Supongo que algo malo debía de pasar, ¿no? Todo tan perfecto no podía ser, sin contar con la distancia, está claro. Lo que me parece muy fuerte es que Niall no deje que me explique. Lleva ignorándome dos días y solo me queda un día para estar en Londres. No sé qué hacer para arreglarlo. No contesta a mis llamadas y ni siquiera sé dónde vive. A la mañana siguiente de esa noche, desperté en la habitación del hotel pero Mario ya no estaba. Becky me exigió que le explicara todo lo que había que hacerlo y cuando lo supo se quedó sin palabras. Sé que lo que hice está mal, joder, claro que lo sé pero, ¿y yo qué sabía que el chico al que estaba besando no era él? Estaba borracha, maldita sea. Estoy segura de que si hubiese sido al revés no hubiera pasado nada y eso me cabrea aún más. He quedado con Mario en que le diría a Niall de venir al restaurante de enfrente del hotel, y llevo más de media hora esperando. Y no creo que se presente. Y tengo ganas de llorar. Y yo lo único que quiero es arreglarlo y seguir con él como antes.
-Hola. -Su voz me asusta. Apenas inaudible. Vamos, tampoco es para tanto, ¿o sí?
-Hola. -Susurro.
Niall se sienta enfrente de mí. ¿Cómo puedo empezar?
-Te quiero, Niall. -Niall suspira y abre la boca queriendo hablar. -Déjame acabar, por favor. -Él asiente y yo continúo. -Sé que lo que hice está mal, sé que estas dolido pero también sé que te quiero a ti y que nunca, al menos consciente, te haría una cosa así. Pero tú debes de comprender que estaba borracha y no tenía conocimiento de nada. No quiero irme de aquí sabiendo que estamos mal, no lo soporto. No entiendo cómo puedes ser tan cabezota. Eres tú la persona de la que estoy enamorada. ¿Aun sigues sin creerlo?
-Yo ya no sé qué creer, April. -Dice con tono frio. No puedo seguir siendo dulce con él si se comporta así.
-Te estoy diciendo la verdad. -No dice nada, se queda callado. -¿Me quieres, Niall? -Pregunto con dificultad. Tengo miedo de la respuesta.
-Claro que te quiero, April. -Su semblante sigue rígido, parece una estatua. Y a pesar de su respuesta, sé que hay algo más. -Te perdono. -¿Así de fácil? Quedo completamente sorprendida. Le observo y veo que está nervioso, ¿por qué?
-¿Qué pasa? -Pregunto con preocupación.
-No pasa nada. -Su mirada se posa en otro sitio del restaurante y luego vuelve a la mía.
-Si que pasa algo, me estas ocultando alguna cosa. ¿Qué pasa? -Me cruzo de brazos.
Su ceño se frunce y se queda, unos minutos largos, pensativo. Está teniendo una batalla interna en su cabeza y vuelvo a sentir miedo. Su silencio me hace temblar y me muerdo el labio.
-Me he acostado con otra chica. -Y eso me cae como un balde de agua fría. Sin quererlo, las lágrimas amenazan con salir de mis ojos. Mi boca está ligeramente abierta y comienzo a tiritar.
-¿Qué? -Apenas susurro. -¿Cuándo?
-Esa misma noche. -Su semblante se relaja y me coge de las manos. -Yo estaba tan cabreado y no estaba pensando con claridad...
-Eso no es excusa. -Le digo.
-Lo de estar borracha tampoco es excusa. -Eso me golpea tan fuerte que me pego la mano al pecho.
-Maldita sea, era la primera vez que me emborrachaba. -Mis lágrimas recorren mis mejillas. Me levanto de la mesa. -¿Cómo has podido hacerme esto? -Susurro.
-Lo siento, April, de verdad, fue un desliz, te juro que no quería hacerlo. -Él se levanta también y se me acerca. Yo me aparto en seguida.
-Pero lo has hecho. -Intenta cogerme de la mano pero le pego una bofetada. -No me toques. -Salgo de allí lo más rápido que puedo y cruzo la calle para ir al hotel.
No me giro en ningún momento pero sé que estas detrás de mí. Llamo al ascensor pero tarda mucho en llegar y Niall está apunto de cogerme. Salgo corriendo escaleras arriba hasta el quinto piso, intentándome disculpar con cada persona que choco. Mi respiración está completamente agitada. Me cuesta respirar y me pican los ojos a causa de las lágrimas. Llego a la puerta de la suite y busco en mis bolsillos la tarjeta que abre la puerta, pero no la encuentro. Golpeo la puerta con todas mis fuerzas, pidiendo que me abran. Becky me abre al momento y cierro la puerta en cuanto entro en el interior de la suite. Ahora es Niall quien golpea la puerta. Le ruego a Becky que no le abra. Me pide explicaciones pero huyo de ella. Me meto en el dormitorio y cierro la puerta corredera de éste. Me hundo en un mar de lágrimas que me conducen a un dolor de cabeza insoportable. Después de un rato largo, escucho como los golpes de la puerta cesan. Dejo de sollozar para comprobar si Niall se ha ido. Salgo de la habitación y veo a Becky sentada en el sillón, observándome. Miro la puerta y luego la vuelvo a mirar a ella. Asiente con la cabeza. Mis piernas se debilitan y caigo al suelo, volviendo a sollozar. Becky me rodea con sus brazos y me aprieta contra su cuerpo, susurrándome que me tranquilizara. No puedo estar tranquila cuando el amor de mi vida me ha roto entera. Mas rota de lo que ya estaba.