CAPÍTULO 16 🚫

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La habitación estaba tornándose un poco tibia debido a un sudor que apareció en el cuerpo del menor al sentir el roce de las manos de Mingi con su piel a medida iba quitando su camisa. Como si llegara a comerlo iba a su cuello y lo hacía abrir los ojos porque de su boca estaban saliendo esos sonidos que jamás pensó que saldrían de su boca.

—¡Ahh!

Se estremeció cuando sintió que no quedaban más botones y las gruesas manos heladas llegaron a su pecho, deslizaron hacia atrás su camisa y de nuevo llegó a su torso y comenzó el mayor a explorar con su tacto.

Las manos del alto parecían querer descubrir cada centímetro del cuerpo del menor, observaba su abdomen ligeramente marcado, sus manos tocaban de arriba hacia abajo escuchándose un leve suspiro que después de lamer sus labios los llevó de nuevo a los ajenos.

Pero HongJoong no entendía bien lo que sucedía, sentía algo de vergüenza por como lo miraba esta vez, tenía esos ojos bellos, profundos y negros que se iluminaban al observarle. Tocaba su espalda, volvía a besar su cuello dejando varias lamidas que terminaban marcando al menor, como una huella, de su propiedad.

El castaño volvió a tener la atención de los labios del alto, los besó con más práctica, abría su boca y atrapaba el labio inferior contrario, lo jalaba de la misma manera que lo hacía Mingi, se acercaba más pero cada vez que lo hacía el alto ejercía fuerza que terminó recostándose lentamente sobre la cama. Ahora tenía a ese hombre con manos maravillosas acariciando su piel descubierta y besando como si no hubiera un mañana, sus labios.

El pelinegro se separó para quitar su camisa, dejando a HongJoong hipnotizado con aquel cuerpo, los abdominales perfectamente marcados, esos brazos que cualquier ser deseara tener, esos mismos brazos iban a él y lo abrazaban, por primera vez nunca se había sentido tan protegido.

Mingi lo tenía entre sus brazos y se metía entre las piernas del más pequeño, llevaba sus manos con delicadeza a acariciar el rostro del menor a esta hora ya comiéndose a besos al castaño que no ponía resistencia, al contrario deseaba más sentir eso que estaba ocurriendo en su cuerpo, en su cerebro, en su corazón.

Cada intercambio de caricias eran ya notables, HongJoong con toda libertad pasaba sus manos por el torso desnudo del contrario, Dios, ese cuerpo era de ensueño estaba vuelto un loco por tener ese hombre solo para él, que pasando las yemas de sus dedos por la piel del alto iba descifrando como la temperatura ascendía a cada momento.

Su respiración estaba totalmente alterada, respiraba con dificultad, abría su boca para coger aire pero rápidamente la boca del mayor la cerraba, al mismo tiempo se dió cuenta que Mingi metía su lengua en su cavidad bucal y buscaba la suya, lo que no se imaginó fue que el grandote tomara su lengua y la comenzara succionar y a lamer probando a cada instante de su boca.

Se estaban dejando llevar por la noche llena de intenso color de la pasión desenfrenada, un Mingi triste desde hace años y un HongJoong herido, la combinación perfecta para darse amor mutuamente y cerrar esas heridas que por años marcaron a Mingi y ahora destrozaban a HongJoong. No había nada que detuviera a esos dos seres que se volteaban constantemente en la cama y ahora el menor estaba sobre el mayor, besaba sin control alguno quería tragar cada suspiro que Mingi emitía pero de nuevo el pelinegro lo volvió a girar para poder quitar ese molesto pantalón.

Sus cuerpos no reaccionaban, se movían al compás, encima de su cuerpo estaba Mingi, quitaba su pantalón con delicadeza pero volvía como un hombre salvaje a los labios más suaves que un día besó, estaban envolviéndose en una red de amor puro, intenso y excitante pero una acción del menor hizo salir de su trance al alto.

—¡No! ¡Por favor! ¡No me hagas más daño! —HongJoong comenzó a llorar con los ojos cerrados.

El mayor había quedado totalmente sorprendido al ver las lágrimas del menor, era como si llevara tiempo reteniéndolas y de repente estallara en llanto. Quedándose encima de él, no podía hacer algo que le lastimara y tomando sus manos lo miró a los ojos.

Sombras • MinjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora