hizo entrar a casa, su madre seguía llorando en el sofá mientras el padre de Brooke la consolaba.

-Tenemos... Tenemos que comprar un bonito ataúd, ella hubiera querido eso...-Su madre volvió a estallar a llorar.

Y yo solo pude llorar junto a ellos porque ahora no sabía qué más hacer, no sabía que hacer en un mundo donde ella no estuviera.

El funeral fue al día siguiente, vino bastante gente y eso me hizo preguntarme ¿Dónde estaban cuando ella todavía respiraba?
El que más afectado se veía era ese tal Jason, según sus padres Brooke lo conocía desde pequeña aunque ella no lo recordara.

Mis padres tuvieron que hacer que un psicólogo me visitará porque su muerte me destrozó mentalmente. Todos decían que no era mi culpa, pero creo de verdad que si la hubiera elegido la primera vez ella estaría aquí. Conmigo.

Sus padres me dejaron ir a su habitación por si había algo mío ahí.

No les dije que sabía que no había nada porque necesitaba volver a sentir que estaba con ella.

Cuando entré a la habitación olía a ella.

Mientras miraba sus cosas encontré el cuaderno en el que siempre solía escribir, cuando lo leí no pude soportarlo y me solté a llorar.

Una vez que acabe de leerlo se lo lleve a sus padres, merecían saber todo lo que había ahí.

Desde ese día me prometí que nunca me casaría a los 23, porque ella ya no estaba para hacerlo conmigo.
Y si no era ella, no iba a ser nadie.