21. JULIETTE Y HOSHI.

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 AEROPUERTO INTERNACIONAL INCHEON, SEÚL.

Los pasajeros iban y venían, apresurados para abordar sus vuelos, mientras Taemin se encontraba en la puerta de embarque con su bebé de seis meses en una cómoda carriola. Estaba concentrado en asegurarse de tener todo listo para el viaje a Japón, donde pasaría una larga temporada trabajando.

Justo cuando estaba por confirmar los documentos, un grito inesperado rompió el murmullo constante del aeropuerto. El corazón de Taemin dio un brinco en su pecho, y su cabeza se giró en dirección al grito. Su mirada se encontró con unos ojos negros que reconocía, pero que no había visto en meses. Minho, él estaba parado ahí con una carriola idéntica a la suya, y en ella reposaba un bebé que compartía la misma mirada penetrante que su mellizo.

–¡Tae! –exclamó Min, su voz se escuchaba temblorosa, debido a la emoción contenida.

Taemin se quedó paralizado por un instante. No había esperado encontrarse con Minho en ese lugar. Las memorias de su corta relación vinieron a su mente como un torbellino: los momentos dulces, las discusiones, la alegría compartida y el profundo amor que seguía sintiendo. Pero también estaba el dolor que él aún padecía, una herida que le ocasionó Minho al marcharse, y que todavía trataba de sanar.

Minho avanzó hacia él, su mirada suplicante mientras sostenía la carriola con firmeza. En su expresión, Taemin notó la nostalgia y el arrepentimiento, en todo su rostro. 

–Tae, por favor, déjame explicarte –rogó Minho, su voz quebrándose.

La mirada de Taemin bajó hasta el bebé en la carriola de Minho, y luego regresó a encontrarse con los ojos del hombre que amaba con intensidad. Los recuerdos lo invadieron, pero también estaba el presente, su bebé que aún no entendía lo que estaba sucediendo.

–Minho, ¿qué estás haciendo aquí? –Preguntó Taemin con cautela.

Minho tomó aire antes de responder. –Tae, cometí un error al dejarte ir. Al decirte tantas idioteces cuando nacieron nuestros mellizos. He lamentado cada día que pasó sin ti, sin ambos en mi vida. He cambiado, y quiero enmendar mis errores.

Taemin sintió un nudo en la garganta. Las palabras de Minho se oían  sinceras, también podía verlo en su mirada y en la forma en que sus manos temblaban ligeramente. La tensión entre ellos era palpable, y el aire estaba cargado de emociones que habían estado reprimidas por seis largos meses.

–Minho. Han pasado muchas cosas desde que nos separamos –dijo Tae con voz firme, aunque su corazón latía con fuerza. Ansiaba volver a sentir esos brazos fuertes y calidos alrededor de su cuerpo. Anhelaba sentir la pasión de su cuerpo febril.

Minho se acercó aún más, su expresión era determinante pero al mismo tiempo vulnerable. –Lo entiendo, Tae. Pero dame una oportunidad de demostrarte que las cosas pueden ser diferentes. Quiero que estemos juntos, los cuatro, como familia.

Tae miró de nuevo a los bebés, a esos dos pequeños seres que compartían una conexión de sangre. El amor que había sentido por Minho seguía latente en su corazón, aunque bajo una capa de desconfianza.

Minho tomó la mano de Taemin con suavidad, acercándose lo suficiente para que sus alientos se mezclaran en el aire.

–Por favor, Tae, dame la oportunidad de demostrarte que puedo hacer las cosas bien esta vez. Deja que estemos juntos, que seamos una familia esta vez.

Taemin miró a Minho, sus ojos buscaban respuestas en los del hombre que había sido su todo meses atrás. La incertidumbre y el deseo luchaban dentro de él, pero sabía que debía tomar una decisión.

PAPÁ SÓLO HAY UNO. (2MIN)🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora