Miedo a Amar [TERMINADA]

Conversaciones IV

Acá pueden poner que ya llegaron ~~~~~>

espero les guste este cap, recuerden dejar comentarios. Los AMO.

https://open.spotify.com/playlist/2OhPMnToz3hOox3lwI5Oiz?si=7be330c5bfd24a21 ( les dejo la playlist con la que escribí este capitulo)

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Escucho los pasos firmes de unos tacones, pasos que conozco a la perfección, y con los que no me quiero encontrar ahora.

Intento terminar el jugo que me estoy tomando, en la cocina, para poder irme lo más rápido posible, no quiero discutir y se exactamente porque mi mamá quiere hablar conmigo.

Dejó el vaso en la mesada de la cocina e intentó salir, pero para mí mala suerte, mi mamá, ya estaba por entrar.

Esta semana tuvimos un control sorpresa de química, el profesor no nos dio mucho tiempo para hacerlo, solo cuarenta minutos, así que saqué cinco, nadie aprobó; supongo que de eso es lo que quiere hablar mi mama.

Sé cómo son estas conversaciones y no me gustan, me hartan, es muy frustrante, además no tengo ganas de hablar de esto, no ahora, no hoy.

—André, tenemos que hablar, creo que ya saber sobre qué. — dice con su típica expresión desaprobatoria, si supiera cuánto odio esa expresión, cuan culpable e inútil me hace sentir.

No respondo a su pregunta, simplemente bajó la cabeza y esperó a que continúe con su sermón.

No tengo ganas de pelear por esto, ya no tiene caso luchar, me resigno a escucharla hablar.

Su mirada se intensifica más sobre mí, está esperando que le dé una respuesta, pero no puedo, las palabras quedan atrapadas en la punta de mi lengua. Abro y cierro la boca varias veces, planteándome qué debería decir o cómo debería responderle, pero nada sale.

—Desaprobaste tu examen, ¿Por qué? — interroga y yo solo hago silencio e intento contener las lágrimas en mis ojos, ella continúa. ¿No estudiaste lo suficiente? ¿Qué está pasando contigo? No te puedes permitir este tipo de cosas, puede afectar tu oportunidad de entrar a alguna buena universidad de derecho o de administración. André tú no eres cualquiera, tú eres mi hijo, ¿Acaso quieres ser mediocre? ¿Quieres ser del montón? ¿No quieres sobresalir? — Otra vez el mismo maldito discurso de siempre.

De repente dejo de escucharla y vuelvo a ser un niño de seis años, que está llorando en el colegio porque no aprobó su examen de matemática y tiene miedo de llegar a su casa y decirles a sus padres.

Vuelvo a ser ese André que un día llegó a su casa y les dijo a sus padres que sacó una mala nota en matemática, ese André al que le cuestionaron quién era, al que por primera vez le decían que era un mediocre y que tenía que sobresalir.

Al que por primera vez empezó a sentir esa preocupación por sacar una mala nota, al que le sembraron esta semilla de que si no tenía notas excelentes no era nadie, el que empezó a pensar que su valor dependía de un número.

UN NÚMERO EN UNA MALDITA HOJA DE PAPEL.

Vuelvo al presente, mi mama ya no me está regañando, me pregunta que me pasa, la escucho llamar a mi papá, no entiendo nada.

No escucho bien, solo escucho el eco de mis latidos, me siento desorientado, veo borroso, me cuesta respirar, me siento atrapado, tengo miedo; no sé qué me pasa.