Episodio XI

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Thrent Tt fue llamado a declarar luego del turno de Gabriel y la intervención de Rachell, quien fue sacada del estrado.

Las preguntas iniciales se centraron en el comportamiento de Luk durante la batalla. Thrent, con una voz firme pero claramente marcada por el estrés del momento, respondió:

—En la batalla, Luk y yo estábamos en líneas separadas. No lo vi atacar a Scott Nasva en ningún momento. Y lo que sí puedo afirmar es que protegió a los civiles en el puente lo más que pudo...

Después de responder a las preguntas, cuando se le autorizó retirarse, Thrent se detuvo. Algo en su interior había cambiado. Con una ira creciente y los dientes apretados, comenzó a hablar de nuevo, esta vez con un tono diferente, uno lleno de odio y resentimiento.

—¡Pero hay algo más que deben saber! —Exclamó, su voz resonando en la sala—. El verdadero problema no es Luk... es nuestro capitán, ¡y todo el equipo! —Su furia iba en aumento con cada palabra—. Nos convencieron de que era nuestro deber quedarnos, de que teníamos que salvar a gente que... que ni siquiera lo merece.

La ira de Thrent se transformó en una amarga revelación, sus palabras brotando como lava de un volcán.

—¡Y por esa mentira de "deber", perdí a mi hermana! Nos vendieron la idea de sacrificio y honor, pero ¿a qué costo? ¡A costa de nuestras vidas, de nuestras familias! ¡El verdadero monstruo aquí es el capitán, que nos arrastró a esta locura! —La sala quedó en un silencio impactante, solo roto por la voz temblorosa pero llena de convicción de Thrent—. ¡Ahora me queda más claro que nunca! ¡Los xelfos no deberían tener el deber de salvar a gente que no lo merece! Nos usaron, nos manipularon... ¡y por eso estamos aquí! —Thrent se sentó bruscamente. 

Mientras tanto en la celda:

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Mientras tanto en la celda:

—¡¿Me harías el favor de explicarme qué pasó allá afuera?! —Danel estalla en cólera después de las impactantes revelaciones de Rachell en el estrado. Se enfrenta a ella con una mezcla de furia y confusión.

Rachell, visiblemente angustiada, apenas logra articular palabras.

—Él lo sabía... Lo sabía...

—¿Qué sabía? ¿De quién hablas?

Rachell revela, con sus ojos llenos de lágrimas, que su padre adoptivo, quien se creía muerto desde hace casi una década y media, en realidad estaba vivo y había orquestado el ataque en Niften a través de monstruos que expresaron sílabas. Mia no podía creer que su padre estuviera remotamente vivo. Mientras que Cris estaba de brazos cruzados, negándolo todo. Danel queda atónito, y cada vez más furioso, la interrumpe:

—Espera... Espera un momento, Rachell... ¿Me estás diciendo que me ocultaste información tan importante como un monstruo que habló, lo que podría ser una complicidad terrorista? ¿Eso es lo que debo entender?

Rachell admite su culpa con un simple "Sí", bajando la mirada.

—¡¿EN QUE ESTABAS PENSANDO?! —exclama Danel, incapaz de contener su enfado.

Cazador de DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora