Once

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-Tú, bastardo infeliz – ahora su mirada está llena de odio, si las miradas asesinaran ya estaría muerto – violaste a mi bebé.

-¿Qué? – suelto en un gemido ahogado, el presidente no me quita su mirada de mi – eso es mentira… Elise es una niña nunca le tocaría, es mi hermana – murmuro.

-No me refiero a Elise – frunce el ceño – me refiero a Chuuya, mi pobre bebé.

-Espera – alzo la mano – entonces, ¿eres la madre de Chuuya?

-En persona – asiente – y yo cuidare de Sonoko.

-No, yo como el padre de Sonoko tengo más derecho que tu – alzo mi mano para callarla.

-¿Tú? – suelta una risa burlona – me haces reír, tú no tienes derecho a nada, eres tan vulgar, un simple humano, además ni siquiera estuviste presente en su nacimiento… no te involucres en una guerra que supera los límites humanos.

-Una guerra – murmuro – así que de eso se trata, bueno – aplaudo – por suerte soy el mejor estratega que puedas conocer – sonrió – pregúntaselo a tu esposo.

-Ougai tampoco tiene voz y voto en esto, el propósito de traer a Sonoko a tierra es mantenerla a salvo, además de evitar que la guerra llegue a tierra.

-Bueno, la guerra ahora es algo que me incumbe, ha afectado a mi pareja y a mi hija – mi voz se torna fría, implacable, tal como era antes – así que ahora debo destruir al enemigo, me dirás todo lo que sepas, algo me dice que ya conocí a uno de ellos.

El presidente carraspea antes de que ella responda.

-Dado que no llegaran a un acuerdo y como están en territorio humano, señora debe acatarse a las normas humanas – la observa serio – conocí a Chuuya, y él eligió a Osamu; la niña se queda con el padre – se levanta – además Port Mafia no es un lugar para niños, Ougai Mori no debe estar cerca de niñas tampoco.

-Gracias – me levanto – ahora, eres la madre de Chuuya así que no me opongo a que veas a Sonoko, pero no intentes arrebatármela o te asesinaré yo mismo – mantengo mi rostro impasible – como ejecutivo debes conocer bien mi expediente.

Me levanto con mi hija en brazos, salgo de la habitación, así como de la Agencia.

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Osamu Dazai,el demonio prodigio de Port Mafia, un desertor, el hijo de mi pareja, heredero legítimo de la mafia, es la pareja de mi hijo, padre de mi pequeña Sonoko; esto se complica cada vez más Chuuya.

Se lo que significa iniciar una disputa en contra de Osamu, dada las circunstancias no es favorable así que tendré que cambiar el curso de mis planes.

Eso es lo que me lleva a este lugar, suelto un suspiro resignada, toco la puerta un par de veces.

-Voy…. – se queda en silencio al verme – no me importa iniciar una guerra contra Port Mafia – su semblante cambia a uno totalmente frío y despiadado.

-No vengo en busca de pelea – ingreso a su casa sin que me invite – solo vengo a cerciorarme de que Sonoko se encuentre en un lugar adecuado para alguien como ella.

-Es una bebé – cierra la puerta.

-Una princesa – recorro el lugar – te tengo una propuesta – me giro y lo observo a los ojos.

Él se cruza de brazos totalmente a la ofensiva.

-Habla…

- Una asociación entre tu y yo – enarca una ceja – lo más importante para mí es que Sonoko esté a salvo y – frunzo el ceño – salvar a Chuuya…

Llanto de sirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora