21

13 1 0
                                    

"El Último Capítulo"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"El Último Capítulo"

Después de aquello, nada volvió a saberse de HeeSeung. Y mucho menos de Jay.

Varios días más tarde, después de que los soldados hubieran registrado exhaustivamente los alrededores y recorrido los pueblos cercanos con fotografías del
niño, uno de ellos encontró el montón de ropa y las botas que HeeSeung había dejado junto a la alambrada.

No tocó nada y corrió en busca del comandante. Este examinó el lugar y miró a derecha e izquierda, tal como había hecho HeeSeung, pero no logró explicarse qué le había pasado a su hijo. Era como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra dejando sólo su ropa.

Madre no regresó a Berlín tan deprisa como había pensado. Se quedó en Auschwitz varios meses, esperando noticias de Bruno, hasta que un día, de repente, pensó que quizá su hijo había vuelto a casa solo. Entonces regresó inmediatamente a su antiguo hogar, con la vaga esperanza de encontrarlo sentado en el escalón de la puerta, esperándola.

No estaba allí, por supuesto.

EunJi también regresó a Berlín, y pasaba mucho rato a solas en su habitación, llorando, pero no porque había tirado todas sus muñecas y dejado todos sus mapas en
Auschwitz, sino porque echaba mucho de menos a HeeSeung.

Porque, aunque nunca lo hubiera dicho, ella amaba mucho a su hermano.

Y lo extrañaba más que nunca.

Padre se quedó en Auschwitz un año más y acabó ganándose la antipatía de los otros soldados, a quienes trataba sin piedad. Todas las noches se acostaba pensando en HeeSeung y todas las mañanas se despertaba pensando en HeeSeung. Un día elaboró una
teoría acerca de lo que había podido ocurrir y volvió al tramo de alambrada donde un año atrás habían encontrado la ropa de su hijo.

Aquel lugar no tenía nada especial ni diferente, pero Padre exploró un poco y descubrió que la base de la alambrada no estaba bien sujeta al suelo, como en los
otros sitios, y que al levantarla dejaba un hueco lo bastante grande para que una persona muy pequeña, quizá un niño, se colara por debajo.

Entonces miró a lo lejos y poco a poco fue atando cabos, y notó que las piernas empezaban a fallarle, como si ya no pudieran sostener su cuerpo. Acabó sentándose en el suelo y adoptando casi la misma postura que HeeSeung había adoptado todas las tardes durante un año, aunque sin cruzar las piernas debajo del cuerpo.

Unos meses más tarde, llegaron otros soldados a Auschwitz y ordenaron a Padre que los acompañara, y él fue sin protestar y se alegró de hacerlo porque ya no le importaba lo que le hicieran.

Ya no tenía nada qué perder ni nada qué ganar.

¿Y Jay? Él seguía sosteniendo la mano de HeeSeung. Y HeeSeung apretaba con fuerza la de Jay. Después de todo, sólo eran dos jóvenes demostrandose el amor más puro que podía existir en un mundo malo.

HeeSeung había conocido a un chico judío.

Jay había conocido a su único amigo.

HeeSeung había conocido a su verdadero amor.

Jay había conocido a su único amor.

Un amor que fue imposible y nunca sucedió. Pero HeeSeung y Jay siguen juntos, sosteniendo sus manos con felicidad.

Se los digo yo; quizá en otra vida o en otro universo algo pudo suceder, algo cambió.

Y así termina la historia de HeeSeung, su familia y Jay.

Todo esto, por supuesto, pasó hace mucho, mucho tiempo, y nunca podría volver a pasar nada parecido.

Hoy en día, no, espero.

"N"

𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐨𝐲 𝐈𝐧 𝐓𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐫𝐢𝐩𝐞𝐝 𝐏𝐚𝐣𝐚𝐦𝐚𝐬 ☁︎ 𝐇𝐞𝐞𝐉𝐚𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora