Siete

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Muy bien Osamu Dazai, el ex demonio prodigio por primera vez no supo que decir y colgó.

Tomo una sabana para cubrir más a Sonoko, es de madrugada así que afuera estará bastante frio, yo también me pongo un abrigo y así en pijama voy a comprar las cosas.

-¿En donde se supone que consiga todo? – mi pequeña chibi sigue llorando.

Así que me apresuro a ir a una tienda de autoservicio, quizás encuentre algo.

Estoy seguro de que desperté a todos durante mi trayecto, al entrar a la tienda el cajero me observo y frunció el ceño.

-Biberones y leche – desesperado le indique.

El chico frunce el ceño, murmura un par de maldiciones, pero busca lo pedido, al parecer los llantos de mi princesa son suficiente amenaza. Pago por todo y me regreso a casa, una vez dentro dejo a Sonoko en la habitación, reviso las indicaciones que me envió Yosano, decidido a no fracasar preparo el primer biberón de mi vida.

Contento con el resultado, el tercer biberón es el indicado, voy con mi pequeña, en cuanto le acerco el biberón lo succiona hambrienta.

-Oh, mi chibi chibi moría de hambre – sonrió al verla comer con desespero.

Con rapidez lo termina, eructando al finalizar.

-Muy bien princesa, a dormir – le besa la frente dejando el biberón de lado, la niña sonríe y bosteza.

Agotado, se deja caer al lado de Sonoko, le queda poco tiempo para dormir o quizás mañana se tome el día libre, si eso es una buena idea, sonriente se duerme abrazando a su hija.

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Por fin estoy lista, vestida con ropa tradicional tal y como me gusta, es momento de ir a casa.

El kimono se ensucia un poco con la arena, aunque no importa, necesitare de todos mis recursos en tierra para encontrar a mi pequeña Sonoko; camino tranquila hasta llegar al imponente edificio; avanzo solemne sin prestar mucha atención en nadie, me dejan pasar libre, nadie esperaba mi llegada, sin embargo no me generan inconvenientes.

En el ascensor nadie más se dirige al último piso, por supuesto lo evitan y solo se presentan ante él si son llamados con antelación.

Los guardias en la entrada me observan, antes de que articulen palabra elevo mi mano en un suave gesto para silenciarlos, avanzo, abro las puertas.

-Regrese….

No me sorprendió ver tal escena, mi pequeña subida aun banquito negándose a probarse otro vestido más, mientras que su padre el hombre más temido de Yokohama le ruega y lloriquea.

-Dije que no, Rintarou -se cruza de brazos – mamá – baja de un salto y corre a abrazarme.

-Mi bella Elise – le abrazo.

- Kouyou-kun – Ougai se recompone – aún no es tu temporada de visita.

-Existen complicaciones Ougai – avanzo con Elise pegada a mi – informes.

-Ya van a hablar de cosas aburridas, Rintarou siempre es aburrido – se aparta buscando sus crayones.

-Oh, tan cruel mi bella Elise-chan – sonríe – hubo rumores sobre los tuyos.

-¿Qué rumores? – me siento en su silla.

-Uno de los de tu especie sumamente poderoso, lo suficiente para destruir Yokohama – en definitiva, se refiere a mi Chuuya – el gobierno lo buscaba…

Llanto de sirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora