14.¿PROMETIDO?

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  La luz del amanecer se filtraba a través de las cortinas entreabiertas, tiñendo la habitación con suaves tonos dorados y rosados. Taemin despertó lentamente, sintiendo la cálida presencia de Minho a su lado. Acomodándose con suavidad, observó cómo los primeros rayos de sol acariciaban el rostro sereno de Minho, resaltando cada una de sus facciones perfectas.

Minho gimió suavemente al sentir la mirada de Taemin sobre él y, con un delicado movimiento, abrió sus ojos oscuros y profundos. Una sonrisa traviesa se extendió por sus labios al encontrarse con la mirada de Taemin. Sin decir una palabra, este acercó su mano y acarició la mejilla de Minho con el dorso de sus dedos, brindándole una caricia suave y tierna.

—¡Buenos días! —murmuró Taemin en un tono juguetón, su voz sonando ronca por el sueño y la satisfacción de la noche anterior. Era imposible ocultar lo dichoso que se sentía.

Minho rió suavemente, y su risa resonó en el espacio íntimo de la habitación. —¡Definitivamente, buenos días! —respondió, su voz impregnada de complicidad y ternura.

Se movieron con cuidado, separándose de las sábanas que los envolvían. Tomados de la mano, se dirigieron al baño, donde compartieron la ducha, dejando que el agua tibia los envolviera en un nuevo comienzo. El juego de caricias y sonrisas fue su forma de comunicarse en ese espacio privado.

Una vez listos, se dirigieron al restaurante del hotel. Llevaban sus dedos entrelazados, como si quisieran mostrar al mundo la noche que habían compartido. Se acomodaron en una mesa junto a la ventana, observando la playa mientras disfrutaban de un desayuno ligero. Cada gesto, cada risa compartida, hablaba de su complicidad vivida en la noche anterior.

—¿Estás listo para un día más de tensión? —preguntó un sonriente Minho.

—¿Listo? Bueno, no del todo, pero hay mucho que aprender. Solo espero que ya no me pongan a bañar nuevamente al muñeco —respondió Taemin, algo preocupado.

Mientras conversaban, Taemin recibió un mensaje en su celular. Era de Kibum, quien también estaba al pendiente de IU mientras él se encontraba fuera, informándole que todo estaba bien con ella y los mellizos. Se lo mostró a Minho para que lo leyera.

—Mira, IU está evolucionando perfectamente —mencionó Taemin.

—Gracias por cuidarla, Tae. Ella tomó la mejor decisión al irse a tu casa; yo no hubiera podido atenderla con tanta dedicación —externó Minho.

—No, Minho, es la enfermera quien la cuida. Yo solo le hago compañía.

Minho no dijo nada más; prefirió guardar silencio. Sabía que el prometido de Taemin era quien pagaba los gastos de la enfermera. Esa realidad le recordó que quizás pronto contraería nupcias con el arrogante Kai. Necesitaban hablar más tarde sobre eso, pues él no quería ser el amante de Taemin.

Después del desayuno, se dirigieron juntos a la clase de padres solteros, entraron tomados de la mano, radiantes y llenos de alegría. Los Lee los saludaron con sonrisas afectuosas.

—¡Buenos días, chicos! —saludó el señor Donghae con una sonrisa cariñosa—. ¿Cómo amanecieron hoy? —la pregunta estaba salpicada de doble sentido.

Taemin y Minho intercambiaron una mirada cómplice antes de responder al unísono: —Muy bien, ¡gracias!

Hyukjae asintió con una sonrisa juguetona. —Me alegra escucharlos. Las mañanas enérgicas después de una noche agitada son siempre un buen augurio para comenzar algo nuevo —y ahí estaba otro comentario con picardía.

La clase transcurrió entre risas, consejos y nuevos aprendizajes. La sensación era reconfortante, sobre todo por estar rodeados de personas que compartían sus mismas experiencias y desafíos. Taemin y Minho continuaron intercambiando miradas durante toda la clase, recordándose mutuamente que no estaban solos en el viaje que habían decidido emprender: ser padres solteros.

PAPÁ SÓLO HAY UNO. (2MIN)🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora