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"El Día Que Madre Se AtribuyóEl Mérito De Algo Que No Había Hecho"

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"El Día Que Madre Se Atribuyó
El Mérito De Algo Que No Había Hecho"

Varias semanas después de que HeeSeung llegara a Auschwitz con su familia y sin ninguna perspectiva en él de recibir una visita de Jungwon o Ni-Ki o Sunno, el muchacho decidió que lo mejor que podía hacer era empezar a buscar alguna forma de distraerse, o se volvería loco.

Sólo había conocido a una persona a la que consideraba loca, herr Kim, un hombre de la misma edad que Padre y que vivía al doblar la esquina de su antigua calle de Berlín. Solían verlo pasear arriba y abajo por la calle, a cualquier hora del día o la noche, discutiendo acaloradamente consigo mismo. A veces, la trifulca se descontrolaba y herr Kim intentaba dar puñetazos a su propia sombra en la pared.

De vez en cuando peleaba con tanta rabia que golpeaba con los puños el muro de ladrillo y se hacía sangre, y entonces caía de rodillas, se echaba a llorar desconsoladamente y se daba palmadas en la cabeza. En algunas ocasiones le había oído pronunciar aquellas palabras que a él no le dejaban pronunciar, y cuando eso ocurría no podía parar de reír.

- No te burles del pobre herr Kim - le había dicho Madre una tarde, después de que el chico le relatara su última aventura-. No tienes ni idea de lo mal que lo ha pasado en la vida. -

- Está loco - dijo HeeSeung, llevándose un dedo a la sien y describiendo círculo mientras silbaba para indicar lo chiflado que estaba-. El otro día se acercó a un gato que había en la calle y lo invitó a tomar el té. -

- ¿Y qué dijo el gato? - Preguntó EunJi, que se estaba preparando un bocadillo en la encimera de la cocina.

- Nada - contestó HeeSeung -. Era un gato. -

- Lo digo en serio - insistió Madre-. MyungDae era un joven encantador; yo lo conocí cuando era niña. Era amable y considerado y bailaba como Fred Astaire. Pero lo hirieron de gravedad en la Gran Guerra, en la cabeza, y por eso ahora se comporta de ese modo. No tiene ninguna gracia. No tenéis ni idea de lo que tuvieron que soportar aquellos jóvenes. No podéis imaginar cuánto sufrieron. -

Entonces HeeSeung sólo tenía trece años y no estaba muy seguro de a qué se refería Madre.

- Eso pasó hace mucho tiempo - explicó ella cuando su hijo se lo preguntó-. Antes de que tú nacieras. MyungDae fue uno de los jóvenes que lucharon por nosotros en las trincheras. Tu padre lo conocía muy bien; creo que sirvieron juntos. -

- ¿Y a Padre qué le pasó? -

- No importa. La guerra no es un tema de conversación agradable. Me temo que dentro de poco pasaremos mucho tiempo hablando de ella. -

Aquel diálogo había tenido lugar unos tres años antes de que la familia se mudara a Auschwitz, y durante ese tiempo HeeSeung no había pensado mucho en herr Kim. Sin embargo, ahora tuvo la certeza de que si no hacía algo sensato, algo en lo que pudiera emplear su mente, él también acabaría paseando por las calles, peleándose consigo mismo e invitando a los gatos callejeros a reuniones sociales.

𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐨𝐲 𝐈𝐧 𝐓𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐫𝐢𝐩𝐞𝐝 𝐏𝐚𝐣𝐚𝐦𝐚𝐬 ☁︎ 𝐇𝐞𝐞𝐉𝐚𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora