El Renacer del Fénix

Capítulo 62: El Torneo de Primer Año

El Profesor Rocks, con su característica barba poblada y gafas de montura gruesa, se encontraba en la acogedora sala de profesores de la escuela Yellowstone. El Profesor Rocks continuaba meticulosamente organizando los papeles para su próxima clase. Los títulos en los documentos eran llamativos y destacaban, y en esta ocasión, el título principal en sus papeles decía "Torneo del Primer Año".

Mientras Rocks disfrutaba de su café mañanero, alguien entró en la sala de profesores. Era el director Golden.

–Profesor Rocks, buenos días. –dijo Golden mientras entraba en la sala de profesores con paso decidido.

–Buenos días Director Golden. –respondió Rocks con una sonrisa.

–El alumno nuevo está esperando en la entrada a Yellowstone. -anunció Golden, con un tono serio pero cortés.

Rocks se mostró sorprendido, dejó a un lado los papeles y miró al director con curiosidad. –
Oh, ¿un nuevo alumno? Estoy emocionado de conocerlo. Gracias por avisarme, ahora mismo iré a darle la bienvenida y presentarle a su nueva clase.

La clase 1C estaba llena de expectación y emoción mientras esperaban la llegada de su profesor. Los alumnos charlaban animadamente entre risas, compartiendo anécdotas sobre sus vacaciones y planeando lo que les depararía el nuevo semestre.

En uno de los rincones, un grupo de amigos comentaba sobre las aventuras que habían vivido durante las vacaciones. En otro extremo del aula, dos chicas compartían sus planes para el próximo fin de semana. El ambiente era alegre y lleno de energía juvenil.

La atmósfera de risas y bromas llenaba el aula mientras los estudiantes aguardaban la llegada del profesor Rocks. Max, siempre el bromista del grupo, fue el primero en comentar sobre la inusual tardanza del profesor.

–Que raro, el profesor Rocks llegando tarde a clase –dijo Max entre risas, provocando la complicidad de sus compañeros.

Kenny, el más serio y reservado del grupo, asintió con una sonrisa sarcástica. –Sí que es muy raro, con lo estricto que es.

La preocupación asomó en el rostro de Tom, siempre atento a las responsabilidades. –Seguro que tiene alguna buena razón –dijo tratando de tranquilizarse.

Max, con su característico sentido del humor, bromeó con una esperanza irónica. –Quizás se ha dormido, ¿no? Eso sería un milagro.

–No seas pesimista, Max –intervino Brandon, el optimista del grupo, con una sonrisa amable. –El profesor Rocks siempre es puntual. Seguro que en cualquier momento aparece.

–Brandon tiene razón, chicos –añadió Kate, tratando de calmar las especulaciones. –Nos habrían avisado si el profesor no viniera. Estoy segura de que llegará enseguida.

Max se tomó la broma con buen humor y le respondió a Brandon con un tono divertido. –Tienes razón, aguafiestas.

Los estudiantes continuaron charlando animadamente, manteniendo el buen ambiente mientras aguardaban la llegada de su querido profesor Rocks. La expectativa del nuevo semestre y las emocionantes aventuras que les esperaban los mantenían llenos de energía y entusiasmo.

El timbre del aula resonó justo en el momento en que el profesor Rocks hizo su entrada, y la mirada decepcionada de Max no pasó desapercibida. El profesor, siempre con su actitud serena y profesional, saludó a sus alumnos con una cálida sonrisa.

–Buenos días, queridos alumnos –dijo Rocks, captando la atención de todos. Su voz tranquila llenó el aula y su mirada recorrió a cada uno de ellos, conectando con sus rostros expectantes. –Y sí, Max, lamento decepcionarte, pero no me he dormido ni estoy enfermo –añadió con un toque de humor, lo que provocó risas en la clase.