Seremos como el sol y la luna
Estaremos separados
Como el día y la noche
Así nuestro amor eterno será
Como el del sol y la luna…
Como el Sol y la Luna, Yarumi Eire..
El tiempo con Chuuya a mi lado paso tan rápido, demasiado rápido que se siente como la nada misma.
A tan solo unos meses de nuestro primer aniversario de bodas la tormenta se posó sobre nuestra felicidad, la fuerza implacable del dios del mar reclamando su tesoro nos golpeó sin poder evitarlo.
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Me remuevo incomodo, me falta el calor de mi chibi, tiento la cama sin abrir los ojos, no está.
Abro mis ojos para enfocarlo, todo esta oscuro y en relativo silencio, de no ser porque se ve el halo de luz del baño, escucho unas arcadas.
-Chuuya – me levanto para ir a verlo – chibico, ¿estás bien?
-Y… - antes de que pueda responder, escucho de nuevo como sus arcadas.
Entro al baño, se ve como un desastre, pálido, aferrándose al inodoro mientras vacía el contenido de su estomago en el mismo, me agacho y le sostengo el cabello.
- Te dije que habías comido demasiad – trato de que mi voz suene suave, le acaricio la espalda.
El agua limpia se lleva todo lo desechado.
-Mierda, yo no me enfermo caballa apestosa – murmura.
-Pues ahora estas bastante enfermo, pequeña babosa – lo ayudo a ponerse en pie - ¿llevas mucho vomitando?
-¿Huh? – suspira – como unos cinco minutos antes de que llegaras, pero… me sentí mal desde hace unos quince minutos.
Confiesa, y en verdad se ve tan mal, como si sus energías hubiesen sido drenadas; lo acerco al lavabo, se hecha un poco de agua en el rostro y se lava los dientes, no importa que tan mal se sienta siempre cuida mucho de sí.
No me lo pienso mucho, simplemente lo cargo estilo princesa.
-Oh para ser tan chibi pesas…
-Cállate imbécil – gruñe – no peso mucho solo que tu tienes brazos de fideo.
-Que cruel es mi esposa conmigo – lloriqueo, llevándolo a la cama.
-¿A quien mierda le dices esposa?
-A mi chibico – le robo un beso antes de que siga discutiendo – descansa…
-Idiota – murmura sonrojado, me acomodo a su lado, esconde su rostro en mi pecho y me abraza.
-Tu idiota ya lo sabes – murmuro acariciándolo, solo gruñe en mi pecho.
Ambos nos dormimos abrazados.
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Días más transcurren, Chuuya sigue con su malestar, usualmente los olores muy fuertes lo molestan, ha estado mucho más irritable que de costumbre y suele salir mucho sin decirme a donde.
Quiero que recuperemos el ritmo, así que hoy me escapo del trabajo y me dirijo a la cafetería.
Al llegar no lo veo por ningún lado, me acerco a uno de sus compañeros.
-Hola – el joven sonríe reconociéndome.
-Hola, Dazai-san.
-Podrías llamar a Chuuya – supongo que esta dentro de la cocina, pero la mirada del joven me indica que algo anda mal.

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Llanto de sirena
FanfictionLos mares esconden oscuros secretos, lo cuales quizás nunca deberían ser revelados. La furia del mar es implacable... El dolor por una traición es incurable... ¿Y si la traición es un acto de amor? ¿Preferirías condenar tu alma y no la del ser amado...