10.MI PROMETIDO

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DOS SEMANAS DESPUÉS

Los dos amigos, con brochas en mano y rodillos de pintura, se encontraban en medio de un acalorado debate. Kibum, con una sonrisa divertida, levantó una cortina de encaje rosa pálido y la sopesó en su mano.

—¿No crees que esto es un poco cursi? —preguntó, arqueando una ceja—. Quiero decir, está bien que sea una habitación para una niña, pero no es necesario exagerar.

Taemin soltó una risa nerviosa, aunque su expresión dejaba en claro que tenía opiniones bastante sólidas sobre la decoración para su hija.

—Kibum, entiendo lo que dices, pero quiero que este lugar sea un reflejo de la felicidad que siento al convertirme en padre. Quiero que mi pequeña Juliette se sienta rodeada de amor y belleza desde el primer momento en que entre en esta habitación. Por eso la estamos decorando nosotros mismos. Hubiera sido más fácil contratar a un profesional, pero no sería lo mismo. Quiero plasmar todo mi amor por ella aquí.

Kibum asintió lentamente.

—Tienes razón, lo siento, Tae. A veces olvido lo importante que es todo esto de ser papá. Solo quiero asegurarme de que no te dejes llevar por la emoción y termines con un lugar que parezca un parque de diversiones. ¿Te comenté que mi tía Rosenda decoró el cuarto de mi primo Liberato como un circo solo porque tuvo un amorío con un trapecista?

Taemin rió a carcajadas y le dio un golpecito en el hombro a Kibum.

—Jajaja. No te preocupes, no llegaré a esos extremos. Pero, ¿puedo tener al menos algunas cortinas de encaje?

Después de un momento de reflexión, Kibum sonrió y asintió.

—Está bien, algunas cortinas de encaje estarán bien. Pero creo que necesitamos un poco de equilibrio. Quizás podamos combinarlo con tonos más suaves y elementos neutros para darle una sensación más serena. Más que colorido, necesitamos elegancia. Mi sobrina será toda una señorita fashionista, pero con clase.

Taemin pareció complacido con la idea y juntos continuaron planeando y discutiendo la decoración. A medida que avanzaba la tarde, la conversación cambió de rumbo y se adentraron en un terreno más delicado.

—Kibum, necesito decirte algo. Pero antes, tienes que prometerme que no te vas a enojar conmigo.

Su amigo entrecerró los ojos, consciente de que cuando Taemin ponía cara de cachorro, era porque algo serio estaba pasando.

—¿Qué te traes, Tae? No me vayas a salir con que no piensas volver jamás a la compañía de danza. Me prometiste que sería solo un par de años tu ausencia. Mira que estoy pensando en autorizar la guardería que me sugeriste.

Taemin suspiró, mirando hacia el suelo por un momento antes de responder.

—Se trata de Kai. Vino a verme hace unos días. Parece muy arrepentido por lo que pasó aquella noche en el bar. Ha sido muy difícil tomar una decisión, pero acordamos tratar de construir algo nuevo. Además, quiero que mi hija crezca con dos padres en su vida.

Después de esa confesión, ninguno de los dos dijo nada. Pero finalmente, Kibum rompió el silencio.

—Tae, ¿estás seguro de que esto es lo correcto? Entiendo que quieras darle una oportunidad a Kai por el bien de tu hija, pero no puedo evitar preocuparme por ti. Él te engañó sin importarle siquiera que tú estabas con él en el bar. Sabes que pienso que alguien que engaña una vez lo volverá a hacer.

Taemin suspiró, dejando caer el pincel en el cubo de pintura con un leve chapoteo. Se volvió hacia Kibum, y sus ojos mostraban una mezcla de determinación y conflicto.

PAPÁ SÓLO HAY UNO. (2MIN)🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora