CONVERSACIÓN

66 2 0
                                    


Regresamos a la casa a eso de las siete de la tarde. Marco y la abuela habían preparado estofado de res. Durante la cena, observé a mi hermano, comía con delicadeza, sonreía y convivía. Las palabras de la tía Tokiyo resonaban en mi cabeza con un eco que me llevaba a preguntarme:

¿Estaba siendo justo con mi hermano?

La respuesta no la sabría hasta pasado mucho tiempo, aún pienso que no fue del todo correcta...

Al terminar la cena, me tocó compartir cuarto con Yuuki. Ella se quedó dormida tan pronto como salió de bañarse.  Durante su profundo sueño imitaba los ruidos de un pequeño gato como ronquido.  Envidié a Yuuki en aquel momento,  gire en la cama durante horas sin poder concilliar el sueño. Al igual de enredado como me encontraba en las cobijas,  la mayoría de mis pensamientos eran una madeja incomprensible, lo único que podía ver con claridad es: Hablar con Marco.

Pasada la media noche me levanté sin mucha esperanza de poder hablar con Marco. Atravesé cada rincón de la casa con ligereza para evitar despertar a los demás. Me detuve frente a la habitación de mi hermano. La luz de la computadora se asomaba por debajo de la puerta. Toqué con prudencia, no respondió.

Pasados unos segundos, justo cuando estaba por tocar nuevamente,  la puerta se abrió.

— ¿Hermano? — Dijo mientras se retiraba los auriculares con una mano, sostenía un vaso con la otra.

— ¿Estás bien? — Preguntó.

— Marco... Tenemos que hablar.

— ¿Puedo ir por agua, muero de sed?

Asentí con la cabeza, aquella noche parecía haberse olvidado de Maruko por completo. Vestía con jeans y una sudadera de algodón color verde. Regresó a los pocos segundos con el vaso de agua lleno.

— Entra — Dijo bajo el umbral, cerró la puerta tras él.

Me senté sobre la cama, lentamente sentía como las piernas me temblaban, la costumbre de no interactuar cobraba una alta factura en ese preciso momento.

— Quiero decirte que... — Escupí algunas palabras sin mucha forma.

— Que estoy contigo, hermano... Estos días entendí algo, mientras ayudaba a Maruko... Entendí que siempre serás Marco, sin importar como decidas llamarte o vestirte.

Marco abrió los ojos de par en par con sorpresa, colocó el vaso sobre el escritorio.

— Discúlpame, a veces dejo que me rebasen los problemas comunes, perdiendo de vista lo que en verdad importa. Que estamos juntos... Aunque... — El nudo en la garganta se presentó nuevamente, la serpiente tratando de devorar mi lengua para que no expresar mis sentimientos.

— Yo... siento que estás distante y me lastima... Sé que no fui el mejor ejemplo, pero extraño llegar a casa y poder hablar del último capítulo del anime de temporada o que me cuentes los infinitos datos de videojuegos que sabes... — El nudo en mi garganta desapareció, la serpiente había cedido y tomó la forma de las lágrimas que cubrían mi rostro.

— A veces tengo miedo de que no volvamos a hablar como antes, así es como me di cuenta de que no importa como estés vestido, lo importante es que eres tú... Discúlpame si no te entiendo, intentaré ser mejor hermano para ti...

— ¡Detente! — Dijo Marco enérgico.

— No digas más... Hermano...

— ¡No importa si te gustan los niños, siempre velaré por ti, como tu hermano mayor!

— ¡Yuji! ¡No me gustan los chicos! — Dijo Marco alzando la voz.

El frenesí de llantó cesó para dar paso al testarudo hombre que oculta sus sentimientos...

— ¡Ey! ¡Vas a despertar a la abuela! — Grité.

— ¡Tú también con tus gritos! — Dijo marco en voz baja pero enfatizando con las manos.

— ¡Bueno, ya me callo! — respondí mientras sorbía los mocos y secaba las lágrimas con la playera.

— ¡Deberías tonto! ¡Quiero decirte algo, pero no me dejas!

— ¡Cuida tus palabras! Recuerda quién es el mayor.

La conversación siguió con susurros enfáticos.

— Lo siento hermano... Pero tengo que decirte algo.

— Está bien, dime.

— Tengo novia desde hace unos meses

— ¿Qué? ¿En serio? ¿Antes que yo?

— Sí...

— Pero... ¿Por qué te vistes como Maruko?

— Por ella.

— ¿Perdón?—  La incredulidad se apoderó de mi, es interesante como pasé  de quitarme las máscaras para ser honesto, llorar, sorberme los mocos y  quedar perplejo en tan solo unos minutos.

— Me visto de mujer, porque a ella le gusta...

Quedé estupefacto... El secreto de mi hermano estaba por complicarse exponencialmente, no estaba preparado.

つづく

Mi hermano es un femboyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora