CAPÍTULO 10

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1890 | ʏᴇɴᴅᴏ ᴀʟ ᴘᴀsᴀᴅᴏ
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Mingi era un hombre muy normal, nadie podía decir que era un vampiro entre las personas, el alto joven Song se la pasaba en su círculo, escribiendo, leyendo o quizás manteniendo su pensamiento en las cosas que todos sus hermanos olvidaban, todo sobre como llevar una vida plena sin llegar a morir joven, porque estaba claro que no solo vivían de la sangre humana.

Este tipo de soledad atrajo a HongJoong, ese hombre alto y de manos tentadoras, lo envolvió a tal punto de quererlo con deseo y desesperación, cosas internas que no causaron los otros hermanos. Lo veía pasar por el jardín y su pensamiento era, "¿Cómo sería llevar a Mingi a la cama?", este hombre de cuerpo con musculatura pronunciada en sus brazos, lo volvía loco, Mingi era virgen y estaba dispuesto a enseñarle el placer único que su cuerpo causaba.

***

—He dicho que ninguno de ustedes tiene permitido volver a ese lugar, ya tengo suficientes problemas con los de este pueblo para tener problemas con hechicerías. —el padre de los cuatro hablaba con gran voz en toda la casa, la familia estaba reunida, sentados sobre sus talones.

—He puesto guardia en todos lados, sustancias que odian y una casa con todas las armas de defensa —Mingi era el encargado de vigilar a la familia que se encontraba bajo amenazas.

Al menor le gustaba que la familia tuviera problemas, era la oportunidad de que los demás hermanos salieran durante la noche y el tuviera que quedarse a solas con el alto pelirrojo.

Le habían dado órdenes de quedarse junto a su madre, nadie le decía a HongJoong lo que realmente eran y por qué sufrían atentados todos los años a su propiedad.

Al menor eso lo tenía despreocupado lo único que mandaba en su mente era su guapo y atractivo hermano, Song Mingi. No esperó mucho y sabía que al pelirrojo le gustaba ir al lago las tarde, los jueves, nadie entendía por qué a Mingi le gustaba la soledad de ese lugar y el pequeño travieso hongjoong lo iba averiguar.

Lo había seguido hasta ese lugar, estaba entre los arbustos cuidando del alto quien no hacía nada más que estar sentado junto al lago. Se aburrió de esperar tal acción y mejor decidió comenzar su juego antes de que alguien le quitará lo que le pertenecía.

—Hermano Mingi —usaba un tono de voz seductor que confundió al mayor.

—Tu deberías estar con tu madre déjame en paz y vete —era muy seco al hablar y mantenía su vista al paisaje.

—Hoy vine porque quería nadar, hace mucho calor ¿No? —con intenciones se quitaba la ropa en frente del alto, lo hacía lento dándole la espalda para que viera su magnífico trasero y que embelesada quedara la vista del mayor con su espectacular cuerpo.

—No sé si sabes nadar HongJoong, mejor lárgate de aquí que colmas mi paciencia —no podía dejar de ver a su hermano menor totalmente desnudo y moviendo las caderas a la vez que jugaba con su cabello y llegaba al orilla del lago.

—Vamos Mingi, el agua debe estar deliciosa —solo se volteó para darle una sonrisa al contrario y de un salto para tirarse de cabeza y hundirse en el agua helada del lago.

El pelirrojo no le prestó mucha atención y seguía perdido en esos misteriosos pensamientos, hasta que habían pasado como treinta segundos y el menor no salía del agua.

—¿Hong? —dijo preocupado y poniéndose de pié— ¿HongJoong? —notó que su hermano no salía del agua y se tiró con rapidez para lograr encontrarlo, buscó en lo más profundo que pudo y lo jaló para sacarlo de inmediato antes de que lo culparan si se moría el consentido de aquella mujer a quien llamaba madrastra.

Sombras • MinjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora