18.TE AMO, YO TAMBIÉN.

187 45 13
                                    

Taemin, Minho e IU se encontraban en el auto, iban rumbo a una clase de psicoprofilaxis prenatal. La recomendación para asistir estuvo a cargo del doctor Kim Heechul. Si bien estaban emocionados por la llegada de sus mellizos, no podían evitar sentir cierta tensión ante la idea de aprender sobre el proceso de parto. Taemin, siempre el bromista del grupo, intentaba aliviar la situación con su característico sentido del humor.

–¿Qué creen que nos enseñarán? ¿Cómo hacer malabares con pañales?. – dijo Taemin con una sonrisa traviesa y dirigida a Minho. 

Minho  le dio un golpecito en el hombro. –No le encuentro la gracia Taemin. Tuve suficiente con lo que sucedió en Jeju. –IU se rió a carcajadas. –Jajaja, no vayan a empezar. Eso fue bastante asqueroso.

Llegaron al centro de psicoprofilaxis y fueron recibidos por la instructora, una mujer con una energía contagiosa y una voz suave. La clase comenzó con una introducción sobre la importancia de estar preparados emocionalmente para el parto y cuidado del bebé.

Con su barriga prominente y su sonrisa radiante, IU tomaba la clase con una entusiasmo contagioso. Taemin y Minho la observaban con curiosidad, tratando de seguir  atentamente sus instrucciones sobre técnicas de relajación y respiración para el parto.

–¿Están listos, chicos?.  –preguntó IU con una mirada juguetona. –Vamos a practicar la respiración profunda. Inhalen... y exhalen... ¡como si estuvieran soplando las velas de un pastel gigante!.

Los tres se encontraban sentados en círculo y comenzaron a seguir el ritmo indicado por la instructora. Todo iba relativamente bien hasta que Minho, en lugar de exhalar, accidentalmente soltó un sonoro eructo.

Taemin y IU se miraron, sorprendidos, y luego estallaron en risas. Minho se ruborizó intensamente. Luego continuaron con los ejercicios de estiramiento.  –—Minho, ten cuidado, no estoy segura de que mis piernas puedan realmente llegar a tocar el techo. –dijo IU entre risas mientras Minho intentaba ayudarla a estirarlas.

–¡Lo siento! —exclamó Minho,  más apenado aun y tratando de ser más delicado.

 Llegó el momento de las técnicas de masaje para aliviar la tensión. Los tres se emparejaron y comenzaron a masajearse mutuamente los hombros y la espalda.

Después todos cerraron los ojos y la instructora los guió a través de una visualización relajante. Sin embargo, la mente de Taemin parecía tener su propio plan, ya que en lugar de imaginar un entorno tranquilo, se vio a sí mismo en un escenario totalmente erótico en el que él y Minho se encontraban desnudos, dentro de un Jacuzzi y haciendo el amor. 

Taemin sonrió y tomó la mano de Minho, la cual estaba exactamente a su lado. Una vez terminado el ejercicio, todos abrieron los ojos sintiendo una gran calma.

–Bueno, esto fue... diferente —dijo Taemin, todavía riendo y tratando de ocultar su erección.

IU asintió, frotando su vientre con cariño, ajena a las divagaciones candentes de Taemin.

Después de dos horas de lecciones, ejercicios y uno que otro momento gracioso, llegó la hora de la despedida. La instructora les deseó lo mejor en su viaje hacia la paternidad y la maternidad, y los tres salieron de la clínica con sonrisas en los rostros y un sentimiento renovado de confianza.

–¿Ven? No fue tan malo —dijo IU, entrelazando su brazo con el de Minho. 

 Los tres caminaron hacia el coche, compartiendo risas y miradas cómplices. Recordarían con cariño todas esas actividades compartidas, mientras esperaban la llegada de los mellizos que estaban cada vez más cerca de nacer.

--------------

Esa noche Taemin volvió a quedarse en casa de Minho. Las imagenes que tuvo durante la relajación en la clase psicoprofiláctica fueron tan intensas que toda la tarde su erección estuvo constantemente presente. Ya le dolía tanto que no podía esperar más.

Cuando Minho entró a la habitación, Taemin ya estaba completamente desnudo y recostado sobre la cama. –Minho, te prometo que si no te das prisa me voy a venir nada más de recordar como estabamos en ese jodido Jacuzzi. –Taemin abrió las piernas con tal descaro que Minho se lamió los labios y comenzó a quitarse la ropa en tiempo récord. Luego de hacerlo, saltó como una fiera sobre la cándida presa.

–¡Taemin, te ves tan sexi! Me encanta tu cuerpo, y la flexibilidad que posees es espectacular. 

El aire se cargó con una mezcla de ansiedad y deseo, como si el tiempo mismo se hubiera ralentizado en ese espacio íntimo y privado. Minho y Taemin se encontraban frente a frente, sus miradas conectadas en un lenguaje silencioso que solo ellos entendían.

Los suspiros apenas audibles resonaban en la atmósfera cargada de pasión y anhelo, mientras Minho acariciaba con dedos temblorosos la mejilla de Taemin. Cada caricia era como una promesa susurrada al viento, sellada con el fuego de sus miradas ardientes. La tensión se acumulaba con cada segundo que pasaba, creando un lazo invisible pero irrompible entre ellos.

–¡Te amo tanto Tae! 

Taemin tomó la mano de Minho y la llevó a sus labios, dejando un suave beso en sus nudillos mientras su mirada brillante se mezclaba con el deseo que ardía en su interior. Minho sintió su pulso acelerarse ante ese gesto, su corazón latió tan fuerte como la pasión que ambos sentían.

–Y yo a ti Minho, eres todo para mi. No me dejes nunca.

–Jamás lo haría, ya no podría vivir sin ti. Te has metido bajo mi piel, Tae.

Con movimientos lentos y deliberados, Taemin se acercó a Minho, sus labios rozando apenas los suyos en un delicado y anticipado roce. El mundo exterior desapareció, quedando sólo ellos dos en esa habitación inundada de emociones. Los besos se hicieron más profundos y hambrientos, como si estuvieran tratando de expresar con cada beso lo que las palabras ya no podían.

Minho rodeó la cintura de Taemin con sus brazos, atrayéndolo hacia él en un abrazo apasionado. Sus cuerpos se fundieron en un baile de deseo y entrega, explorando cada centímetro de piel en busca de esa intimidad única que sólo ellos compartían. Sus manos dejaban un rastro de calor en cada caricia, mientras sus labios hacían un camino de besos en los cuellos y hombros.

–¡AHHHH!. –Taemin sintió que moría de placer.

El susurro de sus nombres se convirtió en una especie de mantra en medio de sus gemidos entrelazados. –¡Tae, eres hermoso!. –¡Minho, me haces tan feliz!.

Cada caricia era un tributo al amor que compartían, cada beso un testimonio de su complicidad al amar. La habitación se llenó con el sonido de sus jadeos sincronizados y el roce erótico de sus cuerpos enlazados. Minho exploró cada rincón de Taemin con una devoción ardiente, como si estuviera descubriendo su esencia misma a través del tacto y el gusto.

El tiempo se diluyó en ese éxtasis compartido, y los límites entre ellos se desvanecieron mientras alcanzaban un clímax abrumador. Sus almas parecían fusionarse en un momento tan sublime, y se aferraron el uno al otro mientras las olas de placer los envolvían y los dejaban sin aliento. Sus orgasmos llegaron con desbordada fuerza. 

Taemin sintió como era llenado, con la semilla hirviente de su amado. Y Minho fue pintado en su vientre y pecho por los hilos espesos y calientes de Taemin. 

Después del momento magico que los envolvió en una bruma de frenesí, se quedaron acurrucados en el abrazo del otro, las caricias se volvieron lentas y tiernas reemplazando la urgencia ardiente de momentos antes. Las palabras se volvieron innecesarias, ya que sus corazones hablaban un mismo idioma. El del amor verdadero.

–¿Juntos para siempre Min? –Minho besó la punta de la nariz de Taemin. –Para la eternidad, Tae. –contestó enamorado Minho.

💝💝💝💝💝💝💝💝💝💝

He sido muy aplicada, así que el final ya está a dos capítulos.

No olviden su voto y comentario. Gracias.

   

PAPÁ SÓLO HAY UNO. (2MIN)🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora