West Macaber se dirigió a la oficina del director Golden después de una larga jornada laboral. Golpeó suavemente la puerta y entró en la sala.
West Macaber se acercó al director con una sonrisa irónica. –Bueno, director Golden, es interesante encontrarnos de nuevo después de todos estos años. ¿Quién iba a decir que terminaríamos trabajando juntos en la misma escuela?
El Director Golden con cierta tensión. –No puedo decir que estoy emocionado por verte aquí, West. No olvides que tu presencia como asesor es una orden directa del ministerio mágico. Si dependiera de mí, no estarías aquí.
West Macaber dijo con tono burlón. –Oh, vamos, director Golden, no me digas que todavía estás resentido por aquellos días en Yellowstone. Siempre fuiste un mago promedio, mientras que yo... bueno, ya sabes cómo era.
–Tus habilidades mágicas no cambian el hecho de que siempre fuiste arrogante y presumido. Recuerdo muy bien cómo te las arreglabas para sacarme de quicio en clase. –Replicó Golden frustrado.
–Ah, los buenos tiempos. Siempre he disfrutado de una pequeña competencia sana, director Golden. Pero, a decir verdad, siempre fui el mejor mago en aquel entonces, ¿no crees? –Dijo West riéndose.
–Eso es cuestionable, West. Pero lo que importa ahora es que estás aquí para ayudar a nuestros estudiantes. Espero que te tomes esa responsabilidad en serio y dejes tus actitudes sarcásticas a un lado.
–Oh, no te preocupes, director Golden. Estoy aquí para cumplir mi deber como asesor y transmitir mi vasto conocimiento mágico a los jóvenes talentos de Yellowstone. Estoy seguro de que podré hacerlo sin problemas.
El director Golden suspiró y se ajustó los anteojos.
El Director Golden con cierta desconfianza. –Espero que así sea, West. Estoy dispuesto a darle una oportunidad, pero no toleraré ningún comportamiento inapropiado. Estamos aquí para educar y guiar a nuestros alumnos, no para alimentar egos.
–Entendido, director Golden. Haré lo que esté en mi poder para contribuir al crecimiento y desarrollo de los estudiantes. Puedes confiar en eso.
El director Golden asintió, aunque aún mostraba cierta desconfianza.
–Espero que tus palabras se traduzcan en acciones concretas, West. La educación de nuestros jóvenes es nuestra prioridad.
–Lo sé, director Golden. Estoy comprometido con esa causa. Además, ¿quién mejor que yo para enseñarles sobre el poder y los peligros de la magia?
Ambos hombres intercambiaron miradas tensas antes de que West se diera la vuelta y se alejara de la oficina del director. La rivalidad entre ellos seguía latente, pero por el bien de los estudiantes, debían encontrar una manera de trabajar juntos.
***
Tras el largo día de clases, Tom y Kenny se encontraron en un lugar apartado cerca de la escuela. Ambos tenían una mirada decidida y determinada en sus rostros, listos para llevar a cabo su plan.
–Bueno, Kenny, es hora de poner en marcha nuestro plan. Recuerda, debemos ser cautelosos y asegurarnos de no levantar sospechas.
–Por supuesto, Tom. No podemos permitirnos meter la pata. Mi padre me ha proporcionado las llaves de la biblioteca, así que tenemos acceso asegurado.
–Genial. Aprecio que hayas conseguido las llaves. Sabes que esto podría ser peligroso, pero es la única forma de averiguar más sobre el poder del fénix.
–Sin riesgo no hay recompensa, ¿verdad? Estoy emocionado de ver qué secretos ocultos descubriremos en esa biblioteca. –dijo Kenny con una sonrisa siniestra.
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El Renacer del Fénix
Fantasy"El Renacer del Fénix" nos lleva a un mundo de fantasía lleno de magia y misterio. Tom, nuestro protagonista, recibe una invitación para asistir a la prestigiosa escuela mágica de Yellowstone. Con emoción y expectativas, Tom comienza su viaje hacia...