Aviso importante, esta historia ❌NO ES MPREG❌.
En la prestigiosa Clínica de Fertilidad del Doctor Kim Heechul , conocida por su éxito en el campo de la inseminación artificial, se produce un error inesperado que desencadena una serie de eventos con...
Taemin y Minho llegaron a la cafetería SUJU*, esta era discreta. Pero aún así se sentaron en una mesa apartada, la cual se encontraba en una esquina. Necesitaban la mayor privacidad para comentar sobre los hechos ocurridos en la clínica de fertilidad.
Con sentimientos encontrados, los dos comenzaron a hablar sobre cómo resolver la situación. Sabían que tendrían que sortear implicaciones legales y emocionales. Ambos se sintieron inmediatamente felices con los mellizos, independientemente de sus lazos biológicos.
A medida que avanzaba la conversación en la cafetería, la incertidumbre y el temor dieron paso a un sentimiento de responsabilidad compartida hacia los pequeños, de los cuales ni siquiera se sabía si realmente se lograrían. Se dieron cuenta de que ambos deseaban ser padres, y aunque la situación era inusual, también era una oportunidad única para formar una familia que, de otra manera, nunca podría existir.
Pero al mismo tiempo, también comenzaron las dudas, sobre todo para Minho. Él se resistía a tener que llevar una relación con alguien más para educar a su hijo, porque eso era inminente, su bebé sería hermano del otro, y el padre era Taemin. Y eso significaba "compromiso". Al parecer de Choi, Lee se veía sensual, pero sólo eso. No necesitaba convivir con él más allá de un buen polvo.
Taemin, el artista con un corazón sensible, sostenía que ambos tendrían que involucrarse emocionalmente en el proceso de gestación para ser padres, y más aún después del nacimiento. Afirmaba que el amor y el cuidado que pudieran brindarles a los mellizos los convertiría en padres por igual.
Minho, por su parte, insistía que eso era inaceptable. Argumentaba que era imposible que los dos compartieran esa responsabilidad, y que lo más justo era que cuando nacieran los bebés cada uno se marchara de la clínica con el suyo, claro está después de las pruebas de ADN. La tensión entre los dos iba en aumento, y cada vez se alejaban más de una solución amigable.
Ante esto, Taemin se molestó seriamente y le dijo unas cuantas verdades a Minho. —Mire Señor Choi, me molesta sobremanera su modo de pensar. Estamos hablando de dos seres humanos indefensos, que son hermanos, y sin condescendencia alguna dice que los tenemos que separar cuando nazcan. Es usted un tipo sin corazón.
Minho ya estaba harto de la supuesta cordialidad de Taemin, y comenzó a ver cosas en donde no las había. Por lo menos no en ese momento. Minho Creía que todo se trataba de una treta para acercarse a él y meterse en su cama. Y sin más, furioso arremetió en contra de él.
—Jajaja, no me haga reír, Lee. Lo mejor es que aprenda a seguir las indicaciones que se le dan. Claramente, el doctor Kim mencionó que no tuviéramos contacto hasta saber si la inseminación tuvo éxito o no. Usted me desespera dando por sentado las cosas. Primero pensó que estaba casado, y ahora habla de los bebés como si ya fueran un hecho. Hay que esperar el tiempo que nos indicaron. Además, todo esto es solamente un jodido pretexto para que yo lo voltee a ver.
—No niego que usted es hermoso, pero no quiera venderme el cuento de los mellizos sufriendo por una separación. Si lo que quiere es una buena follada, basta con que me lo pida y se la doy cuando quiera. —Taemin estaba rojo de vergüenza y coraje. Minho se había sobrepasado, sus palabras sonaron tan majaderas que merecía un par de bofetadas. Y por supuesto que se las propinó. PLAF... PLAF. Estas fueron de ida y vuelta. Y la verdad es que Minho nunca se las esperó.
Minho se llevó la mano a una de sus mejillas para sobarse. Y frunciendo el ceño dijo —¿¡Qué carajos le pasa, Lee!?.
Taemin agitó las manos en el aire mientras hablaba, expresando su punto de vista con intensidad. —Me pasa que usted es un hombre corriente, insensible, falto de educación. ¿De dónde saca que quiero que me folle?.
Minho de gesto rígido y mandíbula tensa, respondió con una mirada fija y palabras llenas de ira. —Eso no lo estoy inventando, desde la primera vez que me vio lo único que ha hecho es comerme con los ojos, no puede disimular que le urge una buena revolcada.
Los demás clientes miraban con interés y preocupación la situación. Algunos murmullos se escuchaban entre ellos mientras intentaban descifrar qué había desencadenado la discusión.
Con cada palabra, el tono de la discusión se intensificaba y las voces se alzaban cada vez más. Los dos estaban claramente emputados. Taemin empujó su silla hacia atrás con brusquedad, lo que resonó en la calma del lugar. La tensión en el aire era palpable, y todos los ojos estaban ahora centrados en la confrontación que estaba a nada de darse.
Minho se adelantó al ver que Taemin se iría sobre él y le lanzó un puñetazo con furia, pero este último logró esquivarlo por poco, moviéndose rápidamente hacia un lado. La gente a su alrededor murmuraban alarmados. Sin embargo, antes de que pudieran intervenir, Taemin respondió con un golpe contundente en el rostro de su oponente.
—¡ERES UN CERDO! —gritaba Taemin
—¡Y TÚ, ERES UN CALIENTA PIJAS! —reviró Minho.
La escena se volvió caótica en un instante. Taemin y Minho se enfrascaron en una pelea a golpes, lanzando puñetazos desesperados y empujándose de un lado a otro. Los meseros intentaron separarlos, pero fracasaron.
Al final dos clientes lograron alejarlos uno del otro. Aún jadeando y con heridas leves, se miraron con desprecio mientras los demás trataban de calmar los ánimos.
Y como era de esperarse. el dueño de la cafetería llamó a la policía, Taemin y Minho fueron trasladados a la comisaría en una patrulla. Ahí tendrían que pasar algunas horas antes de que alguien acudiera a pagar sus multas respectivamente.
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COMISARÍA DE JONGNO, SEÚL.
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—La verdad, sigo sin creer que haya tenido que venir a estás horas de la madrugada a pagar una multa por disturbios en propiedad privada y agresión hacia otra persona.
—Pues así las cosas Kibum, ¿me trajiste los lentes obscuros que te pedí?. —Sí, aquí están.
Kibum se los dio, y Taemin se los colocó de inmediato, tenía un ojo morado y no deseaba que nadie lo viera golpeado en caso de ser reconocido por algún pseudo periodista, los cuales siempre se encontraban haciendo guardia afuera de las estaciones de policía, tratando de lograr la nota roja, o amarilla del día.
—Te ves gracioso con la ropa toda desgarrada, me recuerdas a mi tío Liborio, él se volvió indigente luego de perder toda su fortuna. –—Kibum sonreía mientras hacía su peculiar comentario.
—¡Cierra el pico! —exigió Taemin molesto.
Media hora después Minho también era liberado de los mismos cargos. —¿Jefe por qué se peleó con el señor Lee? —preguntaba su empleado Leeteuk. —Luego te platico. Ahora sólo quiero llegar a mi casa, darme una ducha caliente y dormir. Me duele todo el cuerpo.
Todo parecía indicar que Taemin y Minho jamás podrían llevarse bien, y mucho menos convivir por el bien de sus hijos. El camino que les esperaba era largo y sinuoso. Quizás con el tiempo aprenderían a que no todo se arregla a golpes, o quizás sí.