CAP 25.

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Eliza.

Una vez que Alejandro me dijo todo el plan, me dejo encargada con el doctor, al principio me dio desconfianza pero al ver que se porto muy amable al principio no tendria razones, pero como dicen mas vale prevenir que lamentar.

Alejandro se fue y al poco rato entro el doctor con una joven.

-Hola Eliza espero te encuentres mejor-me dijo en tono amable y algo preocupado.

-Si doctor muchas gracias-le di una media sonrisa.

-Deja de decir así me llamo Eduardo-me sonrió, pero me veía con mucho cariño o eso parecía-le pedí a la joven que te  traguiera un cambio de ropa-asentí.

Era un pans totalmente negro, lentes negros y una gorra negra, cualquiera diría que voy a un funeral o que estoy de luto.

El doctor y la joven salieron para que yo me cambiará, me costó algo de trabajo ponerme todo ya qué me dolía todavía mi cuerpo.

Una vez ya lista abrí la puerta y afuera estaban el doctor y la joven.

-Ven Eliza, Alejandro me dio instrucciones para salir de aquí ya está todo listo, saldremos por la puerta de atrás para que nadie nos vea en la entrada y evitar que las cámaras nos vean despu...-lo interrumpí.

-Por que nos está ayudando Eduardo?-pregunte dudosa.

-Por que yo también vi a una persona en el mismo estado qué tú-lo dijo con una tristeza que se reflejaba en su rostro.

-Puedo saber quien? - le pregunte, qué dirá que soy una chismosa.

-Perdón no debí..-me interrumpe.

-Mi hija-se le hizo un nudo en la garganta.

-Y ella está bien?-le pregunté con la esperanza de que me dijera que si.

-Ella no corrió con la misma suerte que tu, los golpes qué le dio el maldito de su esposo hicieron qué perdiera mucha sangre, murió en mis brazos-se le resbalaron las lágrimas por sus mejillas.

-Pero bueno eso ya pasó y al verte a ti en la camilla me recordaste mucho a mi hija-rompio en llanto.

Me acerque a él y lo abrace,el de inmediato me abrazo, podía escuchar el latido de su corazón, no tenía palabras, pero lo único que le dije fue.

-Gracias-mis ojos de humedecieron-Muchas gracias-una qué otra lagrima se me escapó.

Nos separamos del abrazo y en su rostro se le hizo un sonrisa.

-Bueno ya hay que movernos, en media hora tienes que estar en el aeropuerto-asentí, ya íbamos de camino a la salida trasera, nos topamos con uno que otro camillero, dirán que esto a de ser fácil, pero no vives con ese miedo de que te descubran y todo se vaya al carajo.

Una vez afuera, estaba ya un carro completamente negro, la persona que lo iba manejando salió del auto.

-Hola señorita Eliza el joven Alejandro me mando por usted para llevarla al aeropuerto-el era alto, de unos 20 en adelante, se veía confiable.

El me abrió la puerta trasera, antes de subir voltee hacia el señor Eduardo.

-No vendrá con nosotros-le pregunté angustiada.

-No Eliza, me quedare para no levantar sospechas y...-lo volví a abrazar, ya se dirán que muchos abrazos pero no me perdonaría qué Elías le hiciera algo si se llega a entrar.

-Voy a estar bien hija, tu vete tranquila-limpio una lagrima qué se me salió-y sobre todo-agarro mis dos manos y las apretó sin llegar a lastimarme-se feliz, aprovecha para comenzar de nuevo-nos dimos un último abrazo.

TERRIBLE OBSESION (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora