MAIDS

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De todos los lugares donde creí encontrar una maid, la habitación de mi hermano no era uno de los que quería, mucho menos esperaba ver a Marco disfrazado como una.

No me enteré de nada, el gritó: "¡Hermano!"  y  apagó la luz en un acto reflejo, mi garganta se quedó seca y la sensación de un bate destrozando mis intestinos se acrecentó en la boca del estómago.

Respiré, salí del cuarto y cerré la puerta para echarme a correr después. Mientras corría, sin saber lo que pasaba.  Me encerré en mi habitación, con una sensación de rareza en el cuerpo, como el nervio de presentar un trabajo frente a toda la escuela,  de los cientos de pensamientos que pasaron por mi cabeza uno me robó el sueño:

¿Por qué mi hermano es una maid? Nunca vi una maid hombre, solo butlers...

A la mañana siguiente  no asistí al entrenamiento matutino,  un intenso olor  a curry invadía la estancia. Salí de mi habitación en calzoncillos para encontrarme a Yuuki en la cocina.

— ¿Qué haces aquí?

— Abuelita me dejó las llaves para cerciorarme que coman bien — dijo atendiendo al guiso que preparaba.

— ¿No viajaste con tu papá a Corea? — Pregunté acercándome a la cocina.

— No, iremos en diciembre para ver el evento de año nuevo de Newjeans — Al decir eso Yuuki giró las perillas, apagó la estufa y volteo. Cubrí su mirada con un primer plano de mis calzoncillos.

— ¡Yuji! ¡Eres un pervertido!

Me di cuenta de mi error muy tarde,  las joyas de la corona estaban reservadas para una reina, no para una princesa, salí corriendo  a toda prisa esquivando los embates de Yuuki con una cuchara de bambú.

Salí de mi habitación con un pantalón corto,  me disculpe  una y otra vez. Yuuki sonrojada se limitó a servirme curry con arroz, desvió la atención de la situación preguntando por Marco.

— ¿Y, Maru chan?

Un escalofrio recorrió mi espina como una serpiente escabulléndose sobre las hojas para perseguir una presa.

— No.. no sé... — Comencé a temblar recordando

— ¿Qué tienes? ¿Te sientes mal?

— No, es solo que...

— Ya dilo, no seas chillón

— Encontré a mi hermano vestido... vestido como... Maid...

— ¿A Maru chan? — Yuuki  siguió comiendo como si nada.

— Sí... creo que anda en malos pasos, me gustaría que hablaras con el.

—¿ Sobre qué debería hablar con el?

— ¡Sobre el hecho de que se viste como una maid!

— ¿Es todo?

— ¿No te parece suficiente?

— Eres un exagerado,  me parece algo lindo, Maru chan está explorando nuevas fronteras.  Es como tener un Maid café en casa

Esas palabras detonaron en mi una indignación pocas veces experimentada en mis diecisiete años de vida, Yuuki hablaba sin saber,  no se puede tener un Maid café fuera de Akihabara.

— No sabes lo que dices — Interrumpí a Yuuki.

— Los maid café para mí son un santuario, en el que las preocupaciones se desvanecen, marca el inicio del verano y el anuncio de tiempos mejores. Ser recibido al coro de: ¡Goshujin sama! llena mi corazón, y me da la fuerza para seguir todo el año cumpliendo mis metas.

— ¿Cómo? — Yuuki estupefacta colocó los palillos sobre el plato y me observó con curiosidad.

—Marco lleva tiempo comportándose raro, no imaginé que  bailara vestido de una musa francesa con orejas de gato.

¡Lo que hizo mi hermano es una falta grave!

Cuando visitas un maid café tus sentidos se llenan paradar paso a las fantasías, otras se quedan en la imaginación y ahí las quieresconservar, a menos claro que seas un pervertido, pero la magia de ver a tu maid kawaii pintando un Pikachu en un omuraisu es de las pocas cosas que te dan motivos para seguir viviendo... Las maids son como ángeles que llenan tu corazón con su ternura...

Con los ojos abiertos Yuuki posó el dedo índice sobre los labios.

— Entonces, ¿Te gustan las maids? - Interrumpió Yuuki mientras salía de mi vehemente meditación sobre las maids.

 Reprobé con un gesto y acerqué mi rostro al suyo para demostrar su error. Yuuki  se limito a retirar la mirada, mientras  un ligero rubor cubrió sus mejillas.

— No vuelvas a preguntar algo tan tonto! Amo a las maid, son la más pura representación de Nadeshiko, son el sendero de la iluminación moderna frente a las nuevas ideas de los jóvenes perdidos.

— Entiendo...— Yuuki pareció no darle importancia al discurso y siguió:

—¿Y tienes una maid favorita?

— ¿No me escuchaste? Todas y cada una de ellas son mis favoritas...

— Y si yo... Me disfrazara de maid sería tu...

— ¡Cuidado con tus palabras! No puedes vestirte de maid solo así requieres una chispa... ¡Serías como mi hermano!

—¡Ya callate ridículo!

—¿Por qué te enojas?

—¡No estoy enojada! — Tomó los palillos, comió bruscamente, para no rebasar el metro con cincuenta y cinco comía más que muchos atletas de alto rendimiento con los que convivía a diario.

— Prepara el té, iré a despertar a  la mejor maid Maru chan

— !No le digas así!

— ¿Qué, te dan celos?

— ¡Claro que no!

Yuuki atravesó la estancia, y avanzó por el pasillo hasta llegar a la habitación de Marco. Pasaron los minutos, terminé de desayunar, el té que me mandó perparar Yuuki se enfrió. Dormité sobre la mesa  un buen rato y Yuuki no salía de la habitación. Extrañado caminé hasta la puerta de la habitación de Marco.  Escuché risas que venían del interior.

Paré bien la oreja, solo para cerciorarme que no pasara algo raro. Hice a un lado la paranoia, fui por el te frio y le coloqué algunos hielos,  puse la tetera y dos tazas sobre una bandeja, coloqué u una caja de galletas de panda, las favoritas de Yuuki y Marco.

Avancé por el pasillo malabareando la charola, llegué a la habitación y grité:

— ¡El té ya está listo! ¡Abran la puerta! —  Las risas se detuvieron , escuché pasos apresurados  impactando contra la madera.

Yuuki abrió la puerta, un haz de luz me cegó y los latidos de mi corazón intensificaron su marcha. Una imagen adorablemente aterradora frente a mis ojos: Mi mejor amiga y mi hermano estaban disfrazados de maid replicando la portada de Kade to suz*, ni por asomo era algo que quisiera ver, mucho menos en la vida real, las maid no deben ser profanadas y tampoco las personas cercanas.

つづく

Mi hermano es un femboyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora