Sonrió, mi mirada se fija en Ranpo, porque él lo sabe, no dirá nada de eso estoy seguro así que no hay problema.
-Sí, lo es, al menos eso creo – canturreo.
-¡Dazai, bastardo! – comienza a gritar Kunikida, mi pequeña hace un puchero dispuesta a comenzar nuevamente con el llanto.
-Oh no, nada de gritos a Dazai – interviene Yosano – o todos acabaremos sordos en el mejor de los casos.
Eso de inmediato calla a Kunikida.
-¿Quién es la madre de esa pequeña? – entorna los ojos.
-Eso es de muy mala educación Kunikida-kun – comienzo a avanzar a mi escritorio – preguntar cosas tan personales como si nada, solo diré que es alguien hermoso y especial.
-Dazai-san, su hija es muy bonita – Atsushi se acerca, aunque mantiene su distancia es obvio que no quiere irritarla, así que sonrió de forma sincera – entonces… ¿la cuidara?
-Por supuesto Atsushi-kun, la cuidare con mi vida – acaricio la nariz de ella.
-¿Y qué edad tiene?
-¿Eh? – es cierto no sé qué edad tiene – no lo sé, creo que apenas nació.
-Acabas de decir que es tu hija – me señala Kunikida - ¿Cómo que no sabes cuándo nació?
-No lo sé, estaba en su cesta…
Me paralizo, mierda se me escapo información de más.
-Oh, creo que entiendo ya un poco – se acerca Yosano – Dazai, me dejarías revisarla, es lo mejor.
Observo a Sonoko que le sonríe a Atsushi, al parecer ya está normal.
-Sí, es lo mejor y gracias.
-No es nada – se encoge de hombros – vamos a la enfermería.
La sigo detrás, a mi espalda Fukuzawa les dice a los demás que ahora todos me ayudarán a cuidar de Sonoko y nada de preguntas personales indiscretas, además al parecer me harán un ajuste de horario.
-Chibi chibi me estás dando tanta suerte – le beso la mejilla regordeta.
-Esa pequeña te favorece más de lo esperado, ahora si podrás evadir tu trabajo con impunidad – cierra la enfermería con seguro – colócala en la camilla.
Con cuidado la dejo ahí, no me despego, me da miedo que se caiga, es tan pequeña que podría romperse; Yosano toma un estetoscopio y se acerca.
-Lo que me digas se queda entre nosotros, secreto profesional – comienza a auscultarla.
-Te lo diré más adelante – concedo.
Ella se concentra en revisarla, incluso la desnuda, juega un poco con mi pequeña que sonríe divertida; la vuelve a vestir.
-Todo en orden, una niña muy sana – la carga y me la entrega – y si, todo indica que es recién nacida, no tiene muchos días.
-Entiendo – un nudo se forma en mi pecho, ¿Cómo estas Chuuya?.
.
.
.
-Entonces conoces a alguien así.
-Lo hago – Ougai Mori se acerca a su escritorio y busca algo en un cajón – pero solo te pido que no lo asesines, Kouyou-kun esa persona podría ser un activo muy importante.
-Y es mi Hermano mayor – canturrea Elise sin dejar de dibujar.
Mi mirada se endurece, frunzo el ceño.
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Llanto de sirena
FanfictionLos mares esconden oscuros secretos, lo cuales quizás nunca deberían ser revelados. La furia del mar es implacable... El dolor por una traición es incurable... ¿Y si la traición es un acto de amor? ¿Preferirías condenar tu alma y no la del ser amado...