El Renacer del Fénix

Capítulo 56: La Oscuridad

Tras el abrazo emocional entre Tom y Brooks, Brooks se aparta suavemente y mira a Tom con tristeza en sus ojos. Con voz apesadumbrada, se disculpa sinceramente por haber perdido el control de su poder y haber intentado hacerle daño a su propio hermano.

–Hermanito, lamento profundamente haber perdido el control y haber intentado hacerte daño", dice Brooks con arrepentimiento. –El poder del fénix es peligroso, y debo aprender a controlarlo de manera adecuada. No quiero ser una amenaza para ti ni para nadie más.

Tom mira a Brooks con comprensión en sus ojos y le responde con voz suave pero firme: –Brooks, todos cometemos errores. Lo importante es que estemos dispuestos a aprender de ellos y crecer. Estoy aquí para apoyarte y ayudarte en este proceso. Juntos podemos encontrar la manera de controlar nuestros poderes y utilizarlos para proteger a quienes amamos.

Brooks asiente con gratitud y promete a Tom que hará todo lo posible por aprender a controlar su poder y redimirse de sus acciones pasadas. Ambos hermanos se miran con determinación y fortaleza, sabiendo que su unión y apoyo mutuo serán fundamentales para enfrentar los desafíos que les esperan.

Una sombra siniestra se materializa frente a los hermanos Tom y Brooks. De ella emerge Zork, el maestro oscuro, con una mirada penetrante y una sonrisa malévola en el rostro. La oscuridad que lo envuelve crea una aura de misterio y temor.

Con paso lento y decidido, Zork se acerca a los hermanos, su figura imponente proyectando una presencia aterradora. El aire se vuelve más denso a medida que se acerca, y su mirada fría y penetrante parece atravesar el alma de aquellos que lo observan.

Tom, sorprendido y sin conocer a Zork, mira a su hermano Brooks con una expresión de asombro y confusión. Brooks, sin embargo, fija una mirada terrorífica en Zork y pronuncia su nombre en tono amenazante. Zork, con una sonrisa siniestra en su rostro, disfruta del impacto que ha causado en los hermanos.

–Brooks, ha pasado mucho tiempo. No quería interrumpir este reencuentro entre hermanos. Así que tienes un hermano, ¿eh, Tom? –Zork mira fijamente a Tom con una risa siniestra. –Yo que venía en busca de un portador del Fénix y me encuentro a dos. Parece que el destino está de mi lado. –Dijo sonriente con una mirada macabra.

–¿Qué haces aquí, Zork? ¿Cómo me has encontrado?

–Te hemos seguido la pista desde el reino de Tauro, Brooks. ¿Acaso pensabas que podrías escapar de tu destino?

–Quien es el Brooks? –preguntó Tom mientras miraba a su hermano con el temor en su rostro.

–Tom, él es uno de los líderes de la Legion Z. Una organización que persigue a personas como nosotros, con un poder increíble. Estamos en peligro, hermano...

–Legion Z? Organización? –Tom se puso a pensar durante unos instantes y recordó su encuentro con Lady Black hace meses. –Esta es la organización que va detrás de Lady Black?

Zork miró a Tom con una mirada confusa. –Conoces a lady Black? No te preocupes joven Fénix, ya le llegará la hora a esa mujer del demonio...

–Tienen dos opciones, mis queridos hermanos. Pueden entregarse sin luchar y les aseguro una muerte rápida e indolora. O pueden resistirse y enfrentar un dolor inimaginable antes de morir. Soy un hombre de palabra.

–Tom, no podemos luchar contra él. Es demasiado poderoso.

–Somos los herederos del Fénix, hermano. Podemos luchar. No dejaremos que nos derrote sin pelear.

Ambos hermanos, con determinación en sus ojos, canalizan su poder del Fénix y se preparan para atacar a Zork. Las llamas del Fénix rodean sus cuerpos, emanando una energía deslumbrante. Con un movimiento coordinado, lanzan un poderoso ataque hacia Zork, quien los observa con calma, sin inmutarse.